* ' * f l INTRODUCTION: VARIACIÓN DE LA LliNGUA 1.1. VARIACIÓNSINCRÓNICA Cualquier lengua que podamos observar hoy presenta variation; es más, todas las lenguas varían de dos mancras idénticas, a saber, geográfica y socialmente. Estos dos parámetros, a través de los cuales se da la variación, son en principio indcpcndientes el uno del otro, aunque veremos que hay maneras en las que čstos (y otros, que se abordarán más adelante) se interrelacionan. Consideraremos cada uno de ellos a su debido tiempo. I. I. I. Variación geográfica o diatópica Es característica universal del lenguaje humano que los hablantes de la 'misma' lengua que viven en diferentes partes de un territorio continuo no hablan de igual manera1. Una observación cuidadosa 1 Puesto que, como veremos más adelante, no hay timiies naturales entre los des-cendientes de una única lengua común antigua, no es fácil definir lo que se quiere de-c.ir cnn la 'raisma' leneua en detemiinadas partes del mundo. De hecho, lo que llama- 16 Variáciou y cambio en espaňol muestra que lal variation se da generalmente de forma suave y gradual: el habla de cada localidad difiere en alguno o en varios de sus rasgos dc la de cada localidad vecina, pero sin perjudicar gravemente la comprensión mutua2. A medida que se atraviesa un area geográfica se van acumulando pcqueňas diferencias sucesivas, y en un tcrritorio extenso esta acumulación de diferencias puede dar lugar a una inter-comprensión mutua total entre las hablas pertenecientes a los extre-mos del tcrritorio que se examina. En el apartado 4.1.2. vercmos que la pane septentrional de la Peninsula íbérica presenta csta clase de variáciou: esto es, podemos ob-servar alii lo que se conoce como un continuum dialectal. Un viaje de localidad en localidad desde la costa oeste de Galícia hasta la Costa Brava revela en cada etapa sólo pequeňas diferencias linguísticas entre una localidad en particular y las localidades vecinas, diferencias que son pocas donde las comunicaciones son buenas entre las localidades referidas y más numerosas dondc las comunicaciones son más pobres. Con tal de que se bordee cl Pais Vasco (donde se está frente a mos Menguas' (p. ej., francés, espanol, italiano, alemán, danós) se distinguen unas de otras segůn eriterios no lingüisticos. De este modo, es frecuente la existencia de una frontcra entre dos naciones-estado que moliva la creencia de que la genie que vive a cada lado de !a frontcra debe hablar lenguas diterentes, mienlras que los que pertene-cen a la misma nación-estado (y se entienden entre si) hablan la misma lengua. Sin embargo, la lengua de la genlc separada por una frontera nacionál puede ser mucho más similar que la de la gente que vive en distinlas partes de la misma nación-estado. Y esto se aplica no sólo a territorios, como Africa, donde las fronteras son relativa-mente recientes, sino a territorios como Europa, donde la noción dc nación-estado es mucho más antigua, como veremos en el caso de la fronlera franco-espaňola (4.1.2.4). 2 Las forrtias de habla que difieren de acuerdo con la localidad de los hablantes son tradicionalmente etiquetadas como cliatectos, aunque este término se usa también para los sisteirtas lingüisticos que se difcrencian según otros criterios. De esta manera, es posible emplear el término dialecto para indicar el conjunlo dc caracteristicas (sis-tema) usadas por un particular grupo social (p. ej., un dialecto social), o para un determinado propósito (p. ej., cl dialecto esiándar). Por csta razón. emplearemos uni-camente los Uirmmos geográfico o diaiópico cuando nos refiramos a la variación rela-cionada con el espacio geográfico. Introduction: variation de la lengua 17 formas de habla no relacionadas con las de su entorno), no hay lugar en el viaje donde la intercomprensión mutua entre hablantes de localidades próximas se vea amenazada, aunque los hablantes sean con frecuencia conscientes, a veces perspicazmente, de que sus vecinos hablan de manera un tanto diferente a ellos. Cuanto mayor sea la dištancia que se viaje, mayor es el numero total de diferencias entre el habla de la localidad en la que se esté y la del punto de partida, y tal acumulación de diferencias causa su corrcspondiente grado creciente de intercomprensión mutua, hasta el punto de que el habla de un pes-cador gallego apenas sera comprendida, si es que no es entendida en absoluto, por un pescador de la costa de CataluňaJ. De hecho, los continua dialectales no sólo son indiferentes a las delimitaciones administrativas internas (tales como las que dividen Galícia o Cataluňa del resto de Espaňa), sino que tampoco hacen caso de las fronteras nacionales. El continuum dialectal septentrional de la Peninsula forma parte de un continuum romance más amplio que sc extiende de manera ininterrumpida sobre todo el territorio europeo donde se hablan descendientes del latin (con la excepción de varieda-des ahora aisladas del romance, tales como el romanche en Suiza y los distintos tipos de rumano empleados en Rumania y otras partes de los Balcanes). En el ámbito del habla rural cotidiana, los Pirineos no ' Aunque es habitual decir que el pescador atlántico habla 'gallego' mientras que su homólogo mediterráneo habla 'calalán\ estos términos no tienen, como veremos. una base lingüfstica. Son términos cuya justificación reside en la história politica, y se aplican (según criterios que son en su mayor parte políticos y no lingüisticos) a seg-mentos de una serie de dialeclos interrelacionados y en continua variación. Además, es evidente que en «ta exposición sobre la variación geográfica se ha heeho necesario dejar al margen ide manera más bien artificial) lodos los factores sociales. El ejemplo que estamos utilizando sc rcficrc al registro informal de habitanles rurales incultos, aunque la lengua de otros grupos sociales puede examinarse de la misma manera geo-gráfica, generalmente con pequeňos grados de diferencias entre localidades. Por su-pucsto, nuestrosj>escadores gallego y catalán, dependiendo de su grado de escolariza-ción. podrían recurrir a un código alternativo a fin dc entenderse mutuamente, tal como el dialecto estándar ('castellano'). o a algo aproximado. 18 Variation y cambio en espaňol forman una frontera; las variedades habladas en las vertientes septentrional y meridional de los Pirineos centrales se consideran desde hace mucho como similares y, en gran medida, como mutuamentc inteligibles (Elcock 1938). De la misma manera, en los Pirineos orientales hay una estrecha continuidad entre el habla usada en terri-torio espaňol y la de las partes vecinas de francia; lo que se trata aquí es la manera en que el catalán rebasa la frontera politica por ambas partes. De lo que estamos examinando se dcsprende que la variacion gcográfíca es un fcnómeno de dos dimensiones. Aunque nuestro principal ejcmplo (un viaje a través del norte peninsular) presente variacion lingüistica solamente en una dimension, el hecho es que la variacion es observable en cualquier dirección o combinación de di-reccioncs en que nos movamos por un territorio. 1.1.2. Variacion social Es, asimismo, evidente, incluso en un cxamen superficial, que en ningún sitio la gente habla igual, aun habiendo nacido en el mismo 4 lugar. Las diferencias de habla se correlacionan con uno o más facto- res sociales que se aplican a los hablantes de que se trate. Estos factores incluyen edad, sexo, raza, clase social, instruction, ocupación e in- gresos. Por poner un ejemplo, las particulas espaňolas en -ado(s) (y algunas otras palabras de estructura similar) revelan una gama de pronunciacioncs: el scgmento final de palabras como canxado, pescado puedc pronunciarse de cualquiera de las siguicntes maneríts: [-ádo], [-ádo], [-áo], [-áyj. Pero la aparición de una u otra de estas varianies está controlada, al menos en parte, por las caractcrísticas sociológicas del hablante. De esta manera, la variante [-áy] es mucho más frecuen- te en el habla de la clase trabajadora que en la de la clase media. De modo similar, en determinados estudios de ešte fenómeno (Williams 1983b, 1987: 71), se ha observado que las mujeres de cualquier clase introduction: variation de la lengua 19 social son mucho más resistentes a la elision total de la consonante que los hombres4. De esta breve explication de la variacion social se sigue que tal variacion es multidimensional; hay muchos parámetros que definen el 'espacio' social denlro del cual se situa el hablante, y su lengua varia-ra dc manera distinta en relation con cada uno de estos parámetros. Veremos dentro de poco (2.5), no obstante, que incluso un único individuo no se limita a usar nadá más que una sola variante a partir del total de modalidades de las que dispone la comunidad. Antes bien, cada individuo domina al menos parte dc cse total y selecciona una variante en particular segun las circunstancias (formales, informales, relajadas, etc.) en las que habla. E incluso en el mismo entorno de habla, un hablante puede alternar dos o más variantcs. 1.2. VARIACION DIACRÓNICA O HISTÓRICA Todas las lenguas para las que contamos con información (por ejemplo, documentación eserita o, en los Ultimos cien aňos, grabacio-nes) que abarque un determinado periodo de tiempo muestran un cambio más o menos rápido. La visión tradicional de tal cambio lin-giiístico seňalaba que una variante sucedía a otra en la comunidad considerada, de tal manera que se podia establccer una cadena de hechos en la que cada forma era reemplazada por su sucesora. Tai cadena sc expresa típicamente asi: latín LÄTUS > hispano-romance [lado] > espaňol medieval [ládo] > espaňol moderno [ládo] o [láo). Como resumen de lo que le ha sucedido durante un cierto lapso tem- fl Se comprobará que la relación entre una determinada variante y una determinácia caracterištica social es cstadistica. Por ejemplo. una variante particular puede ser sig-nificativatneuie más frecuente en el habla de un segmento de la comunidad (defíntdo, pongamos por ejemplo. según criterios dc edad o clase social) que en el habla de otro segmento. Para el habla de las mujeres en el mundo hispánico. véase Martin Zorraqui-no(l994). 20 Variáciou y cambio en espaňol poral a un delerminado fenómeno lingiiístico, particularmente en len-guas con alio grado de codificación, tal afirmación no carece de sent i do5. Pero un cxamen más minucioso de las evoluciones recientes de la lengua ha revelado que, en cualquier momento del eje temporal, una caracteríštica lingiiística que está experimentando un cambio es representada (en la comunidad y en el habla de los individuos) por dos o más variantes en competencia. El cambio torna la forma de la incorporación de nuevas variantes informales y la pérdida en un de-terminado periodo de tiempo de las variantes más formales6. El cambio lingiiístico, por lo tanto, puede imaginarse como la sustitución de un cstado de variación por otro. Retomando el ejemplo anterior, pode-mos mostrar de nuevo el cambio que lleva de lätus a lado de la (in-tencionadamente muy simplificada) manera que se presenta en la tabla 1.1, en la que la etapa 5 representa el momento presente y las etapas 6 y 7 todavía no se han alcanzado pero previsiblemente podrían serlo. Etapa 1 [láto] [ládo] Etapa 2 [látoj [ládo] (ládo] Etapa 3 [ládo] [ládo] [ládo] Etapa 4 Pá*)] |láao] |láo] Etapa 5 [Udo] [láflo] [láo] [láu] Etapa 6 [lá'1ol [láo] [láu] Etapa 7 [láo] [láu] Tabla 1.1. Modelo de variación diacrónica 3 Para la noción de codificación. véase el punto 7.1.2. 6 La pérdida de variantes se lleva a cabo principalmente con la muerte de aque-llos hablanles que usaban lales variantes, aunquc debc tenerse en cuenta a los individuos que modentÍ7ari su lengua durante su vida. Por otro lado, es poco probable que las nuevas variantes introdueidas por los miembros más jóvenes de la comunidad se transniitan a las generaciones más viejas. Introduction: variation de la lengua :i Notese que no se pretende aquí decir que el cambio progrese ex-clusivamente a través de la incorporación de nuevas variantes y la pérdida de las viejas. Podria haber callejones sin salida o situaciones completamente distintas. Ľs decir, que las variantes que se incorporan en una Ideterminada etapa pueden perderse postcriormentc mientras que las antiguas permanecen. Este tipo de proceso puede verse en la história de paiabras como nido, y otras cuya consonanle intervocálica desciende de una -d- latina (véase la tabla 1.2). Etapa 1 [n í do j [nído] Etapa 2 [nído] |nído| [nťo] Etapa 3 [nído] [niao] [mo] Elapa 4 [nído] [nido] Etapa 5 [nídoj Tabla 1.2. Evolúciou regresíva Muchas paiabras que ofrecían una -d- intervocálica en latín mues-tran una evolución más uniforme en la cual las variantes con alguna consonanle fricativa interior son clididas tras la etapa 3, dejando a la variante sin consonante intervocálica como descendiente moderno de la lengua (p. ej. SEDÉre > ser). Otras paiabras, sin embargo, siguieron los patrones trazados para nido: aparecian free ue n tem enté sin lál en la Edad Media (CrCdu > erudo > crúo, vadu > vado > vao), para luego seguir una evolución inversa, dejando sólo nido, erudo. vada, etc. Tales regresiones, me parece, son imposibles de concebir, fuera de una estructura de variación. De la diseusión sobre la variación diacrónica se hace evidente que tal variación no es independiente de la variación geográfica y social, en la manera en que las variaciones geográfícas y sociales son inde-pendientes una de la otra. En particular, la variación diacrónica es resultado de la variación social (véase la nota 6) y es inconcebible sin ella. ■•• 22______________________________Variation y cambio en espaňoi Es también necesario aclarar que, puesto que el cambio sigue su curso punto por punto, y que cada cambio cubre un diferente segmen-lo temporal en una determinada comunidad, mientras que el mismo cambio cubrirá un segmento temporal diferente en otras comunida-des, todas las nociones de periodización están erradas en la história de la lengua. Aunque estemos lejos de entender todos los faciores que aceleran o frenan el cambio lingiiístico (véase 3.3), parece bastante seguro que en algunos lugares y momentos el cambio es más rápido que en otros; es decir, que en la história de una variedad en particular hay velocidades cambiantes de innovación. Sin embargo, el modo en el que las innovaciones linguísticas se siguen unas a otras, sin coinci-dir exactamente, implica que no puedc haber base linguística para se-parar un periodo de esa história de otro. Podria ser conveniente, en interes de la referida história de la lengua para la história política y cultural, considerar separadamente, pongamos por caso, espaňoi medieval, espaňoi del Siglo de Oro o espaňoi moderno, pero tal periodización puede no tener motivación linguística. La evolución linguística no tiene físuras al igual que otros casos de variación linguística (Penny 1998). 1.3. VARIABLES Y VARIANTES Todos los aspectos de la lengua (somdos, fonemas, morfemas, es-tructuras sintácticas, lexemas, signifieados, etc.) están sujetos a la variación según los parámetros comentados. A un fenómeno lingiiístico que muestre variación en relación con uno u otro parámetro Ě le de-nomina variable y se indica medianie un símbolo entre paréntesis. Por ejemplo, el fonema espaňoi /x/, la jota, varia geográficamente en su articulación, pronunciándose en algunos lugares como la fricativa velar [x] y en otros como la fricativa glotal [h], o como la palatal fricativa [c]. Podemos decir, por tanto, que la variable (x) (o (h)) se realiza (en determinados lugares diferentes) como [x], [h], [h*], [c], etc. Introduction: variación de la lengua 23 1.4. COVARIACIÓN Los parámetros de variación linguística son independientes, pero un fenómeno que presente variación de acuerdo con alguno de estos parámetros (pongamos como ejemplo la dimension geográfíca) puede mostrar similar o idéntica variación con otro (por ejemplo, la dimension social o diacrónica). Asi, el fenómeno conocido como yeísmo (véase 4.1.7.2.2, 4.2.1, 5.1.2.1, 6.3.3 (2)) puede deseribirse como una variación en relación con todas estas dimensiones'. Para algunos hablantes, hay una oposición significativa entre los fonemas IfJ y /J/ (pollo Ípoyo), mientras que para otros estos fonemas se han lundido y se emplea una única articulación para ambas series de palabras (fre-cuentemente /j/, pero también [dj], [3], etc.). La variación entre la dis-tinción de estos sonidos y su fusion es, en primer lugar, geográfíca: la distinción se encuentra en las areas ruralcs de la mitad septentrional de Espaňa, en el área andina de America, etc., en tanto que en la mayor parte del mundo hispanohablante la fusion es la norma. Sin embargo, la misma variación puede observarse en parámetros sociolingiiísticos: los hablantes mayores de clase media urbana del norte de Espaňa mantienen la distinción entre ifJ y /j/, mientras que los hablantes más jóvenes de las mismas ciudades, independientemente de su clase social, aceptan la fusion de ambos fonemas. Igualmente, la misma va-riabilidad puede verse con el tiempo: hace varios siglos, todos los hablantes de espaňoi no dudaban al distinguir entre palabras con IfJ y palabras con /j/ (p. ej, entre pollo y poyo). mientras que en alguna etapa en el ŕuturo los hablantes no dudarán en aceptar la fusion de ambas series de palabras. 7 Para un planteamiento detallado del ycismo, véase Alonso (1967a). Para los aspectos geográficos de su distribúciou en la Peninsula, véase Navarro Tomáš (1964). Para los aspectos sociales del fenómeno en Buenos Aires, véase Fontanella de Wein- lvr también se corresponden con diferentes puntos en la matriz comuni-cativa; los hablantes que dominan las cuatro variantes, usarán la pri-mera$ók> en diseursos formales o muy controlados, la segunda cuando se rcquiera un grado moderado de formalidad y las dos ultimas cuando estén relajados o sin cuidar su diseurso. Es esta clase de variación de registro la que da lugar a formas ul-tracorrectas. Por ejemplo, puesto que la palabra bacalao participa del conjunto de variantes presentes también en peseado (a saber, [baka-lao] y [peskáo], [bakaláy] y [peskáu]), la similitud puede extenderse al conjunto completo. Asi, en circunstancias comunicativas que re-quieren atención o formalidad, como hablar a un desconocido, la pronunciación [bakaládo] puede aparecer, emparejándose con [peskádo]. Dado que las formas ultracorrectas generalmente aparecen en indivi-duos iletrados, que por definición no pueden guiarse en su pronunciación por las formas del estándar escrito, suelen ser ŕuertemente estig-matizadass. 1.6. VARIACIÓN EN EL PASADO Puesto que se da cl caso de que todas las lenguas observablcs hoy o en el pasado reciente muestran todos los tipos de variación que hemos visto aquí, podemos concluir que tal variación debe darse efectiva-mente en cualquier lengua que sc haya hablado, en cualquier lugar y en cualquier tiempo. Este principio no puede comprobarse, ya que el testimonio linguístico del pasado (excepto en tiempos muy recientes) viene dado sólo en forma eserita, y tal testimonio escrito sólo es ca-paz de presentar poco más que una pequeňa fraction de toda la varia- Pata un planteamiento amplio del registro, véase Francisco Moreno Fernande/. (1992). 26 Variation y cambio en espaňol ción que asumimos que ha existido. En particular, cada fragmento de testimonio escrito sera un reflejo tipico del registro formal (en tanto que escrito) de un particular usuario de la lengua, un usuario que de-be, claro está, reflejar las variantes en uso sólo para un lugar determinado, en un medio social determinado, y en un momento determinado. La comparación entre los distintos fragmentos de testimonios históri-cos puede ampliar las posibilidades de variación observable, pero nunca puede llegar a establecer el amplio conjunto de variación que debió haber existido en cada momento del pasado9. 9 Para la aplicación de los principios de la sociolingiiística al pasado, véase Romaine (1982), y para su aplicación al espaňol, včanse Gimeno Menéndez (1990 1995) y Wright (l 988). í : DIALECTO, LENGUA, VARIEDAD: DEFINICIONES Y RELACIONES Una percepción generalizada, entre los que no son lingüistas, es la de que hay alguna diferencia de categoría entre una 'lengua' y un 'dialecto'. La cuestión se plantea a menudo de la siguiente mancra: £es x una lengua o un dialecto?, donde x es alguna eliqueta tal como 'va-lenciano' o 'asturiano'. Y se trata de una cuestión que los lingüistas, como lingüistas, no pueden rcsolver, en primer lugar a causa de la di-ficultad insuperable de definir los conceptos de lengua y dialecto y en scgundo lugar porque cualquicr diferencia entre estos conceptos reside no en el campo dc la description lingüistica, sino en la apreciación social que se da a códigos de comunicación particulares. La lingüistica histórica aclarará que cada código al que se le coloque la etiqueta de iengua' (por ejemplo, 'lengua espaňola', 'lengua inglesa', 'lengua francesa\ 'lengua latina') tiene su origen en lo que gcneralmentc se denominaría un 'dialecto', vagamente defmido en términos geográfi-cos (como cl habla de un área o localidad dados) y en términos de clase social (como el habla de un grupo social particular, generalmcnte cl dominante, instruido y superior). De ešte modo, la lengua francesa tiene su origcn en el habla de la clase superior parisina, especialmente la dc la coŕtc1. Si los 'dialectos" pueden gradualmente convertirse en 1 Para el desarrollo del francés cstándar, vcasc Lodge (1993); para el dialecto de