4— ■»* 234 DE LA POETICA A LA TEORfA DE LA LITERATURA (UNA INTRODUCTION) 3.6. Teorias psicoanaliticas Las relaciones entre literatura y psicoanalisis afectan fundamentalmenu' a cuatro grandes instancias: 1. Al escritor, porque de el se puede realizar un estudio psicologico. 2. Al proceso mismo de la creacion. 3. A los personajes y a ciertas leyes psicologicas que es posible encontrar en las obras literarias. 4. Al lector, sobre el que la literatura tiene una serie de efectos que es posible analizar. En relacion con el escritor y sus caracteristicas psicologicas, ya en el origen de la Poetica Platon se refirio a la teoria de la enajenacion mental derivada de la posesion por parte de las musas. A partir de entonces no han faltado teorias y teoricos inclinados al analisis de la psicologia del autor, y no han faltado tampoco sujetos para ser analizados. Tal es el caso de Kafka, que sin lugar a dudas constituye un claro ejemplo de neurosis proyectada en la escritura. Dentro de este mismo punto, Dominguez Caparros (1982: 4 / XXXV, 70) se refiere a la tipologia nietzscheana de los escritores, a los que divide en Apolos y Dionisos, o representantes respectivamente del estado de ensueno y del estado de embriaguez: «con Apolo se relacionaria el tipo de poeta clasico, el artifice, y con Dionisio el poeta de tipo romantico, el poseso». En relacion con el proceso creador tendriamos que referirnos tanto al origen como al desarrollo del fenomeno literario. Asi, a proposito de la inspiracion ya hablaron los clasicos, y la relacionaron con la accion de las Musas o de los dioses sobre el sujeto creador. Durante el periodo clasicista el proceso de la creacion poetica no se vinculaba a lo psicologico, sino al conocimiento y a la sabia adaptacion de las leyes y de las normas apren-didas. Habra que esperar hasta el Romanticismo para volver a encontrar interpretaciones sobre el origen de la poesia relacionadas con la inspiracion, de una fuerza iracional que domina al poeta y le pone en trance de expresar unos sentimientos y de describir unas situaciones por medio de una forma determinada. Como ya hemos sefialado, no fue ajena a este movimiento la provocacion artificial de la enajenacion del poeta con la ingesta de drogas y alcohol por parte de los escritores romanticos. Por lo que respecta al tercer punto, el de utilizar la psicologia para inter-pretar obras literarias y analizar ciertas caracteristicas de los personajes, es algo que se ha hecho sobre todo con figuras simbolicas como Otelo, Hamlet o Edipo, pero de cualquier modo, desde una perspectiva de critica no seria valido confundir la realidad psicologica con la realidad literaria, ya que, como afirma Dominguez Caparros (1982: 5 / XXXV, 71) «la psicologia solo constituin;. cohesion y : Finalmcn: lector, ya se consistia en o particular, . poema prov mientos alii t aunque en e; najes y de s: literatura co, que tambicr conciencia de formacion so Los estudi fueron iniciac y la literatura sentido: por psicoanalisis literarios; y p tante fuente primer aspect trabajos como «trata de exp] —el objeto d explicativas s Wahnon, 1991 tiene trabajos mejor compre y el sueno en que se mezcl para mostrar la ficcion. El nuado por alg elementos rep gicos de la bi< Otro de 1 llevo a cabo e textos literari giros, etc., qu autor que, a sefiala Domin TEORÍA LITERARIA MODERNA 235 constituiría una etapa preparatoria de la obra, que consigue su valor en la cohesion y complejidad fijadas en la obra misma». Finalmente, y en relación con los efectos psicológicos de la obra sobre el lector, ya se refirió Aristoteles al carácter catártico de la literatura que consistía en la purgación de las pasiones. Desde una perspectiva individual o particular, la obra literaria no deja indiferente al receptor. La lectura de un poema provoca en ocasiones una identificación del lector con los senti-mientos allí expresados, y lo mismo cabría decir en relación con una novela aunque en este caso en un sentido más amplio por su variedad de perso-najes y de situaciones. Desde el punto de vista social, además, la llamada literatura comprometida surge por causa del compromiso de un autor, al que también le mueve la intención de influir psicológicamente en la conciencia de sus lectores con el fin de conseguir a través de ellos una trans-formación social. Los estudios específicos del autor desde una perspectiva psicoanalítica fueron iniciados por S. Freud, que estableció vínculos entre el psicoanálisis y la literatura en La interpretáciou de los sueňos (1900), y lo hizo en un doble sentido: por una parte, porque mostró cómo los recursos y las técnicas del psicoanálisis podían utilizarse con éxito en la interpretación de los textos literarios; y por otra porque el psicoanálisis tenia en la literatura una impor-tante fuente de inspiración (Starobinski, 1970: 204-205). En relación con el primer aspecto, el psicoanálisis se erige en auxiliar de la Teoría literaria en trabajos como «La creación literaria y el suefio diurno» (1908), donde Freud «trata de explicar por qué ese sujeto escindido que constituye su 'objeto' —el objeto del psicoanálisis— produce arte, es decir, propone hipótesis explicativas sobre las razones de ser del arte como actividad humana» (S. Wahnón, 1991: 153). Por lo que respecta a la variante crítica, Freud también tiene trabajos en los que se sirve del psicoanálisis para tratar de llegar a una mejor comprensión de algunos textos literarios, como sucede en «El delirio y el sueňo en la «Gradiva» de W. Jensen» (1906). Se trata de una obra en la que se mezclan el delirio, lo onírico y lo ficcional, lo que le sirve a Freud para mostrar que las leyes psicológicas funcionan igual en el sueňo que en la ficción. El análisis del autor desde una perspectiva psicoanalítica fue conti-nuado por algunos discípulos de Freud como Marie Bonaparte, que vinculo elementos repetidos en las obras de E. A. Poe con ciertos aspectos patoló-gicos de la biografia del mismo Poe. Otro de los autores que destaca en esta vertiente es Ch. Mauron, que llevó a cabo el llamado análisis psicocrítico. Mauron indaga en los propios textos literarios para encontrar ciertas repeticiones en forma de metáforas, giros, etc., que, analizados, nos conducirían a ciertos sucesos de la vida del autor que, a su vez, pondrían de manifiesto sus mitos personales. Como seňala Domínguez Caparrós (11 / XXXV, 77), el método de Mauron se desa- 236 DE LA POETICA A LA TEORIA DE LA LITERATURA (UNA INTRODUCCIÖN) rrolla en cuatro operaciones sucesivas: «1.- Superposicion de textos, que nos harä descubrir unas relaciones inconscientes (similares a la asociacion libre de la cura psicoanalftica). 2.- Ver cömo se repiten y modifican en la obra del escritor estas redes de relaciones dibujando figuras y situaciones dramdticas. 3.- Por medio de las redes de metäforas, figuras y situaciones dramäticas se llega al mito personal del escritor. 4.- Por ultimo, los resultados obtenidos anteriormente, es decir, el mito personal, deben ser controlados y verificados con los datos biogräficos del autor, pues el mito es la expresiön imaginaria de la personalidad inconsciente». En un segundo gnipo de estudios especfficamente psicoanalfticos tendrfa-mos que situar aquellos que se ocupan del mundo temätico del texto siguiendo las directrices de C. G. Jung, segün las cuales el origen de todo arte no reside en el inconsciente individual, sino en el inconsciente colectivo general. Dentro de esta Ifnea se sitüan las investigaciones de la llamada Poetica de lo imaginario, que se desarrollö en Francia a partir de los trabajos de G. Durand y J. Burgos, y que defiende la existencia de los arquetipos mfticos en literatura. Se tratarfa de «poner de manifiesto ciertos sentidos universales y estereotfpicos que procederian del 'inconsciente colectivo', es decir, que tendrfan un origen antropolögico» (S. Wahnön, 1991: 157). Finalmente tendrfamos que sefialar un ultimo grupo, aquel que vincula el psicoanälisis con la figura del lector. Aqui destaca la teoria de N. Holland (1968), segün la cual «el placer que obtenemos de la literatura reside en la transformaciön que esta hace de nuestros deseos y temores inconscientes en significados aceptables en nuestra cultura» (Pozuelo Yvancos, 1994: 95). En un trabajo posterior (1974), N. Holland resume la aproximaciön psicoanali-tica a la literatura en tres pasos: el primero consiste en la explicacion tradi-cional, es decir, en la recogida de los datos sugeridos por el texto. El segundo afiade ya ciertos elementos psicoanalfticos, como «el reconocimiento de una fantasfa inconsciente central, que la obra transforma en significado literario» (1974: 184). Finalmente el tercer paso consiste en reconocer que ese estado absorto en el que nos deja la literatura nos hace retroceder a estados primi-tivos de nuestra infancia, gracias a lo cual transformamos nuestra lectura en significaciön. De cualquier modo, la crftica psicoanalftica se aparta del anälisis rigurosa-mente literario de los textos, ya que se fundamenta en la büsqueda del inconsciente, tanto en la etapa de la produccion como en la de la recepcion. Psiq, « ämbr nueva escritor r; que cnrrc: que se en: los a!r. No : i rasgos apon.-. modo ■ Madrid. 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