Tereza Šandová, UČO: 437808 SJIIA117: Historia de la literatura española del siglo XX II Beatriz y los cuerpos celestes de Lucía Etxebarría Beatriz y los cuerpos celestes de Lucía Etxebarría, es una novela española contemporánera de 281 páginas publicada en 1998. En el ámbito de la burguesía española en la Edad Moderna, la autora está invitando al lector a penetrar en el confuso mundo adolescente que es más bien, como todos sabemos, un laberinto lleno de varios intereses y dificultades. La voz narrativa corresponde a la joven protagonista, Beatriz de Haya, quien nos permite -desde una visión retrospectiva- conocer la historia y momentos claves de su vida. Y precisamente por la narración en primera persona y por los flashbacks en la mente de Beatriz, recordando su infancia y comparándola con su presencia, causa la novela una impresión profunda y sentimental. Esta estrategia narrativa, casí a modo de diario, desnuda la intimidad interna de la protagonista y de tal manera deja decubrir al lector su forma de pensar y sentir. No obstante, el dicho esquema se enriquece gracias el uso frecuente de varios recursos estilísticos a lo largo de toda la novela: como el buen uso del lenguaje rico (a pesar de que la narradora es española, añade -por estudiar en Inglaterra- frases o palabras en inglés, pero también por ejemplo en latín: «Excusatio non petita, accusatio manifesta», pág. 77; etc.), las frases cortas («Eso es todo.», pág. 148; «Cogí un taxi.», pág. 235; «Le odiaba.», pág. 134; etc.), las frases escritas en mayúscula (para señalar la arroganica del hablante: «¿SE PUEDE SABER QUÉ DIABLOS TE HAS HECHO EN EL PELO?», pág. 121; «¿OS QUERÉIS CALLAR LAS DOS?», pág. 134; etc.), las expresiones vulgares («Ni de coña.», pág. 132; «¡Mierda!», pág. 135), las palabras o frases escritas de cursiva («Coco abrazaba a Mónica por la cintura, cariñoso.», pág. 146), las comparaciones («como azúcar en agua», pág. 154; «como una lubina recién pescada», pág. 155) o las describciones detalladas («Aunque iban vestidos de sport (vaqueros, cazadora, camiesta de algodón) su aspecto contrastaba escandalosamente con los estudiados modelitos «indie pop» de los habituales del sitio... », pág. 107). Entre otros aspectos estilísticos, hay que destacar también el frecuente uso de los diálogos por personajes que desempeñan un papel protagonista (pero por personajes secundarios también); el elemento que hace la lectura mucho más viva y auténtica. -¿Charo?- [1]pregunto al aire. - Sí, Sí... sigo aquí. Perdona...Y dime, Bea.. ¿hace cuándo que no sabes de Mónica? - Mucho, casí desde que me fui. O sea, cuatro años. La escribí alguna vez, pero no me respondió. - Ya. Comprendo... (pág. 55) Sin embargo, lo que hace esta obra verdaderamente original, es la visión de la vida apoyada en la teoría cosmológica. La protagonista, como ya se nota por el título de la novela, compara la vida con los cuerpos celestes o astros que forman parte del Universo. El sistema que llamamos Universo es «el continuo espacio-tiempo en el que nos encontramos, junto con toda la materia y la energía existentes en él. Está constituido por los astros y por los espacios que median entre ellos.»[2] Es decir, el Universo, y tal y como la vida humana, construye un mundo con sus propias reglas con el objetivo de mantener el equilibrio del sistema. Por el contrario, Beatriz intenta liberarse de los estereotipos de la vida, y sobre todo de aquellos que están relacionados con la cuestión de género. Pero no es ésta la única razón por la cual los elemento cosmológicos aparecen tanto en la novela, sino lo que en este sentido también tiene su papel importante es el deseo de Mónica -la mejor «amiga» de Beatriz- de ser astrónoma.[3] Sí, mi madre era mi sol y regía mi existencia. Pero el sol es menos estable de lo que parece; tiene estaciones y tormentas y ritmos de actividad, y las variaciones solares influyen directamente sobre sus planetas. El sol es agente de cambios terrestres: su brillo afecta a las temperaturas; sus rayos ultravioleta a los vientos y a la producción de ozono; sus tormentas de campos magnéticos y partículas subatómicas a las lluvias y la cantidad de nubes. De alguna manera, si el sol se enfada, si estalla en un bombardeo cósmico, la Tierra sufre el cambio de humor en su corteza. (pág. 82) La novela está dividida en cuatro capítulos, etre otras cosas, diferenciados bastante en su tamaño: Órbita cementerio, La ciudad en ruinas, En el lugar del miedo y Luz desde una estrella muerta. Dos títulos (Órbita cementerio y Luz desde una estrella muerta), fueron evidentamente elegidos también por la influencia de la dicha cosmología. La mayoría de los actos, observaciones e intenciones que a lo largo de la novela unen presente y pasado de Beatriz, están realmente relacionados con el único tema: amor en todas sus formas y dimensiones. Parece que la protagonista no busca en el amor lo sexual, sino lo que considera verdaderamente importante es la conexión entre dos personas basada sobre todo en los sentimientos puros. Resumiendo brevemente el argumento de la novela, la historia se desarrolla en la época cuando Beatriz, originalmente de una familia burgesa madrileña afectada por muchos conflicto internos, está pasando los días lejos de su país natal, España. Al cumplir unos veinte años, y después de cuatro años estudiando en la universidad de Edimburgo en Inglaterra, la joven española acaba la carrera y gradúa en la literatura inglesa contemporánea. Durante todo este tiempo comparte Beatriz el piso con su novia inglesa, Caitlin o Cat: una chica bella por dentro y por fuera pero también un poco misteriosa, ya que siempre se menciona su nombre, pero ella misma no aparece casí en ningún diálogo. Cat estaba bien pagada por trabajar de camarera en un bar reseñado como uno de los lugares más interesantes de la ciudad de Edimburgo. Pero al mismo tiempo, vende éxtasis entre sus amigos. A pesar de que la relación entre Beatriz y Cat parece ser una relación pura y bonita, Bea en realidad no parece ser muy satisfecha, algo le falta, y probablemente por eso compara tanto la presencia con su pasado, mejor dicho, con el amor platónico que siempre sentía por Mónica Ruiz Bonet, su mejor amiga desde la infancia que al final se convierte en la persona más importante de su vida: «su personalidad caleidoscópica estaba compuesta de múltiples detalles (existía la Mónica tranquila que se pasaba horas leyendo y adoraba las matemáticas, la Mónica gamberra, a la que le encataba montar bulla a las horas de clase, la Mónica escéptica que se acostaba con un chico cada semana y la Mónica sensible que aspiraba a casarse algun día y tener niños...)» (pág. 119). Beatriz, toda confundida y sin capáz de conocerse a sí misma, decide de volverse a Madrid, ya que todo lo que realmente quiere es volver a ver a Mónica. Mónica siempre era una chica problemática y de hecho, nunca tenía una buena influencia sobre ella, e incluso la obligó a tomar y distribuir drogas. No es muy soprendente entonces, que el lugar en el que se las dos chicas finalmente encuentran, es una clínica de desintoxicación donde Mónica recibe el tratamiento de los addictos a la heroína. A continuación, nos permitimos citar el resumen y sinópsis de Etxebarría que, en pocas palabras, captura brillantemente la esencia de toda la historia: Tres mujeres: Cat, lesbiana convencida; Mónica devorahombres compulsiva y Beatriz, que considera que el amor no tiene género. Tres momentos de la vida de una mujer y dos ciudades, Edimburgo y Madrid, para una novela única sobre el amor a los amigos a la familia y a los amantes. (pág. 2) A pesar de que toda la historia gira principalmente en torno a las mujeres, vale la pena mencionar que incluso los hombres naturalmente tienen en la vida de Beatriz un papel importante: su padre, Coco (el amante de Mónica), Javier (el primer nóvio de Mónica), Pepe (el camarero del bar), Barry (el ex-nóvio de Cat), pero sobre todo Ralpha Scott-Foreman con quien pierde la virginidad. Este chico le enreda tanto la cabeza que ni puede decidir entre él y Cat, o mejor dicho, aúnque son dos personas tan distintas no quiere perder ni uno ni otro y prefiere mantener la relación con los dos a la vez. Como ella misma dice: «Yo puedo amar a hombres y a mujeres. No distingo entre sexos.» (pág. 223). De todos modos, parece que Beatriz y los cuerpos celestes cumple con su objetivo inicial y primario: observar la meta más importante de la adolescencia que es más bien la construcción y el desarrollo de la propia identidad de la narradora. En este sentido, hay que subrayar que el tema de la búsqueda de la identidad en la adolescencia es realmente uno de los mayores aportes de la novela, ya que se trata de una problemática universal con la cual todos podemos identificarnos. El hecho que hace la lectura aún más cercana, íntima y personal. Lo que también impresiona bastante, es que a pesar de todas las malas circunstancias que influyen la vida de la narradora (las drogas, el robo, la violencia, etc.), Beatriz no deja de dar la impresión de una chica buena. ________________________________ [1] Charo Bonet, madre de Mónica Ruiz Bonet, tal y y como vemos más adelante, uno de los personajes principales de la novela. [2] Véase: https://okdiario.com/curiosidades/cuales-son-componentes-del-universo-456788 [3] Tal y como lo explica su madre Charo (pág. 59).