Tereza Šandová, UČO: 437808 SJIIA117: Historia de la literatura española del siglo XX II Ensayo El papel de la música en El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina 1. Introducción El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina, es una novela por excelencia publicada por Editorial Planeta en 1991; según los críticos literarios se considera «una obra única en el panorama de la literatura española contemporánea». [1]La gran calidad de la novela fue galardonada con el prestigioso premio editorial Premio Planeta 1991 y el Premio Nacional de Literatura (España).[2] Se trata de un relato parcialmente autobiográfico en el cual el yo-narrador Manuel Moreno -mirando la colección de fotografías- cuenta las memorias de infancia y adolescencia desde una visión retrospectiva para encontrar su propia identidad. El título de la obra, El jinete polaco, corresponde con la pintura de Rembrandt, la cual a lo largo de la narración desempeña un papel significativo. [3] En El jinete polaco, la narrativa se origina a causa de un deseo de saber que es estimulado continuamente por el mutismo del retrato fotográfico. Este deseo, que es cotejado en el texto con el deseo erótico, guía a los protagonistas de fotografía en fotografía, de personaje en personaje y de instante en instante. Ante la mirada del narrador se despliegan el pasado y el presente como una colección azarosa de momentos. (Fernández Martínez, 2008, pág. 434) 2. Género El Jinete polaco es una autobiografía parcial que por su estilo pertenece en la prosa narrativa: un género de libertad estética, que ha vivido en España unas décadas de auge y hasta hoy en día «sigue siendo el género por excelencia, el territorio de más prestigio, tanto para los escritores como para los lectores.»[4] «En fin, si alguien quiere saber que ha sido la nueva novela española en estos últimos años tiene un amplio número de títulos en los que detenerse, donde sorprenderá la variedad temática y estilística.»^^[5] Entre otras cosas, la narración se caracteriza por creación de una historia imaginaria siguiendo los modelos del mundo real y las propias experiencias del autor. Entonces, lo que da al texto un valor esencial es sobre todo la relación entre lo imaginario con lo real; y el carácter peculiar de la obra consiste precisamente en esta unión. 3. Espacio y tiempo El tiempo durante el cual transcurre la historia es esencial, pero no lo podemos determinar con absoluta exactitud. Lo que dificulta la tarea es el afán del protagonista de reflexionar su vida, como ya se ha mencionado en la introducción, desde una visión retrospectiva: con muchos saltos de tiempo. De todos modos, Manuel vive en los años noventa del siglo XX y la retrospectiva utiliza como un instrumento que le facilita comprender su actual identidad. El protagonista narra la historia de su familia a lo largo de cuatro generaciones (bisabuelo, abuelos, padres, y él mismo): de tal manera el tiempo trancurre desde el asesinato del general Juan Prim en 1810 hasta el siglo XX. La historia -realizada mediante fotografías y memoria del protagonista- se desarrolla en Mágina, un pueblo imaginario que se convierte en el principal escenario de la novela. Sin embargo, la verdad es que lo imaginario es solo el nombre, en realidad se trata de Úbeda en Andalucía en el sur de España: el pueblo natal del autor. A continuación, el relato se desarrolla también en otros lugares del mundo: como Madrid, Chicago o Nueva York en Estados Unidos. De todas maneras, para comprender el contexto de la obra, hay que conocer también la vida del mismo autor. Resumiendo, Muñoz Molina, uno de los miembros de la Real Academia Española, nace y pasa la infancia en Úbeda, pero luego crusa sus estudios universitarios (el periodismo y la historia del arte) en Granada y Madrid. Actualmente el escritor vive en Madrid y Nueva York.^^[6] Es más que evidente entonces, y como veremos más adelante, que la mayor inspiración para construir el espacio y el argumento del libro fue la propia vida del autor. Por eso, una de las mayores cualidades de la novela es su verdadera autenticidad y el ambiente familiar que consigue transmitir una sensación íntima y personal. Antonio Muñoz Molina (Beatus ille, 1986, y El jinete polaco, 1991) empezó cultivando una literatura sustentada en la ficción, en la cultura, construyó después unas obras fundamentadas en lo autobiográfico hasta decantarse por un tratamiento moral de la realidad del presente, de algunas de sus mayores lacras, como la violencia.^^[7] 4. Argumento El argumento de la novela se desarrolla en tres capítulos: El reino de las voces, Jinete en la tormenta y El jinete polaco. En realidad, resumir la historia de una manera breve no es una tarea fácil, en 577 páginas se presenta una estructura brillante y muy bien hecha, pero al mismo tiempo complicada y demasiado detallista; requiere mucha atención del lector. Lo que es verdaderamente impresionante es la capacidad del autor construir una historia de tal manera, en la que todo cabe y encaja tan naturalmente, y todo -aúnque al principio no lo parece - sirve al fin. En el primer capítulo El reino de las voces, Manuel Moreno, un traductor simultáneo, y su novia Nadia, se encuentran en una «habitación de donde no habían salido muchas horas» (pág. 9) y parece que ni les importa: «conversan día y noche animados por el deseo de conocerse, al tiempo que se reconocen en un pasado común» (Fernández Martínez, 2008, pág. 433). Manuel cuenta -a través de sus recuerdos y fotografías- la historia de su infancia que pasaba en Mágina; a Nadia le habla de los miembros de su familia y otros habitantes de Mágina, pero también de sus experiencias y pensamientos. Hay que mencionar, sin embargo, que la primera parte del libro es la parte más abstracta, confusa y desordenada de toda la novela. Lo que complica la lectura es una gran cantidad de varios personajes con distintos destinos que aparecen casí desde la primera página; y en los cuales vamos a enfocarnos más tarde. Oigo las voces que cuentan, las palabras que invocan y nombran en mi conciencia sino en una memoria que ni siquiera es mía, oigo la voz desconocida de mi bisabuelo Pedro Expósito Expósito que habla a su perro y la acaricia la cabeza mientras los dos miran el fulgor de la lumbre con una expresión parecida en los ojos, oigo contar que lo trajo de Cuba y que el perro era casi tan viejo como él... (pág. 27) El momento más extraño, no solo del primer capítulo sino de toda la narración, es cuando en la Casa de las Torres descubren un cadáver de una chica joven en estado de momificación. En primera vista la escena se siente bastante esforazada, sin ningún sentido, pero en realidad es al revés. El desenlace de ese misterio viene más tarde y parece, entonces, que la momia era la mujer de don Mercurio, el médico que pertencía -junto a su mujer- a la familia del protagonista. Mientras don Mercurio hace la investigación de la momia a Julián ,que le ayuda, se le despierta sospecha y piensa: «...la cara de don Mercurio de nuevo le pareció mucho más vieja que unas horas antes, y empezó a pensar que el médico sabía algo que ocultaba a los demás y advirtió en él un pesadumbre que hasta entonces no le había conocido... Sabe quién es y no lo dirá a nadie, la conoció cuando ella estaba viva y los dos eran jóvenes» (pág. 72). Pero el hecho aún más raro es que la momia tiene su admirador; el fotógrafo Ramiro Retratista que se enamora de ella: «...y que sus ojos de muerta lo estaban mirando como las mujeres de verdad no lo miraron nunca, porque no lo veían, las mujeres no se paran a mirar al retratista, explicó, están pensando en el caballero al que le enviarán su foto con una dedicatoria elegante... » (pág. 74). A pesar de que el segundo capítulo Jinete en la tormenta sigue siendo una retrospectiva, por su estructura parece ser un poco más comprensible que de la primera parte. Pero también el lector ya poco a poco se acostumbra al estilo de la narración y empieza a reconocer los personajes. Manuel sigue contando a Nadia sus memorias, pero ahora ya estamos en su adolescencia y pues la personalidad del protagonista naturalmente desarrolla: se nota más rebelde que antes y su mayor deseo es escapar de Mágina e ir al otro extremo del mundo. Ya que lo que le distingue de sus coetáneos es el hecho que cada verano pasa en trabajando duro y ayudando sus padres en el campo; y probablemente de aquí viene su deseo de irse del pueblo. Tiene mucha imaginación y fantasía, su mundo interno a veces le desconecta de la realidad. Lo que le interesa es la música y los idiomas extranjeros que desempeñan en su vida un papel esencial; y eso de hecho hasta su adultez. Con sus amigos del instituto vive Manuel una temporada típica de un adolescente, llena de ilusiones y de las primeras experiencias amorosas y desengaños: se enamora sin éxito de Marina, su bella compañera de clase y su primer amor platónico. Al terminar el instituto, Manuel se marcha a Madrid para buscar una nueva vida y estudiar idiomas.[8] Quería cambiar a mi antojo de nombre, de ciudad, de país, y de idioma, y mientras caminaba solo por las calles de Mágina o trabajaba en silencio en la huerta, al lado de mi padre, estaba inventándome de manera incesante pasados y porvenires, y había días y semanas enteras que dedicaba a la invención detallada de una sola vida, en París, por ejemplo, con diecinueve años, con una novia nórdica, descargando frutas en los mercados y escribiendo piezas de teatro del absurdo en una buhardilla, o en San Francisco, de batería de rock, vivendo con Marina... (pág. 256). De todos modos, uno de los momentos importantes del segundo capítulo es cuando Nadia con su padre, el comandante Galaz, después del exilio en Estados Unidos llegan a Mágina. Manuel se recuerda al padre de Nadia y le describe -según su imaginación y memoria infantil- como «una figura imaginaria y poderosa con botas altas y pistola al cinto, tan mitológica como don manuel Azaña o como general de bronce que había en la plaza del Reloj» (pág. 156). No obstante, hay que subrayar el hecho que a pesar de vivir en la misma ciudad, los destinos de Nadia y Manuel en este momento aún no se cruzan.[9] Nadia, entonces, crecía en una familia bilingüe, su madre irlandesa -que se murió- le hablaba inglés y su padre español. Y precisamente por eso los habitantes de Mágina la veían más como una chica extranjera que local; y de hecho ella misma también se sentía así. La puedo distinguir entre las chicas que salen con bolsas de gimnasia a la espalda o cuadernos y libros abrazados contra el pecho, y no sólo por la forma de su cara y el color de su pelo, sino porque camina de otro modo, sin contonearse, como ellas, porque no lleva bolso y no va maquillada y parece más joven que las muchachas de su edad. (pág. 278) Nadia, entonces, es una chica que llama atención de los demás, pero sobre todo del profesor de literatura del instituto José Manuel o Praxis, con quien vive una aventura amorosa hasta que él tiene que marcharse de Mágina por razones políticas; le persigue la policía. De todos modos, por fin en este capítulo -por primera vez- aparece el retrato del Jinete polaco. La pintura original es de Rembrandt, pero en este caso se trata solo de una reproducción. Por casualida, una noche el comandante Galaz descubre el cuadro en una tienda del anticuario: «El comandante Galaz, que no solía fijarse en la pinturas ni en las antigüedades, se lo quedó mirando un rato en el escaparate y luego entró en la tienda y pagó por el grabado una cantidad mínima: él mismo se extrañó de hacerlo, porque carecía de la costumbre de hacerse regalos» (pág. 245). Un hombre joven cabalgaba sobre un caballo blanco por un paisaje nocturno. Había tras él la sombra boscosa de una montaña y el perfil de algo que parecía un castillo abandonado, pero el jinete le daba espalda, con desdén, casi con vanidad, con la mano izquierda apoyada en la cadera, con una expresión de absorta serenidad y arrogancia en la cara tan joven. Era indudablemente un soldado, alguna clase de guerrero: llevaba un gorro que parecía tártaro, un arco y un crcaj lleno de flechas, un sable curvo y enfundado (pág. 245). El tercer capítulo, titulado tal y como la obra misma: El jinete polaco, es la parte que desenlaza toda la historia; pero de una manera tan brillante que el lector no puede dejar de soprenderse. Todo lo que al principio parecía tan liado y confuso, al final encaja y tiene sentido. Ahora estamos ya en la época casí de la actualidad de Manuel: es adulto. Sus estudios de lingüística ya los tiene acabados y trabaja principalmente para el Parlamento Europeo en Bruselas como un traductor simultáneo. Por su profesión viaja mucho, y entonces, un día tiene que ir a Madrid para traducir en un congreso y precisamente en este momento se encuentra con Nadia. No tiene ni idea que ella es la chica medio extranjera que pasaba su adolescencia en Mágina. A diferencia de Manuel, Nadia sabe muy bien quien es ese traductor y el encuentro lo tiene planeado desde hace mucho tiempo. [10] Pero ahora no se llama Nadia sino Allison: en realidad se trata solo del apellido que ha heredado de su ex marido Bob. Los dos «por casualidad» se alojan al mismo hotel y una noche acaban juntos en la habitación de Manuel y pasan un momento de pasión.Otro día Manuel se encuentra en Nueva York a donde viaja después de trabajar en Chicago. Se decide a visitar un museo y casí en el último momento antes de irse del museo -para coger el avión- se da cuenta de una pintura que le da un poco de repelús; él mismo ni sabe por qué. Se acerca para mirar el título, Rembrandt, The Polish rider, pero tiene que apartarse otra vez porque la luz se refleja en la superficie oscura y brillante del lienzo. Es el cuadro más raro que ha visto en su vida, aunque no sabe explicarse por qué, es muy raro pero también lo encuentra familiar, como si lo hubiera visto en un sueño olvidado, ... (pág. 440). En este momento, viene otra sorpresa: aparece Allison, pero ya no es la misma que antes, ni por hablar ni por su aparencia física; ahora ya es Nadia Galaz que acaba de volver de New Yersey después del enterramiento de su padre. A partir de ahora ya está claro que los dos protagonistas están enamorados y todas las ambigüedades de la historia -que hasta ahora han sido misteriosas- poco a poco comienzan a aclararse; no solo al lector sino también al Manuel mismo. Nadia le cuenta a Manuel sobre su vida y le deja descubrir unos recuerdos y experiencias que vivían juntos durante la adolescencia. Lo que pasa es que Manuel no se acuerda de ellos y se siente muy confundido. Por las memorias de Nadia, de hecho, se da cuenta de que ella era la primera chica a la que besaba y con la cual tuvo la primera experiencia sexual. Sin embargo, la razón por la cual no se acuerda para nada de todo esto es, es que ese día estaba drogado; al fin y al acabo, tal y como en muchos días en este período rebelde de un chico joven. Y precisamente por esa experiencia con Nadia, la pintura del Jinete polaco ya la conocía de antes; ella misma explica: «Cuando volví al comedor tú mirabas el grabado del jinete, decías que ere Miguel Strogoff, y luego que te recordaba a los jinetes en la tormenta de Jim Morrison» (pág. 486). Al regresar a Bruselas, Manuel recibe un mensaje triste: se ha muerto su abuela Leonor. Se decide volver a Mágina -su pueblo natal- que ahora no ya no le provoca mucha emoción sino más bien un alejamiento. No obstante, llegar a Mágina se siente como si otra vez más volviera a su infancia y adolescencia y el ambiente familiar le despierta muchos recuerdos y memorias. Además, y por casualidad, descubre la verdad sobre el raro misterio de la momia. Nadia luego -por necesidad de estar con Manuel- también se decide a viajar al pueblo y la novela, entonces, concluye con una feliz reunión de los dos protagonistas, es decir, con el feliz recuerdo de su encuentro. 5. Narrador y lenguaje Tal y como ya se menciona en la introducción del ensayo, el protagonista de la novela Manuel Moreno cuenta las memorias de su vida en primera persona: desde la perspectiva del yo-narrador omniscente. De tal manera el texto permite al lector penetrar en la mente de Manuel y saber todo lo que vive, siente y piensa; el hecho que convierte el libro en una lectura íntima y muy personal: «Me despido, cuelgo el teléfono, me desprendo de la nostalgía y del remordimiento y me quedo mirando la ventana de la habitación del hotel o el vestíbulo del aeropuerto desde donde la he llamado para no imaginar la penumbra triste de mi casa, para no verla a ella, ...» (pág. 80). Sin embargo, también econtramos pasajes contados por una voz distinta, es decir, no por Manuel, sino por el autor mismo en tercera persona que comenta los pensamientos y todas las acciones del protagonista: «Qué noche, dice Manuel, extraviado todavía en la confusión de la sorpresa y el olvido,...» (pág. 466); «Pero se muere de hambre, le tiemblan las piernas, de tanto frío como hace le duele la nariz, menos mal que tuvo la precaución de comprarse el gorro de punto y las orejeras,...» (pág. 437). En el tercer capítulo, aparecen además pasajes contados por Nadia: «Me acordaba de tí, estaba tan segura de que no te vería nunca más que cuando viajaba a España ni siquiera se me ocurría ir a Mágina para buscarte, ... » (pág. 480). En cuanto al lenguaje y los recursos lingüísticos, lo que más llama la atención es el uso de frases muy largas; y eso a lo largo de toda la novela. Dicho elemento convierte la lectura en una experiencia única pero también difícil y lenta. La narración fluye pero requiere mucha atención y concentración del lector, porque sino es fácil perder el contexto. En general, la novela está muy bellamente escrita: el autor utiliza el lenguaje rico, aparecen describciones muy detalladas, monólogos y pensamientos del protagonista (y no solo de él), también encontramos unos pocos diálogos entre personas y muchos títulos de canciones escritos en inglés. A continuación, comparamos el original escrito por Muñez Molina con la traducción checa de Vladimír Medek, la cual es -según mi opinión- muy buena y hasta el último detalle capta el ambiente del original. Esta opinión, la comprobamos con el siguiente exemplo: se trata, de hecho, de la primera frase del primer capítulo. Lo más impresionante de esta traducción es la capacidad del traductor checo mantener el mismo estilo que del autor. Escribe en frases muy largas lo que en realidad en checo no se suele hacer, pero el resultado soprendentemente se siente bastante natural : Sin que se diernan cuenta se les hizo de noche en la habitación de donde no habían salido en muchas horas, donde habían abrazándose y conversando en una voz cada vez más baja, como si la penumbra y luego la oscuridad que no notaban hubieran ido apaciguando el tono de sus voces pero no la avidez mutua de palabras, igual que se había apaciguado el modo al principio perentorio en que satisfacían y simultáneamente alimentaban su deseo, cuando regresaban caminando bajo la nieve y el frío de la taberna irlandesa donde habían almorzado, ... (pág. 9) Aniž si toho povšimli, v pokoji, z kterého už několik hodin nevyšli, se setmělo; v pokoji, kde se objímalo a hovořili stále tišeji, jako kdyby šero a po něm tma, které nepostřehli, postupně tlumily tón jejich hlasů, ne však vzájemnou lačnost po slovech, stejně jako se zmírni zpočátku úporný způsob, jakým ukájeli a současně podněcovali svou dychtivost, když se v metelici a chladnu vraceli z irské hospody,... (pág. 9) 6. El jinete polaco y la música La música desempeña en la vida de Manuel, el protagonista de la novela, un papel significativo. De hecho, no solo en la vida de Manuel sino en toda la novela: en varias ocasiones dibuja el ambiente de una manera muy auténtica; y eso solo por el simple hecho de añadir al texto un título de una canción concreta. Se trata de un detalle que en realidad tiene mucho poder y despierta la imaginación del lector, y además le ayuda identificarse con la mentalidad y los sentimientos del protagonista. Lo que hiciera la experiencia aún más real, sería escuchar la canción siempre cuando el autor/el protagonista menciona un título. Yo personalmente, aún no tenía esa oportunidad de enriquecer mi lectura de tal manera, pero creo que así se conviertiera en una experiencia única y realmente profunda. Parece que para Manuel la música es una necesidad que le acompaña a lo largo de toda su vida; forma la parte esencial de su personalidad, de su estilo de vida, de su forma de pensar y sentir. Le ayuda soportar momentos difíciles o al revés le embellece momentos agradables; e incluso le ayuda encontrar el mayor enfoque de vida y su profesión. Puesto que la mayoría de las canciones que escucha está en inglés, lo que le inspira para aprender idiomas. A continuación ponemos la lista de títulos de unas cuantas canciones que se mencionan a lo largo de la novela: My girl, Hotel Hell, Killing me softly with this song, Proud Mary, I wanna fly away, California dreaming, I wanna hold your hand, You’ve got a friend, Whole lotta love, Summertime, Riders on the storm, Brown sugar, etc. 7. Personajes En la novela, como ya sabemos, aparecen dos personajes principales: Manuel Moreno -el protagonista clave- y su amada Nadia Galaz, sobre los que ronda toda la historia. Manuel narra la vida desde su infancia hasta la edad adulta, de tal manera el lector puede observar el desarrollo de su personalidad en un largo espectro temporal. El ambiente familiar y el lugar en el cual pasa su niñez, naturalmente tiene una gran influencia en su comportamiento e identidad. Durante la adolescencia parece sentirse bastante perdido: toma drogas, la inspiración la busca en la música, tiene mucha vida interna que le ayuda escaparse de la realidad, se siente infeliz por amor y por el lugar de vivir; simplemente está buscando a sí mismo. De mayor viaja mucho y trabaja como un traductor simultáneo, ya que, como sabemos, siempre tenía interés por los idiomas. Pero ni así se siente completamente satisfecho, parece que la única cosa que le faltaba para sentirse completo y feliz era el amor de Nadia. En cuanto a Nadia Galaz (Allison), es una chica bilingüe: su madre es irlandesa y su padre español. Su vida no es nada fácil, por la pérdida de su madre tiene que aprende a cuidar la casa de manera como si casí fuera una mujer adulta; es una persona muy cuidadosa y todas los deberes los hace muy bien. Su infancia pasa en Estados Unidos, pero cuando tiene unos dieciséis años vuelve con su padre, el comandante Galaz a Mágina. Allí se siente como una extranjera y se enamora del profesor José Manuel, tienen una aventura amorosa que no acaba muy bien. Muchos años después vive en Estados Unidos, se casa y tiene un niño, pero tampoco con mucho éxito. Después de muchos obstáculos y aventuras se encuentra con el único amor de su vida, Manuel; y por él al final vuelve a Mágina. Los personajes secundarios son personajes creíbles y auténticos que intervienen en la historia, pero excusa decir que no todos tienen la misma importancia en ella. Manuel narra de su familia y de los habitantes de Mágina: el bisabuelo Pedro Expósito Expósito; los abuelos Leonor y Manuel Expósito; los padres; el primo Rafael y el tío Nicolás; los amigos Martín, Felix y Pavón Pacheco; el profesor José Manuel llamado Praxis; el fotógrafo oficioso de la policía Ramiro Retratista; el médico Don Mercurio; el subcomisario Florencio Pérez; el periodista Lorencito Quesada; el guerrero Galaz-el padre de Nadia; etc. Las circunstancias que rodean la vida de los miembros de familia de Manuel diferencian el enfoque en la manera que viven e influyen en su carácter y personalidad; así pues, naturalmente, cada generación es diferente y tiene distintas expectativas de la vida. Empezamos por el bisabuelo Pedro, un pobre huérfano que fue abondonado en Cuba y de aquí viene su apellido Expósito; su hija y luego abuela de Manuel: Leonor, tuve 7 niños con Manuel Expósito, su marido que participió en la Guerra Civil y pasó unos años detenido en un campo de concetración: «Pero no tenían miedo, las cosas ocurrían demasiado aprisa para que lo tuvieran, tenían hambre, cuentan, les picaban los piojos y las chinchas, se morían de frío bajo los capotes o los mareaba el calor bajo los cascos de acero, les hacían daño las botas militares,... » (pág. 107). Sobre los padres de Manuel no tenemos mucha información ni sabemos sus nombres: lo que sabemos es que siempre vivían una vida bastante dura, pobre y llena de trabajo en el campo. 8. Conclusión La novela El Jinete polaco de Antonio Muñoz Molina es una obra compleja, única y muy fascinante. Sin embargo, su encanto no es aparente a primera vista, hay que descubrirlo despacio con mucha atención del lector; comprender su belleza necesita tiempo. En la sinopsis de la contraportada del libro aparece una palabra que, según mi opinión, perfectamente expresa la impresión del argumento: «un rompecabezas». Es que parece que la lectura fluye de forma casual, pero realmente es como un puzzle que requiere tiempo y paciencia pero al final todas sus piezas empiezan a encajar y el imagen por fin se completa y ya tiene sentido. Sin embargo, esta análisis literaria me ha ayudado entender la novela aún más y me ha animado a leerla una vez más, pero esta vez con más calma y comprensión. 9. Bibliografía MUÑOZ MOLINA, Antonio: El jinete polaco, Barcelona (España): Editorial Planeta, 1991. MUÑOZ MOLINA, Antonio Polský jezdec, Voznice (Česká republika): Nakladatelství LEDA, 2018. FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, María Luisa: La fotografía y la memoria en El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina, Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, LXXXIV, 2008, 433-454, , [consulta en línea: 11/5/2020]. VALLS, Fernando: La narrativa española, de ayer y hoy, en El País, España, 2000, [consulta en línea: 14/5/2020]. «Ganador 1991», en Premio Planeta, Barcelona (España), 2020, [consulta en línea: 9/5/2020]. «Género narrativo: El cuento y la novela», en Webscolar, 2020, [consulta en línea: 9/5/2020]. 10. Anexo Obsah obrázku jezdectví, exteriér, muž, zvíře Popis byl vytvořen automaticky Fuetes: https://es.wikipedia.org/wiki/El_jinete_polaco#/media/Archivo:Rembrandt_-_De_Poolse_ruiter,_c.1655_ (Frick_Collection).jpg El jinete polaco es un óleo sobre lienzo (116,8 x 134,9 cm) de Rembrandt, datado hacia 1655. Actualmente pertenece a la Frick Collection de Nueva York. (fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/El_jinete_polaco) ________________________________ [1] Véase: http://www.premioplaneta.es/edicion/ganador1991.html [2] Véase: http://www.premioplaneta.es/edicion/ganador1991.html [3] Por otra parte, y según mi opinión, en realidad no parece ser tan significativo para ponerla como el título de la novela. [4] Véase : https://elpais.com/diario/2000/12/05/cultura/975970804_850215.html [5] Véase: https://elpais.com/diario/2000/12/05/cultura/975970804_850215.html [6] Véase: http://www.premioplaneta.es/edicion/ganador1991.html [7] Véase: https://elpais.com/diario/2000/12/05/cultura/975970804_850215.html [8] El hecho que cierra este capítulo. [9] Lo que parece ahora, pero luego descubrimos la realidad. [10] El hecho que el lector descubre más tarde.