D. Serrano-Dolader (2011): Octimana. Zaragoza: Editorial Eclipsados. Epiprólogo Las casas se agrupaban en torno de una plazoleta octagonal, porticada de pieles resecas y alfombras deshilachadas. De cada uno de los lados ascendía hasta el cielo un entretejido de retazos torpemente recosidos. Cada toldillo recibía el nombre de uno de los días de la octimana: lunario, martirio, miercol, jupítico, veneroso, sadabo, domínico y eternario. La telilla eternaria era la más ricamente compuesta: entreveraba pellejos de culebrillas verde-kiwi, crines de unicornio, colas de quimera y retales dorados salpicados de gotas de rocío y mercurio. Toda ella tenía aspecto de oasis. En el extremo superior, un minúsculo espejito reflejaba, en inversión, la imagen global de la plaza. Cada día la sombra cubría solo la proyección del toldillo correspondiente, mientras el resto de la plaza quedaba bañada por un intenso sol de amanecer. Únicamente los niños contrahechos, los gatos muertos y los viejos solitarios tenían el derecho de poder sufrir en silencio bajo el sol del próximo día. Eran los reposados. Aquellos que guardaban fuerzas suficientes podrían trasladarse, llegada la hora, a la siguiente parcela. Era un tiovivo de sombra y luces que, implacablemente, iba menguando las multitudes. Cada día el número de los reposados se reducía.Cerrado el ciclo, sin saber cómo ni por qué, cada vez que la sombra estaba en eternario volvían a reaparecer en el sol de lunario los mismos tipos del principio de la octimana. Solo una vez, hace ya varios años, un gato muerto había desaparecido sin dejar rastro. Los viejos del lugar dicen, aunque no hablan, que todos los que hoy siguen cansinamente el ciclo inexorable de la plaza, lo hacen con la franca esperanza de reencontrar el cadáver perdido y así, por fin, poder descansar eternamente. En la sombra diaria se reunían siempre dos personajes, los duales. Debían ser hombres jóvenes, de buena apariencia, ricos, con acento extranjero, revestidos de levita rosácea y con botas de montar. Cada día cambiaban las personas pero el rito se conservaba con nuevos candidatos que cumplieran las mismas exigencias. Cada uno de los dos tenía bien delimitadas tareas que cumplir. El cuentacuentero tenía que relatar las últimas novedades sobre determinados temas que se marcaban para cada sombra. Por su parte, el oidor debía limitarse a asentir o rechazar con gestos de nariz lo que se le contaba. Únicamente cinco veces, durante las horas de sombra, tenía el derecho de proferir otras tantas frases, que siempre eran fijas, dependiendo del día de la octimana, pero que podía incluir en el momento y en el orden que considerara más inoportunos. En la sombra de lunario, el cuentacuentero hablaba siempre sobre los límites de lo infinito y las cinco frases que el oidor podía intercalar a su libérrimo arbitrio eran: las golondrinas ya no volverán, conviene salir siempre con paraguas, eso no me lo creo ni yo ni San Mateo, puede que tenga dolor de cabeza, me orino. [...] Sombra de lunario Un chirriar de poleas anunciaba el aterrizaje de Sixto y Capellano en la parcela asombrada de la plaza. [...] Sixto –elegante, galluno y hambriento– recorrió con falta de ganas el ámbito de la elocuencia. Tosió convincentemente y escupió un hilillo dorado que dio a la jornada un color de guirnalda. – Nos limitaremos a hablar de los límites del infinito y, llegado el caso, nos adentraremos por los infinitos del límite. – Puede que tenga dolor de cabeza –espetó un Capellano más dispuesto que nunca a dejar claras sus posturas desde el principio. – Cuando Moisés recogió las Tablas de los Mandamientos, la Coca-Coca aún no se había inventado y, no obstante, ya se advertía en ellas que hay que honrar al padre y a la madre. De ello hay que deducir inductivamente que el poder de la creación preexistió a la creación del poder. Para hablar de preexistencia es preciso afirmar la cualidad de la existencia y, si ello es así, parece obvio que tiene que haber límites que enmarquen y demarquen y marcos que enlimiten y delimiten. [...] Capellano respingueó rítmicamente la nariz, dando a entender que el asunto había sido planteado por el cuentacuentero en sus justos límites. Sixto, que entendió sin discusión el inciso de Capellano, con aire de martirologio evocó: – Ah, infeliz, pero ¿es que hay límites injustos? – Conviene salir siempre con paraguas –advirtió Capellano. Sixto pareció desconcertarse por momentos. Buena prueba de que el oidor que sabe manejar con elocuencia la disposición de sus retahílas tiene una buena parte de la batalla ganada. Los duales estaban, pues, manteniendo un duelo otorrino-filosófico de notable altura. – [...] Si Moisés se hubiera convertido –por acción u omisión– en pato, hubiera sido el hazmerreír de su pueblo. Pero ¿tú te imaginas a un pato descendiendo del Sinaí con dos Tablas de la Ley incompletas, intentando convencer a su pueblo con cuakeos altisonantes mientras se empeña en sacar Coca-Cola de unas piedras toqueteándolas con la vara que esconde bajo su ala derecha? ¡Seamos serios! Si cierto es que hay que honrar al padre y a la madre, no lo es menos –y no muevas cínicamente la nariz– que los límites de nuestra salvación no pueden depender de un pato. Zadání úkolu: 1) Přečtěte si pozorně text a zaměřte se na jeho stylistické vlastnosti. Sledujte nejprve, jaké slohové postupy jsou zde využity. 2) Zaměřte se nyní na výrazové prostředky. Označte (případně i okomentujte) v textu všechna slova nebo formulace, jež podle Vás svědčí o vědomé práci či spíše hře autora s jazykem (David Serrano-Dolader je uznávaný španělský morfolog specializující se na oblast slovotvorby). 3) Označte v celém textu výrazy nebo slovní obraty, jež lze přiřadit k vědeckému stylu (přestože se jinak jedná o žánr literární/umělecký). Jakým způsobem zde Serrano-Dolader, který je sám primárně autorem vědeckých publikací, tento „vědecký“ jazyk prezentuje? 4) Označte nyní pro změnu výrazy s poetickou funkcí, tj. typické pro umělecký styl. 5) Domníváte se, že byste byli schopni na základě znalosti specifického stylu Serrana-Doladera (viz předchozí analýza jeho vědeckého článku) rozpoznat, že je autorem i tohoto konkrétního textu? 6) Kromě poznámek/značení v původním textu shrňte své stylistické postřehy i do souvislého komentáře (nejméně 1000 znaků, může být česky). Ad 1) V prvním úryvku (Epiprólogo) autor využívá slohové postupy vyprávěcí a umělecko-popisný, v Sombra de lunario je pak vyprávěcí postup (dialogický, ale značně asymetrický: diskutér-posluchač může použít jen předem stanovené repliky) kombinován s postupem výkladovým (zdařilá parodie na vědecké přednášky) a úvahovým (např. absurdní spekulace o Mojžíšově proměně). Ad 2) Slovních hříček a příkladů etymologické, morfologické či jiné reflexe jazyka je v textu spousta, počínaje již samotným názvem románu (Octimana jako obměna se(pti)mana) a první kapitoly (Epiprólogo; poslední kapitola je zase nazvána Proepílogo), když ponecháme stranou těžko přeložitelné názvy jednotlivých dní osmidne a četné novotvary či zdrobněliny (pro Serrana-Doladera jakožto odborníka na parasynézu je příznačné např. neexistující parasyntetické slovo cuentacuentero; v DRAE je pouze el / la cuentacuentos = vypravěč/ka). Připomeňme, že podobnou kreativitu autor předvádí i ve svém vědeckém článku (např. název Para síntesis: la parasíntesis nebo „la parasíntesis pervive /o sobrevive… o malvive/“), čímž kromě jiných originálních formulací znatelně vybočuje z čistě vědeckého stylu. Ad 3) Pavědecké disputace, v nichž Serrano-Dolader využívá své bohaté praxe v odborném stylu, tvoří téměř polovinu knihy (Sombra de lunario / de martirio / de miercol… až po eternario) a poukazují na beznadějnost a absurditu většiny vědecké „tvorby“ produkované pouze pro obživu a naplnění kvót odborných publikací. Strnulost tohoto funkčního stylu reprezentují jednak ustálené a zároveň nesmyslné (s humorným využitím odborných výrazů) formulace typu „Nos limitaremos a hablar de los límites del infinito y, llegado el caso, nos adentraremos por los infinitos del límite“, „De ello hay que deducir inductivamente... “ nebo „parece obvio que tiene que haber límites que enmarquen y demarquen y marcos que enlimiten y delimiten“, jednak striktně dané a nepřekročitelné repliky posluchače (nazvaného mimochodem oidor místo oyente). Ad 4) Autor disponuje bohatou slovní zásobou a ve své knize používá i poetické výrazy a obraty (např. „el resto de la plaza quedaba bañada por un intenso sol de amanecer“, „un hilillo dorado que dio a la jornada un color de guirnalda“), které však kontrastují s celkovou odpudivostí a bezútěšností líčeného prostředí. Ad 5) V jiných, především starších odborných textech Serrana-Doladera není originalita jeho jazyka tak patrná jako v analyzovaném článku o parasyntéze (dříve se ještě držel „oficiálního“, neosobního stylu a svou jazykovou kreativitu potlačoval), ale při srovnání pouze těchto dvou textů jsou podobnosti nesporné: slovní hříčky v názvech samotných prací i jejich kapitol, kombinace výrazů se stejným slovním základem apod. Překlad této knihy by byl bezpochyby velkou výzvou (i když stále nesrovnatelnou s Panem Kaplanem), ale vzhledem k tomu, že Octimana se bohužel pro svoji skličující atmosféru bestsellerem nestala a asi už ani nestane, žádná jiná než španělská verze románu neexistuje.