EL CONCILIO DE REMIREMONT EL POEMA El Concilio de Remiremont es un poema anónimo escrito en latín a mediados del siglo XII (aproximadamente). Narra un concilio que tuvo lugar (¿sucedió de verdad?) en la abadía de Remiremont, cerca de Nancy y Estrasburgo, en Francia, cuyos miembros eran reclutados de la nobleza. El tema es el amor o, más concretamente, a qué clase de hombre debe conceder una mujer, en este caso una monja, sus favores, si al caballero (miles) o al clérigo (clericus). Hay entre 1150 y 1250 (aprox.) en Europa una serie de poemas en latín y en romance que tratan esta cuestión (con o sin monjas); citamos los más importantes: Phillis et Flora (en latín, c. 1170), Le Jugement d’Amour (c. 1180-1210), Hueline et Eglantine (quizás principios del XIII), «donde la discusión se extiende en varios pormenores pintorescos y satíricos sobre la vida del clérigo y del caballero» (Pidal, 1976, p. 136); Blanchefour e Florence (anglo-normando), Melior et Ydoine (etc.); y en España, de alrededor de 1280 según Ynduráin (1978) el poema Elena y María (Disputa del clérigo y el caballero) o Debate de Elena y María, donde se refiere «una disputa habida entre María, amiga de un abad, y Elena, amiga de un caballero, sobre cuál de ambos amantes es mejor» (Pidal, 1976, p. 122). De ahí el interés del Concilium Romarici Montis. Hay diferencias sustanciales entre el Concilio y ‘Elena y María’: en el primero se relata un acontecimiento de atmósfera religiosa convocado por monjas, siendo la formalidad y el ritualismo eclesiástico el elemento central, aunque sea parodiado, además de que a las partidarias de los caballeros no se les deja mucho espacio para defender sus posiciones. Coincide con ‘Elena y María’, sin embargo, en el carácter satírico, si bien los rasgos realistas (entre comillas), sobresalen en el caso de este último: «El juglar español olvida cuanto es posible los elementos fantásticos y ornamentales en que el debate andaba envuelto fuera de España, y se aplica a desarrollar la sátira picaresca. En esto precisamente consiste su importancia. Nuestro poeta nos da una primera muestra del género cómico en España, y en su obra hallamos mucho de la viveza, energía y penetración con que esa poesía florecerá después en manos del genial Arcipreste de Hita» (Pidal, 1976, 142). Además, el Concilio está escrito en latín, aunque no sea un latín feliz y cultivado como el de Phillis et Flora; no es el Concilio una gran obra, pero presenta un cuadro satírico de la vida religiosa realmente divertido, además de constituir un eslabón en la traditio sobre este tema ampliamente tratado en las lenguas romances, importante asimismo dentro de la historia del amor cortés y, por tanto, para el estudio de las ideologías en las formaciones sociales de la Edad Media. PROBLEMAS TEXTUALES Y DE INTERPRETACIÓN El poema es anónimo y fue “descubierto” en 1849. Los problemas textuales son numerosos (lagunas, confusiones en los manuscritos), lo que dificulta tanto la interpretación como la traducción. Asimismo, son muchas las preguntas que asaltan al lector, por ejemplo, la evidente: ¿existió realmente este concilio o es solo una recreación paródica de un tal concilio imaginario?, y otra: ¿quién es el autor del texto, una mujer o un hombre? Los personajes femeninos que aparecen hablando, ¿son alegorías o nombres que se refieren (como en algún caso, según la documentación de la época) a personas reales? ¿de qué tipo de amor se trata?, porque no queda claro en qué consisten los “favores” que debe la femina al hombre, por cuanto que el contacto carnal no es relatado explícitamente, salvo en alguna ocasión (p. ej. versos 184-186) sin que quede claro y distinto qué significa coxae (cadera) ni femoris (muslo), ni en qué consisten esos “tocamientos” prohibidos; en este caso, por cierto, se prohíben los amores con villanos o seres de bajo linaje, lo que plantea otro problema más, porque no queda claro quiénes son los laici o “laicos”, cuyo trato se condena en el texto: ¿son también caballeros o se refiere el término a otros estamentos? El Concilio presenta una peculiaridad (también difícil de interpretar) que lo diferencia del poema español: la relación con el pecado. En el Concilio parece decirse que se puede pecar si luego se hace penitencia (verso 79: Vota stulta frangere non est nefas facere), esto Pidal lo considera subversivo: «Las monjas opinan que no hay pecado en quebrantar un voto pronunciado neciamente. Elena, en vez de esta teoría subversiva, se limita a un malicioso argumento práctico, fundado en la tolerancia que la Iglesia manifiesta hacia los abades que no guardan castidad» (Pidal, 1976, 138). Sobre esta cuestión no nos podemos extender aquí. Para la interpretación de este poema, el lector debe por tanto recurrir a la tradición escrita, preguntarse por el lugar que ocupa el texto dentro de la traditio medieval (y latina, p. ej. Ovidio, Amores III.8). En primer lugar, es un texto del ordo de los clérigos, del estamento clerical: es una quaestio o disputatio (un debate o especie de agón) escolástica (sea o no parodia), está escrito en latín, en verso, y hay diversas alusiones cultas (Ovidio, dioses como Júpiter, etc.); demuestra cierto conocimiento de los giros formularios del contexto y está más o menos bien estructurado. En cuanto al tema, los que mejor parados salen son los clerici, superiores a los milites o caballeros y a los laicos en materia de amor. Se trata de un texto que se opone a la literatura cortesana, como si el estamento clerical presentara una lectura propia del amor frente a la de la nobleza, la cual parece estar ya elaborando su Libro del Mundo, paralelamente al de la Iglesia. La estructura del poema es sencilla: la presidenta del congreso (Cardinalis Domina) aparece cubierta de flores y modera las disputationes, los debates. Rápidamente, se crean dos facciones que disputan sobre cuál es el mejor amante, si el caballero o el clérigo. La verdad es que las que defienden a los caballeros no son escuchadas como Dios manda. Finalmente, la balanza se inclina por las defensoras de los monjes y curas. La Cardenala finaliza excomulgando con una serie de maldiciones a quienes no acaten la decisión del concilio. Uno de los problemas más serios es el de la versificación. Hemos utilizado la versión y comentario de Paul Pascal (impresa en 1993) publicada en internet por J. O’Donnell en 1994. Pascal señala, con relación a la métrica, lo siguiente: «Until the Cardinalis Domina begins her final impassioned speech of excommunication (line 205), the Concilium Romarici Montis is organized into three-line stanzas. The lines in each stanza are linked not by rhyme, but as clear sense-units; so clear that where the pattern seems to fail, emendation is almost certainly called for. The rhythm is trochaic and is based on word accent. There are many displacements of the trochaic beat. The lines contain fourteen syllables and break in the middle so that every half-line contains three and a half trochees. Each line almost without exception constitutes a grammatical unit in itself, with no interlocking or carryover between lines. In fact, there is not often any grammatical carryover even between half-lines. A two-syllable internal rhyme marks the middle and end of each line.» ESTA TRADUCCIÓN Ofrecemos aquí una versión al castellano adaptada para estudiantes y para el lector en general; es una traducción libre que no intenta imitar ni de lejos el original latino en la forma, solo, y no siempre, en la agrupación de versos propuesta por Pascal (tan discutible), en algunas rimas y cierto ritmo. Hemos evitado la traducción especializada por diversas razones que no vienen al caso, si bien se puede exponer la más importante: el traductor utilizará este texto para sus estudiantes checos, para explicar la relación entre la lengua sagrada, de Dios (el latín) y las lenguas romances en el feudalismo europeo, y la traditio medieval. El objetivo primario, claro, es el estudio del poema ‘Elena y María’ y sus diferentes elaboraciones en la Europa feudal. La traducción de este poema parecía en principio fácil pero en el proceso se demostró que no es así. He optado por una libertad absoluta y un castellano contemporáneo, incluyendo algún giro coloquial para resaltar la comicidad del original latino. BIBLIOGRAFÍA (Anónimo), “Elena y María (Disputa del clérigo y el caballero)”, en OC Pidal XII, 119- 159. MENÉNDEZ PIDAL, Ramón. 1976. Obras completas de R. Menéndez Pidal. Tomo XII: Textos medievales españoles. Ediciones críticas y estudios. Madrid: Espasa-Calpe. O’DONNELL, J. J. (ed.). 1994. Concilium Romarici Montis (The Council of Remiremont), en < http://ccat.sas.upenn.edu/jod/remiremont.html > [30/06/2006], a partir de una obra de PAUL PASCAL (1993). YNDURÁIN, DOMINGO (1978), La literatura española en el siglo XIII, en Historia 16, 25. (Introducción, traducción y notas: J. L. Bellón Aguilera. Ostrava, octubre 2008) «EN LOS IDUS DE ABRIL1 TUVO LUGAR UN CONCILIO EN EL MONTE DE REMIREMONT» Era primavera, los Idus de Abril: en un convento de la montaña una asamblea de mujeres celebró el Concilio de Remiremont. Nunca oímos ni creímos que existiera tal concilio en el orbe entero desde que el mundo es mundo; 52 algo así nunca fue hecho y nunca lo será. De una sola cuestión se trató en este concilio: del Amor, tema en ningún otro debatido; y el Evangelio… ni se mencionó. Nadie que hombre sea llamado allí se entromete. 10 Algunos, sin embargo, de lejos venidos, estaban presentes. Laicos3 no eran, sino honestos clérigos, y abrióseles las puertas a todos los de Toul4 para cuyo placer tuvo lugar el concilio. A estos los creen honestos, y los aceptan dentro. 15 […] a las amantes muchachas. Solo a ellas todas se les abre esa puerta a los demás prohibida. De la puerta fue esta Sibilia5 la guardiana, soldado de Venus desde su tierna infancia, 20 que con gusto y voluntariamente hiciera cualquier cosa que en gana a Amor viniera. Custodian el umbral las Veteranas, aquellas a las que ya aburre todo goce, todo goce y aquello que desean las aún jóvenes. Una vez entraron, en formación, todas las vírgenes, 25 leídos en el centro son, como Evangelio, los preceptos de Ovidio, doctor egregio. Lectora fue de tan idónea Biblia 1 La fecha es una cita de los clásicos por parte del autor. El mes romano constaba de tres fechas claves: Kalendae, Nonae, Idus. Los Idus caían el día 15 en marzo, mayo, julio y octubre, el 13 en los restantes. Pero se trata, únicamente, de una alusión culta. 2 Los números corresponden a los versos en el original en latín (si organizados en estrofas de tres versos). 3 Laici = legos, laicos, es decir, no miembros del clero. 4 Tullensibus, los hombres (honestos, laicos y clérigos) de la ciudad de Toul, cerca del monasterio. Otra localidad cercana se contiene el nombre Eva de Danubrio, más adelante, que sobrevive hoy en el nombre personal de Deneuvre. 5 Alusión a (o juego con) la Sibylla, la profetisa de Apolo (alusión culta del mundo grecorromano). Eva de Deneuvre, poderosa en los oficios del arte amatoria6 , —según afirman algunas. 30 Baladas y poemas de amor cantaron melodiosamente, pero no cualquiera, sino Eva e Isabel. Amor sus leyes a las dos no les ocultó: conocen ambas el arte de amar; 35 ignoran, sin embargo, en la práctica, qué sabe hacer un hombre. Después de estos deleites se alzó en el centro la Señora Cardenala7 y ordenó silencio. Iba cubierta de flores —así debía ser. Su vestido, teñido de tantos colores8 , 40 brillaba más que las gemas, más que el oro, de él pendían de Mayo mil flores. Aquella reina virgen, flor y gloria del mundo, llamó a todas, una por una, grandes y pequeñas, floreciente sobre todas como una hija de la Primavera, 45 Ella, sabia en todas las artes, elocuente tanto como su ciencia, cuando se hizo silencio así empezó a hablar: «A vosotras, que poseéis la gloria y juego del amor y los placeres de Abril y de Mayo: 50 os hacemos saber por qué hemos venido. »Amor, dios de los amantes todos que existen, me envió a veros y averiguar cómo vivís. Así Mayo dispuso y Abril lo propuso. »A vosotros, así pues, amistosa y buenamente, 55 convoco e informo, según debo por derecho: nadie de vosotras calle cómo vive. […] Si algo debe ser corregido o si algo debe perdonarse, 6 Officium: en latín clásico, “servicio, obligación, deber”; en latín medieval se refiere también a la oración y la misa; “oficios” recoge, quizás en un juego de palabras, ambos sentidos de trabajo y ceremonia religiosa. “Eva… potens in officio / artis amatoriae”: el nombre de Eva y el “oficio”, probablemente, sugiere algo más, pero no estamos seguros. 7 Cardinalis Domina: la “Señora Cardenala”, o “Dueña (Ama) Cardenal”, Lady Cardinal, dice Pascal; preside el Concilio. 8 Lit. “Haec vestis, coloribus colorata pluribus”. mío es el corregir, mío es el perdonar.» 60 [61-108: hablan diversas mujeres de su devoción y servicio al amor, exclusivamente el amor a los clérigos y no a los caballeros] Habla Elizabet de Granges «Nos9 , desde que tenemos uso de razón, a Amor hemos servido. Todo lo que a Él plugo a nos no disgustó, y si algo se nos escapó, lo hicimos sin querer. »Y así, obedeciendo la Regla10 , decidimos nunca unirnos a varón y a ni uno hemos conocido11 , 65 sino a hombre que sea de nuestro Orden12 .» Elizabet de Falcon13 «La gracia de los clérigos, su memoria y halago hemos amado siempre y amar deseamos, porque en su amistad no tarda el placer en llegar. »La unión a los clérigos: ésta es nuestra regla, 70 nos tiene y nos tuvo, nos gustó y nos gusta, ellos son afables, gratos y amables. »Al clérigo es inherente honestidad y cortesía, no saben engañar ni maldecir, tienen habilidad y experiencia en el amar. 75 »Hacen hermosos regalos y cumplen lo pactado. Si aman mucho y con dulzura, no abandonan fácilmente. Por ellos —nuestros elegidos— a los restantes postergamos. »Romper votos necios no es ilícito crimen14 , nadie se condena, no es ninguna transgresión, 80 si se olvida una promesa hecha con precipitación. »Quien lo ha experimentado lo tiene muy claro, 9 El nos de estas intervenciones es, probablemente, un plural mayestático (produce un efecto cómico, de parodia), más que un “nosotras”. 10 Servando regulam: obviamente, referencias a las regulae monacales, y las leyes de la servidumbre al amor. 11 Referencia quizás a la Virgen María, madre de Dios, que “nunca conoció varón”. 12 Nostri ordinis, de ordo, estamento; son los ordines medievales: laboratores (o trabajadores, lit. “que trabajan”), oratores o clerici (clérigos) y bellatores (o luchadores, caballeros). 13 O bien “Isabel de Halcón”; el nombre parece, claro, una alegoría (incluso una parodia de los epítetos épicos), si bien, como comenta Paul Pascal: «Two girls named Elizabet (line 33) sing hymns of love to inaugurate the Council. Several more are named only in subheads that are provided in the manuscripts of the poem: before line 61, Elizabet de Granges and before line 67, Elizabet de Falcon (these two being perhaps identical with the singers); before lines 94, 100, 115, and 121, Agnes, Berta, Elizabet Popona, and Adeleyt. Most of these names can be at least tentatively identified with those of real women who were members of the religious community of Remiremont, according to surviving documents of the period.» 14 Lit. “Vota stulta frangere non est nefas facere”, votum: promesa, pero también “voto”, quizás aquí religioso. Según Pidal (ver introducción), esto es subversivo. perfectamente sabe cómo ama el caballero, cuán detestable es, desgraciado e inconstante. »Al principio queríamos conocerlos, no sabíamos nada, 85 pero rápidamente lo dejamos cuando descubrieron sus ocultas mentiras. »Desde entonces nos pasamos a los arriba mencionados, cuyo amor es afecto que carece de vicio, cuyo amor es útil, sólido y firme. 90 »¿Qué más podemos añadir? Nada puede convencernos a alejar de nosotras a los clérigos, gratos en todo lo que hacen.» Agnes «Voy a deciros una cosa, chicas enclaustradas: tomar a un caballero es un abuso grave, 95 un crimen prohibido a vosotras ilícito. […] abrazando al clérigo; por ello rechazo al laico.» Berta «Amor, dios de todos, gozo de la juventud, 100 abraza a los clérigos y ellos le gobiernan. Los amo a ellos, a los estúpidos desecho.» Todas ellas hablan «Esta vida hemos vivido y en ella permaneceremos si os parece loable y útil. Si en algo hemos pecado, si queréis renegaremos.» 105 Señora Cardenala «Considerados en conjunto todos estos enamorados, no veo yo amantes útiles hasta ese punto sino a esos que decís preferir en todas vuestras alabanzas.» Hablan también las partidarias de los caballeros «Nosotras siempre, desde niñas, en la familia del Amor permanecimos y deseamos permanecer. 110 Pero del amor nosotras pensamos otra cosa. »Nuestros pensamientos habitan los esforzados caballeros. Gusta a ellos tanto la caballería como el juego. Nos desvelamos, en fin, por complacerles15 .» Elizabet Popona 15 “Horum ad obsequium nostrum datur studium”; obsequor: ceder, conceder, odedecer. «Valientes se lanzan al combate por conseguir nuestro favor. 115 Para tenernos y para gustarnos no temen las heridas ni el dolor, ni siquiera la muerte. »Los preferimos a ellos, los escogemos a ellos, su prosperidad es nuestra felicidad, su tristeza entristece nuestro goce.» 120 Adeleyt «Siempre que he podido, he tenido este tipo de hombres, y siempre deseo, mientras tenerlos pueda, servir a caballeros que me sirven a mí. »Tal deseo, en verdad, me gusta más que el salterio, más que leer me gusta unirme a ellos, 125 y poco me importa la Regla si puedo hacerlo. »Nuestro atrio está y estará abierto, y la fuente y frescos pastos que tenemos abrimos a sus caballos, los suyos que conocimos16 . »Vivir esta vida gozamos sobremanera, 130 nada más dulce, nada más agradable… y puesto que así lo sabemos, santamente lo juramos.» [Cambio de oradores: las defensoras de los clérigos hablan en su favor, ll. 133-153.] «Hemos reinado poco y poco hemos hecho todavía a parte de coger flores, arrancar las rosas recién nacidas, a estos solo concedimos: a los que del clero conocimos. 135 »Esta nuestra vocación será y nuestro afán: lo que plazca17 divertir a los clérigos con cuantos deleites debe la mujer al hombre. »Esto mismo hemos propuesto y con votos lo reafirmamos, digan lo que digan nuestras adversarias. 140 A los clérigos no los cambiaremos, a ellos nos entregamos. »La honradez del clérigo y su bondad siempre se afana por el goce amoroso, pero todo el país se ríe de sus goces18 . »Nos ensalzan en todo tipo de ritmos y de versos. 145 A ellos, por orden de Venus, amo por delante de todos. 16 Todo esto puede tener un sentido erótico oculto. 17 “Ad libitum”: «“at our pleasure, as it pleases us”; or it may be, “at their pleasure.” Most likely the author intends a little of both”» (Pascal). 18 Lit. “Sed eorum gaudia tota ridet patria”, sentencia oscura: no se apoya con evidencias. ¿Quién se ríe de cómo aman los clérigos? Quizás los y las nobles, los caballeros. ¡Gloria es la dulce amistad del clérigo! »Digan otras lo que quieran, pero también son buenos en acción: capaz es el clérigo, dulce, cortés. Un tal amigo teniendo, de otro gozo no entiendo. 150 »Todo voto sea útil, sólido, estable, y lo que es ilícito sea considerado huero, pues toda promesa vana no es otra cosa que vicio.» [La Señora Cardenala solicita un veredicto del Concilio, que se pronuncia unánimemente por los clérigos19 ; ll. 154-171] «Vosotras cuya prudencia aconseja sabiamente, concentraos ahora en ello y pensadlo con detenimiento: 155 ¿Cúyo amor es mejor, cúyo es el peor?» [Cambio de oradores20 ] «Disgustan los caballeros y sus supuestas gracias; son inconstantes, carga su garrulería estúpida, disfrutan denigrando y descubriendo aquello que debe ser secreto21 . »En consecuencia y por todo lo aquí considerado, 160 pronunciamos veredicto (y advertimos): execrables sean y odiosas, a todas y a todos, aquellas que se líen con caballeros. […] …conocí la vida de todos y las costumbres de los amantes; conocí los que son cambiantes y por tanto a nosotras inútiles. 165 No hay felicidad ni fidelidad en amores de caballeros, algo de todos sin duda conocido. Consideramos que deben ser evitados, Decretamos esto por derecho. Amar a los clérigos es bueno… y saberlo. Deleites muy dilectos hay… con ellos22 . Tomad solo a estos, olvidad a los demás.» [La Señora Cardenala acepta el veredicto y declara que los que lo incumplan serán desterrados, ll. 172-204] 19 Como se ha visto en el poema, poco espacio se ha dejado a las defensoras de los caballeros. 20 A partir de aquí no está claro quién habla; p. ej. la laguna siguiente, ¿indica cambio hablante? 21 Es una advertencia que tiene migas: el caballero acabará por irse de la lengua. 22 “Eorum dilectio magna delectatio”, el juego fónico no puede recogerse. «Puesto que así habéis decidido tras arduas deliberaciones, decreto, Yo, que en amistad a esas las nuestras no reciban si no sufren castigo. »Pero si se arrepintieran y a nosotras se entregaran 175 sean en ese caso absueltas bajo condición: que no pequen más, porque nada hay peor.» «Ítem, ordenamos sea obedecido que ninguna de vosotras se entregue a muchos amantes. Sirva a uno solo y baste aquél. 180 »Si desobedece, sufrirá duro castigo23 . No hay fácil remisión para este vicio, no hay fácil penitencia para tales actos.» »Ítem, decreto, no sujeto a la ley del silencio, que no permitáis a los villanos y nunca a los caballeros tocar vuestros cuerpos, ni caderas ni muslos. »Placeres tales dar o simplemente hablar, nos duele y avergüenza profundamente. […] »El placer con caballeros consideramos vergonzoso, 190 porque cuando menos se espera nacen los rumores, por cuya infamia perece nuestra gloria. »Os ruego encarecidamente que a los clérigos améis, honestamente: por su sabiduría todo permanece en orden, todo lo que hacemos absolutamente, incluso al distraernos. 195 »Cuanto pueden llevan nuestros asuntos, solucionan nuestros problemas, y por su gracia nunca serán conocidos nuestros secretos algunos.» La Señora Cardenala a todos «Si place lo que hemos dicho y sugerido, la confirmación sea vuestra respuesta. 200 Si a alguien le disgusta, calle en todas partes.» Todos responden «Toda nuestra asamblea sentada en el concilio, según vuestra prudencia dicta, lo alaba todo. Place a las más jóvenes, place a todas nosotras.» Señora Cardenala24 23 Banno nostro < germ. “bann”, proclamación o denuncia pública (sobrevive en inglés y francés). 24 Pronuncia una maldición contra todos los que no acepten la nueva ortodoxia, ll. 201-241; las líneas 209-210 son oscuras; luego continúa con una excommunicatio rebellarum que no deja de tener su gracia. «Todo lo que vuestra honradez y autoridad afirma 205 sea anunciado a otras por todas las iglesias; y a nuestras hermanas, chicas enclaustradas, hagámosles saber lo que es prohibido. »Todo está dicho y confirmado: ¡anatema a las listillas que renieguen! 210 Hágase así: razonable, eternamente, no sea que sufran penitencia, de modo que vuelvan su favor a los clérigos. Sea esta prohibición ratificada por vuestra sabiduría. »Así pues, obedeced. Decid solo “Amén”.» [EXCOMUNIÓN DE LAS REBELDES] A vosotras, por orden de Venus, dondequiera que estéis, 215 que os sometéis a los amores de los caballeros: que os quede confusión, terror y contrición, sufrimiento, infelicidad, dolor y ansiedad temor y tristeza, guerra y discordia, posos de ignorancia, cultivo de la inconstancia, 220 deshonra y tedio, duradera vergüenza, aparición de las Furias, luto y perdición. Por estos crímenes la Luna, sierva de Jove, y Febo, su siervo, os nieguen la luz y así, sin consuelo, carezcáis de luz. 225 Ningún día especial os saque de las tinieblas. Que la ira de Jove caiga sobre vosotras y os aplaste. Que sean los placeres de este mundo para vosotras vergüenza. Que aquellas que favorecéis a los laicos seáis siempre a los clérigos todos horribles y abominables. 230 Que nadie os diga ni siquiera “Hola”, cuando se cruce con vosotras. Que sean también vuestros goces sin concordia. Que dentro y fuera os duela, duela mucho. Que viváis cada día en un lago de miseria. Que vergüenza, ignonimia para vosotras haya por todas partes. 235 Si algo queda de sufrimiento, tedio, vergüenza que no haya dicho, sea para vosotras perpetuo si no favorecéis a los clérigos, desdeñados los laicos. Pero si habiendo pecado alguna paga con el castigo, haciendo penitencia alcance el perdón.» 240 TODOS «Confirmando lo dicho, decimos todos: AMÉN.» VENCIDOS LOS CABALLEROS, ALCANZA LA VICTORIA EL CLERO.