El Nafarroa Oinez, una fiesta más universal que San Fermín. Los Sanfermines son la imagen más internacional de Navarra, pero, sin embargo, la fiesta que tiene más componentes universales es el Nafarroa Oinez. Posiblemente cualquiera, en un mundo globalizado como éste, haya visto a los mozos y mozas pamploneses correr por la calle Estafeta de Pamplona delante de los toros pero ni siquiera tendrá noticia de otro recorrido que cada ao hacen a pie miles y miles de personas en favor del euskera en Navarra. El Nafarroa Oinez (Navarra a pie, textualmente) basa su éxito (más de 100.000 participantes en cada edición) en un esquema que combina tres elementos exportables a todo el planeta a pesar de que son valores a veces en retroceso: la fiesta, el trabajo voluntario colectivo y una causa justa. Su sistema organizativo se va perfeccionando en cada edición aunque mantiene su esencia inicial. Las ikastolas son unos centros de enseanza del euskera (que han ganado varios premios internacionales por la formación trilingüe ya que también se ensea inglés y espaol) que surgieron en los aos 60 por el impulso de familias que querían que sus hijos aprendieran un idioma que no solamente no se impartía en la escuela oficial sino que estaba perseguido por la dictadura de Franco. Se trata pues de una iniciativa social para superar los obstáculos legales y económicos. Los primeros, con la llegada de la democracia, se fueron suprimiendo, aunque en Navarra existe una legislación que entorpece lo que es la oferta de enseanza en euskera en dos tercios de su territorio. En cuanto a los segundos, y pese a que actualmente hay subvenciones, éstas no son suficientes para mantener los centros educativos gestionados por los padres y las madres de los nios (actualmente una red de15 ikastolas con 6.165 alumnos). Por ello, en 1977 los padres de las ikastolas gipuzkoanas se plantearon las necesidad de organizar un acto para recaudar fondos. La importante diáspora vasca tiene tejida en torno al todo el planeta una importante red solidaria e informativa. Miles y miles de emigrantes vascos, sobre todo de América, difunden por todo el mundo la cultura y la lengua vasca pero también importan hacia su tierra costumbres y maneras de ser de los lugares de acogida. En muchas localidades del norte de Navarra (Baztán, Bortziriak...) el zikiro (gran asado al aire libre) es una comida típica pero pocos de quienes lo comen saben que fue importado de la pampa argentina. También es poco conocido que el esquema de la fiesta del Nafarroa Oinez es una copia de una feria benéfica organizada por una comunidad norteamericana que unía fiesta y donativos. Este acontecimiento se repite en otras cuatro ocasiones en el resto de País Vasco, pueblo que comparte socialmente una comunidad cultural y lingüística con una histora en gran parte común pero que está hoy en día repartido en dos Estados (Francia y Espaa) y en dos comunidades administrativas en este último (Navarra y la CAV). En Gipuzkoa se celebra Kilometroak, en Araba el Araba Euskaraz, en Bizkaia el Ibaialde y en el sur de la Aquitania francesa el Herri Urrats. El Nafarroa Oinez consiste en un recorrido de varios kilómetros al aire libre jalonado de atracciones, establecimientos donde se vende comida y bebida, grandes espacios (llamados áreas) con un programa de actuaciones musicales variadas..., que cada ao lo organiza una de la ikastolas en su propio pueblo de Navarra. Sin embargo, el secreto de su éxito y su proyección social radica en la combinación de los tres anteriores elementos citados. En primer lugar, está comprobado que al ser humano, en cualquier parte del mundo y época, le gusta divertirse en compaía. Comer, beber, bailar y reír juntos, dejando a un lado las diferencias sociales, económicas o ideológicas, es una de las mejores muestras de socialización en positivo. De ahí el éxito de grandes citas mundiales como los citados Sanfermines, la fiesta de la cerveza de Munich, los carnavales de Río de Janeiro... Pero en este caso, la fiesta no sólo tiene un fin hedonista sino que tiene un contenido, una causa justa. Y éste es el segundo elemento universal incluido en la receta del Nafarroa Oinez. Se trata de una fiesta en favor de algo (no en contra, ya que las reivindicaciones en negativo siempre degeneran y tienen poca capacidad aglutinadora a largo plazo), en este caso en favor de algo también común y exportable: una lengua. El euskera es uno de los idiomas más antiguos de Europa y el Nafarroa Oinez permite que siga manteniéndose vivo y se transmita de generación y generación. Por eso, el Oinez es por encima de todo la fiesta del euskera. El momento y el lugar en el que miles y miles de hablantes dispersos geográficamente se juntan y utilizan ese idioma, ese instrumento de comunicación sin fronteras. La UNESCO lleva varios aos resaltando la importancia de preservar el patrimonio inmaterial y las lenguas locales, en un mundo globalizado, son un valor aadido. El Oinez, es en este sentido, una fiesta internacional. Pero no es una fiesta cualquiera. Como se ha dicho al principio, uno de sus fines es recaudar fondos necesarios para construir los edificios necesarios para la educación de sus hijos. El modelo societario es cooperativo y el financiero se rige por la fórmula: INVERSIÓN - NAFARROA OINEZ = PRÉSTAMO A LARGO PLAZO. Los padres, socios, van pagando estos préstamos y cuando sus hijos abandonan los centros, sus aportaciones pasan a las nuevas generaciones. Pero no es una fiesta con fines lucrativos: todo lo que se ingresa se invierte y los beneficios revierten de nuevo en la sociedad. Es más, y éste es el tercer elemento definitorio, la enorme organización de esta macrofiesta (un ao de preparativos, más de...., puestos, .....) sólo es posible gracias al trabajo voluntario de miles de personas que ceden su tiempo libre por esta causa. Cada uno hace lo que puede o sabe. Unos son camareros, otros u otras hacen bocadillos, otros atienden la llegada de miles de coches..... El Nafarroa Oinez del siguiente ao comienza prepararse un día después de que concluye el precedente. Los padres, madres y profesorado de cada ikastola se van pasando el testigo y la experiencia acumulada. Cada ao es mejor que el anterior y aspectos nuevos como el merchandising se van perfeccionando. Antes sólo había un logo, una camiseta, una canción y un slogan y ahora hay toda una gama de prendas, modernos videoclips..., para promocionar una fiesta que atrae la atención de todos los medios de comunicación ya que es la mayor concentración humana que se da en Navarra después de los Sanfermines. Esta filosofía del voluntariado, de trabajar a cambio de nada, es un valor universal que a veces está en decadencia y que encuentra un buen escenario en la fiesta de las ikastolas que antes de que el euro fuera oficial ya ensayó esta moneda como medio de pago en los diferentes puestos en una experiencia singular en Europa ya que durante un día 100.000 personas se familiarizaron con esta moneda única que no era aún oficial. Una fiesta local pero que ha llamado la atención de todos los visitantes extranjeros que enlaza con la filosofía del pueblo vasco pero bien podría ser exportada a cualquier país y sociedad dispuesta a trabajar y disfrutar en común por una causa justa. Txus Iribarren.