Antonio Muñoz Molina – El jinete polaco Narración, historias y recuerdos La novela es dividida en 3 partes: 1. El reino de las voces, 2. Jinete en la tormenta y 3. El jinete polaco. La mayor parte del texto forman los recuerdos que alternan con el presente. El presente tiene lugar en el piso de Nadia en Nueva York (en el que pasa con Manuel 10 díaz haciendo el amor, durmiendo y contando las historias del pasado) y después de un par de días tiene lugar en Mágina trás la muerte de la abuela de Manuel (Manuel está esperando la llegada de Nadia). El pasado está representado en la primera parte de novela por los recuerdos intermediados de otras personas: del abuelo Manuel, la abuela Leonor, la madre y el padre de Manuel, Ramiro Retratista, el médico don Mercurio... Hay también los recuerdos de Manuel de su infancia – éstos son más que recuerdos las imágenes nutridas por la narración de los adultos sobre aquellos tiempos, por ejemplo: „Oigo las voces que cuentan, las palabras que invocan y nombran no en mi conciencia sino en una memoria que ni siquiera es mía, oigo la voz desconocida de mi bisabuelo Pedro Expósito que habla a su perro y le acaricia la cabeza mientras los dos miran el fulgor de la lumbre con una expresión parecida en los ojos, oigo contar que lo trajo de Cuba y que el perro era casi tan viejo como él.“ (p. 22) Manuel se acuerda de estos recuerdos de los recuerdos también gracias a las fotografías de Ramiro Retratista, que Manuel y Nadia encuentran en la maleta que Ramiro dejó al comandante Galaz. Ramiro había captado la vida y los habitantes de Mágina por 50 años. Manuel y Nadia en las fotos reconocen los lugares y personas familiares. Algunas historias son relativizadas (hasta mitificadas) porque el abuelo Manuel veía la realidad mezclada con su fantasía y uno no sabía lo que había pasado de verdad y lo que no: “pero que una cosa fuera imposible no le parecía a mi abuelo Manuel motivo suficiente para dejar de contarla, más aún, le hacía preferirla, de modo que decía que el perro sin nombre de su suegro había vivido hasta los setenta y cinco años con la misma naturalidad con que explicaba que el rey Alfonso XIII le había pedido fuego una noche muy oscura en una callejuela del suburbio y que en la Sierra vivían unas criaturas mitad hombre y mitad caballo que eran feroces y misántropas” (p. 22). Las historias y los recuerdos son, por supuesto, relativizadas también por el simple facto de que la memoría humana tiene varios mecanismos del olvido y regulación del pasado, y este efecto se duplica cuando se trata de las historias y los recuerdos intermediados. En el libro vuelven a aparecer los recuerdos de las canciones y dichos de los niños, las historias sobre la momia de la mujer emparedada en la Casa de las Torres cuyo espíritu caminaba por las noches por las calles de Mágina. Algo de eso son supersticiones que servían para asustar a los niños o eran la parte de los juegos, pero algo tiene base real. Nos enteramos de que hace años encontraron de verdad en el sótano de la Casa de las Torres a una momia bien conservada de una mujer jóven y alguién la robó y se ha quedado captada solamente en una fotografía de Ramiro Retratista. Así se mezclan las supersticiones con la realidad hasta que la realidad parece una superstición (la mujer emparedada en la Casa de las Torres). En la segunda parte de la novela representan el pasado los recuerdos propios de Manuel de su pubertad, sobre todo de la edad de 17, y también los recuerdos de Nadia de más o menos la misma edad, cuando trás la muerte de su madre viajó con su padre de los Estados Unidos (en dónde su padre vivió muchos años en la emigración) a España y pasaron varios meses en Mágina. Los recuerdos de Nadia alternan con los recuerdos de su padre que paseando por las calles de Mágina va recordando el periódo justo antes de la guerra civil que pasó en Mágina como el comandante. Esos recuerdos va a compartir con su hija muchos años más tarde en los Estados Unidos en su lecho de muerte. Los recuerdos de Manuel dan vueltas sobre las canciones del rock que escuchaba en aquellos tiempos con los amigos en tabernas y bares baratos (Riders on the storm, Walk on the wild side či My girl) y que forman parte imprescindible de su pubertad, la rebeldía juvenil y de sus sueños y deseos. La tercera parte trata sobre el pasado más reciente – la vida adulta de Manuel llena de viajes de trabajo y de su soledad; y el encuentro con Allison (Nadia Allison) en una conferencia en Madrid y después de dos meses el encuentro con Nadia en un hotel en Nueva York. En esta parte Nadia le cuenta a Manuel la historia de su encuentro hace años en Mágina del cuál Manuel no se acuerda por la causa de mucho alcohol que había bebido. El motivo principal del flujo intenso de la narración y de los recuerdos de Manuel y Nadia es su deseo de reconstruir la historia de su pasado común: “No empujados por una vocación desinteresada de saber, sino por la mutua necesidad de encontrarse en los hechos que los precedieron y los originaron, nacidos de una suma de casualidades y desgracias (...) Queda en los vivos lo que los muertos quisieron entregarles, no sólo palabras, conjeturas y fechas, sino algo que a ellos dos les importa ahora mucho más, una parte de los motivos de sus vidas, de la tarea asidua, colectiva, impremeditada y ciega que ahora es la forma de sus destinos. Y por eso encuentran, agradecen y saben, por eso miran fotografías y restablecen confidencias y actos, y cuanto más aprenden más miedo tienen de que algo de lo que sucedió hubiera ocurrido de otro modo, extinguiendo hace un siglo o treinta años o dos meses la trémula posibilidad de que ellos se encontraran.” (p. 26) Hay mucha intensidad, deseo y miedo en su narración. Conocen uno al otro sólo un par de días, pero ese hilo de la narración tal vez podría suplir o crear un pasado común, que en realidad no lo tienen. Quizás si no logran crear un monumental base común, su relación, todavía tan frágil, no sobrevivirá. De esta manera su amor adquiere un sello de fatalidad e inevitabilidad porque la historia de tantas generaciones ha dirigido hacía su amor. La historia más antigua de su “pasado común” es la historia del rapto del médico Mercurio, que don Mercurio contó a Ramiro Retratista y Ramiro la contó al comandante Galaz y así caminó hacía Nadia y Manuel: “Para no perderse en un laberinto de pasados deciden establecer el principio de todo en el testimonio más antiguo que poseen: el médico joven, tal vez hambriento, desvelado en su cama, sobresaltado cuando logra dormirse por el tumulto de la última noche de carnaval (...)” (p. 27). En en final de la novela se revela la falsedad de aquella historia – don Mercurio la había inventado para complacer la curiosidad de Ramiro Retratista sobre la mujer emparedada y para ocultar la verdadera historia, que le contó en su lecho de muerte a su cochero Julián y este Julián después de muchos años se la cuenta a Manuel que le visita en asilo de ancianos. Pues se revela que el bisabuelo de Manuel – don Pedro Expósito – fue el hijo de don Mercurio y la mujer emparedada. Que lo más importante no es la veracidad de los recuerdos, Muñoz Molina demuestra también en otros sitios (por ejemplo mediante las historias del abuelo Manuel mencionadas antes): “Puedo inventar, ahora, impunemente, para mi propia ternura y nostalgia, uno o dos recuerdos falsos pero no inverosímiles, no más arbitrarios, sólo ahora lo sé, que los que de verdad me pertenecen, no porque yo los eligiera ni porque se guardara en ellos una simiente de mi vida futura, sino porque permanecieron sin motivo flotando sobre la gran laguna oscura de la desmemoria, como manchas de aceite, como esos residuos arrojados a la playa por el azar de las mareas con los que el náufrago debe mal que bien arreglarse para urdir en su isla un simulacro de conformidad con las cosas. Hasta ahora supuse que en la conservación de un recuerdo intervenían a medias el azar y una especie de conciencia biográfica. Poco a poco (...) empiezo a entender que en casi todos los recuerdos comunes hay escondida una estrategia de mentira, que no eran más que arbitrarios despojos lo que yo tomé por trofeos o reliquias: que casi nada ha sido como yo creía que fue, como alguien, dentro de mí, un archivero deshonesto, un narrador paciente y oculto, embustero, asiduo, me contaba que era. (...) Pero ahora imagino cautelosamente el privilegio de inventarme recuerdos que debiera haber poseído y que no supe adquirir o guardar, cegado por el error, por la torpeza, por la inexperiencia, por una aniquiladora voluntad de desdicha” (p. 144). Manuel en esta parte habla sobre los recuerdos de Nadia de los tiempos de su estancia en Mágina, que a él le faltan por completo. Es un fenómeno interesante: el recuerdo que uno posee y el otro no, y el segundo encuentra un trozo de su propio pasado gracias a la narración del primero. Otra persona tiene papel de nuestra memoria. Digno de atención es también otro aspecto: como cambia nuestro modo de ver el pesado la conciencia de que la persona, hoy en día muy querida, vivió en el pasado un par de meses en la misma ciudad y paseó por las mismas calles como nosotros, pero entonces no lo sabíamos y ni suiqiera conocíamos a esta persona. El la novela podemos ver la alusión al libro Mil y una noche: Manuel y Nadia cuentan las historias y hacen el amor con tanta intensidad, como si fuera el caso de vida o muerte – crean el pasado común, alargan el presente y así postergan el futuro del que tienen miedo (el futuro puede separarlos). Pero no pueden seguir contando las historias para siempre, encerrados y aislados en el piso de Nadia. Por fin tendrán que afrontar la realidad y salir del piso y de las historias, pero antes tienen que fortalecerse con ellas para resistir (para que su relación resista). Otro motivo que tiene que ver con las historias es el motivo de eschuchar las historias en la radio, más tarde ver las historias en la televisión. Estas historias de los mundos que los habitantes de Mágina no conocen tal vez suplen de cierta manera la vida que no han podido vivir. La radio y la televisión son la ventana a vidas y mundos diferentes de los que conocen en Mágina (sus vidas reales son llenas de trabajo duro y ajetreo de todos los días). A Manuel, en los tiempos de su niñez y pubertad, le gustaba mucho cambiar de cadenas y escuchar las radioemisiones extranjeras – era su manera de “viajar” y alejarse de Mágina. Muy importante es la tradición oral – las historias de su abuelo contadas por las noches junto al brasero, que a Manuel le gustaban tanto cuando era niño. Más tarde las conoce de memoria y está harto de ellas – está harto de la monotonía de la vida en Mágina, de la repetición eterna de lo mismo. Y también del mito “bucólico” del campo y la vida simple llena de trabajo (la ciudad, por lo contrario, representaba algo vicioso, corrompido). La magia de las historias del abuelo revive cuando Manuel después de muchos años las cuenta a Nadia – es porque las cuenta a ella, pero también porque representan el mundo de su infancia, la “vieja” Mágina que ya no existe, y porque su abuelo ya no cuenta historias – todos los días está sentado en el sillón viendo la televisión. Y también porque aquel diverso mundo lleno de aventuras, que deseaba tanto en su pubertad, lo ha decepcionado y Manuel ha llevado una vida muy solitaria y vacía. En la novela se mezclan los recuerdos, la historia, supersticiones, mitos y cuentos inventados. Un ejemplo del mito es el mito sobre el comandante Galaz y su acto heróico – según lo que cuentan sus admirantes (por ejemplo el tío Rafael) el comandante desbarató él solo la conspiración de los facciosos: “levantó la pistola en medio del patio, delante de todo el regimiento formado en la noche irrespirable de julio, y le disparó un tiro en el centro del pecho al teniente Mestalla y luego dijo, sin gritar, porque nunca levantaba la voz: «Si queda algún otro traidor que dé un paso al frente»” (p. 19). Así de heróico se puede ver en dos fotografías de Ramiro Retratista: en un retrato captado en el estudio y en una instantánea de la noche incriminada. Más tarde se revela que los motivos del comandante no eran tan heróicos como parecían y no habían nacido de un credo político profundo ni de la lealtad a la República (su carrera militar era tan solo una máscara que se ponía cada mañana y él en realidad era muy apático y no sentía entusiasmo por nada, ni siquiera amaba a su propia esposa) – fue más bien un impulso de hacer algo, después de largas horas que había pasado sentado en su habitación sin ninguna acción, mientras a fuera estaba ocurriendo algo muy importante, tal vez fue la necesidad de volver a actuar como el comandante. La historia La novela está compuesta por las historias de cinco generaciones de los habitantes de Mágina, que son inevitablemente relacionadas con el contexto histórico correspondiente. Pero El jinete polaco no es una novela histórica clásica. Refleja los hechos históricos, pero estos sirven más bien de contexto de la vida y comportamiento de los personajes y de la ciudad. El joven don Mercurio escapó de Madrid trás el asesinato del general Prim en el año 1870 y se arraigó en Mágina. Pedro, el bisabuelo de Manuel, luchó a finales del siglo 19 en la guerra de Cuba. El comandante Galaz aplastó el levantamiento militar en Mágina en el principio de la Guerra civil y los soldados de Mágina lucharon como republicanos casi hasta el fin de la guerra. El abuelo Manuel fue encarcelado como un soldado republicano en un campo de concentración. El padre de Manuel, cuando era chico, vendía yerbabuena a los moros de Franco y así ahorraba el dinero. Todos los habitantes de Mágina sufrieron por el hambre en los años de la guerra y de la posguerra inmediata. La plaza del General Orduña fue trasnombrada después de la muerte de Franco, pero la estatua se quedó. En este lugar podemos mencionar que Mágina fue inspirada en la ciudad natal del escritor – Úbeda – y la Plaza del General Orduña fue inspirada en la plaza de Úbeda en la que dominaba la estatua del general Leopold Saro Marín (en Mágina la estatua del general Orduña). Y por fin, Manuel y Nadia se reencuentran en Nueva York durante la guerra en el Golfo pérsico – en los tiempos del miedo del ataque atómico. El jinete polaco narra también la historia de la ciudad de Mágina que cambia durante los años y se moderniza. Cuando Manuel regresa a Mágina trás la muerte de su abuela Leonor y pasea por las calles, muy familiares en los viejos tiempos, casi no las reconoce. Le da pena que los niños ya no canten las canciones de su infancia y no tengan miedo del espíritu de la momia emparedada. Las historias contadas crean la historia de la familia de Manuel: los destinos de varias generaciones. Casi toda la novela el lector piensa que la historia de la familia de Manuel empieza con su bisabuelo Pedro Expósito, pero en el final se revela que la historia familiar empieza con don Mercurio (el padre de Pedro). Al mismo tiempo todo esto es la historia que ha conducido al encuentro de Manuel y Nadia y a su enamoramiento. En la novela la historia se documenta y conserva de varias maneras: · la memoria, los recuerdos y los recuerdos intermediados · las fotografías de Ramiro Retratista · los artículos de Lorencito Quesada en Singladura (son mencionados varias veces en la novela) · la narración de Manuel y Nadia · la novela autobiográfica del jefe de policía Florencio Pérez escrita en los años de su jubilación En el mismo tiempo la historia y el pasado se pierden: · son transformados por la memoria y por las narraciones · la gente que vivió este pasado muere · la ciudad se moderniza, muchos árboles fueron talados, el antiguo estudio de Ramiro Retratista desapareció y fue sustituido por el nuevo... · en la tienda de antigüedades aparece una estatua de la mujer emparedada (creada según la momia), pero el vendedor no sabe nada de ella – a Manuel le dice que es una estatua preciosa del siglo XIX · las canciones y supersticiones desaparecen de la conciencia de la gente y de las calles · la novela autobiográfica del inspector Florencio Pérez es desconocida – Lorencito Quesada no ha conseguido publicarla · la exposición de las fotografías de Ramiro Retratista no se realizó y el libro de sus fotografías tampoco ha sido publicado. Sus fotografías de toda la vida están en una vieja maleta, inaccesibles para los habitantes de Mágina. Rasgos posmodernos: * se mezclan varios géneros literarios: novela histórica, novela generacional, novela amorosa, novela autobiográfica, novela de aprendizaje... · referencias a popcultura: canciones del rock de Jim Morrison, Jim Hendrix, Beatles y otras; la cultura de las celebridades (los habitantes de Mágina admiran e idolatan al toreador Carnicerito, compatriota de Mágina – cuando viene de visita a su ciudad natal, siempre le acompaña una mujer del tipo modelo, Carnicerito toma drogas...); el título de la segunda parte de la novela (Jinete en la tormenta) se refiere a la canción del grupo The Doors – Riders on the storm – una canción muy importante para Manuel en su pubertad · la ironía y el humor: el sacérdote, gran admirador de las corridas de toros, interrumpe la misa a causa de la celebración de Carnicerito; el jefe de la policía, que escribe la poesía en secreto, en momentos totalmente inapropiados inventa versos o rimas (por ejemplo cuando la portera de la Casa de las Torres viene a informarle que ha encontrado en el sótano una momia emparedada), su inspiración puede ser el general Orduña pero también Carnicerito, y cuando en los años de jublación escribe su autobiografía se encuentra con los siguientes problemas: “si no las ganas de vivir, se le acentuó el miedo supersticioso a la muerte, pues temió que le llegara antes de que diera fin al relato de su vida” (p. 49), se da cuenta de que en toda su vida no vivió ni experimentó casi nada y cuando describe los setenta años de su vida y llega al momento actual, sigue escribiendo e imagina los hechos futuros: „a medida que el manuscrito se aventuraba en el porvenir y en la mentira iba volviéndose más lujosamente detallado, a diferencia de la narración de los hechos reales, en la que se advertía una apresurada o desengañada sequedad“ (p. 49). · parodia de los funcionarios: el jefe de policía Florencio Pérez escribe en secreto los poemas en su oficina (a veces hasta durante la interrogación), sigue en su función de jefe de policíia muchos años aunque le falta autoridad y nunca investigó con éxito ningún caso; el comandante Galaz vive en su burbuja mientras se prepara el levantamiento militar con mucha importancia para la historia de España... · metanarración y „metarecuerdos“ (los recuerdos de los recuerdos) · se mezclan los recuerdos, los recuerdos intermediados, las historias, las supersticiones... · se relativiza “la única verdad” – hay muchas voces que narran y cuentan · el comandante Galaz no percibe su vida como una vida, sino como varias vidas diferentes · la novela exige más atención y más cooperación de la parte del lector que va componiendo la historia de muchas historias y conectando las relaciones y motivos · las citas amorosas del Cantar de los Cantares de la Biblia protestante que don Mercurio legó a Ramiro Retratista y Ramiro la dio junto con sus fotografías al comandante Galaz. Ramiro había encontrado un fragmento del Cantar de los Cantares escrito en el papel escondido en el vestido de la mujer emparedada – fue la declaración del amor de su amante (don Mercurio, como se revela más tarde). Las declaraciones amorosas de Biblia se convierten en las declaraciones amorosas entre don Mercurio y su amante, pero también entre Ramiro Retratista y la mujer emparedada, y más tarde entre Manuel y Nadia que leen en voz alta los fragmentos del Cantar de los Cantares de la vieja Biblia (Nadia la había heredado de su padre – el comandante Galaz). La misma declaración del amor se repite en diferentes tiempos y generaciones. · desaparece la diferencia entre la fotografía y la realidad – Ramiro Retratista se enamora de la mujer emparedada a base de su fotografía que él mismo había hecho en el sótano y la reveló en su estudio. Aquella mujer, muerta por décadas, se convierte en el amor de su vida. Ramiro ve las caras de los habitantes de Mágina con más frecuencia mediante el objetivo y en las fotografías que en vivo. Katarína Gecelovská *Las páginas de las citas de El jinete polaco se refieren a la versión electrónica del libro.