Capítulo 31 LÁ DIFÚSlÓN DEL ESPÁŇOL EN EL NUEVO MUNDO.' , '■'■■■ • " Jose Luis RivAROLA -'■'■'' Universita di Padova ' 1. -Premisa .■■■',■■=•--;..■■ ■■ , v-:. Enlo que sigue. trataré, con la brevedad requerida.y.dentro del marco conceptual que expresa el tirulo del,,presente capítulo, los:principales aspectos del proceso.de trasplante del espaňol al continents americano en el siglo xviJ. Esta declaration limi-tatiya implica, por una parte, que este,capftuIo no pretende ser —ni siquiera enesbo-Ž0— una história del espaňol de America y, por otra, que elconocimiento integral de la derivation históríca americana, que haria posible (aunque no en el espacio disponible en esta ocasión) taľempresa historiográfíca, todavi'a adolece de muchps vacíos que, es de esperar, irá colmando la investigación de los próximos decenios.2 De todos modos, no estará-de más subrayar, para evitarequívocos, que la história del espaňol en el Nuevp Mundo, est también, y en principal manera, la história del espaňol, y. que, porcqnsiguiente, hariamos maľsi considerásemos la magnitud americana de la len-gua limitada a un epišódico fenómeno de trasplante, como si,,una vez ocurrido ešte, continuara de modo más o menos inmpdificado el curso de la história. Por el contrario, con el trasplante americano se produjo un cambio profundp que inyoiucró.defí-nitivamenté tqda la realidad dél idioma (entendido como sistema de signos y funcio-hes, pero también cómo corijunto de.tradiciones discursiväs). La difusión del espaňol eň el Nuevô Mundo, por lo demás, creó para la lengua no solo un nuevo espäcio gep-gráfíco-sócial sirio también uh nuevo espacio mentäl ďentrÓ del cual se fueŕoii la-brando lenta, difícil y a veces contradictoriamente los signos de una nueva identidad idiomática. En ešte capítulo, sin embargo, dejaré de lado el aspecto sociológico e ideológico del proceso, que he tratado en otros lugares (Rivarola 1990 y 2001). ..i,-. I. Para tal efecto he aprovechado algunas partes de trabajos anleriores propios.que el.lector inte-resado enconirará consignados en la bibliografia final. , ., ■ ■ I , 2. Los manuales stielen dedicar una parte específica a la história del espaňol de America. Mencio-no a,continuation'algunos.de los publicados en los Ultimos doce aňos: Fontanella de Weinberg (1992b), Lipski (1996a), Quesada Pacheco (2000), Moreno de Alba (2001í), Frago/Franco (2003). Sanchez (2002) es el único manual dedicado íntegramente a.ía história. . •,, . .•. , '■-..■■ k 800 HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA 2. Trasplante lingüfstico y corrientes migratorias iCómo era 3a lengua que se difundió por el Nuevo Continente? i,Qué transfor-maciones ocurrieron en el proceso de su difusión temprana? Estas dos preguntas ex-presan de manera sucinta un amplio conjunto temático que ha sido materia de investigation y reflexion a lo largo de la história de la filológia hispánica. Sobre todo la segunda de ellas, que corresponde a lo que suele denominarse la cuestión de la base del espaftol de America, ha dado lugar a notables divergencias, vinculada como ha es-tado a la polémica del «andalucismo» del espaňol de America, polémica hoy en gran parte superada gracias a los avancěs de la documentación, que ha permitido adelan-tar la cronologia de los fenomenos de cambio en el espaňol meridional, de los cuales hablarerrios ä continuation.3 •'"> ;; ■-'•• ' ' • .'■ "1 :..,'■ ■ Pero comencemos por los problemas que contiene la primera pregunta. Estos problemas se tratan, como es natural, en otros capftulos del presente libro, razón por la cual procederé a una presentation relativamente somera y esquemática, que po-drá ser ampliada, precisada o enmendada fácilmente. Como es bien sabido, a fines del s. xv y comienzos del xvi estaban en proceso de consolidation o expansion cier-tos cambios que afectaron a los díversos subsistemas lingiiísticos, y que conllevarían una reestructuräcióri-del idioma-en forma más o menos profunda.'' No debe pensarse, sin embargo, que frente a una 'situation de marcada variacióň en los siglosniedieva-\es, la lenguä en el periodo que nbs ocupa'adquirió una fisonomia rigidamente unita-riay normalizada. Si bien la Peninsulahabíá álcánzádo unä'relátiváunidaď lingiiística sobre la base de la expansion'del caštellanó, ešte'no había sido inmuné á Una dife-renciación interna, relacionada con lá cronologia de esa expansion y áoň' su čontácto con variedades hermanás: Por lo pronto, está clarb que de tiémpo atrás se venia déli-neando una 'bifurcation entré uň sištemá nbrtefio-céntral y otro meridional: mientŕas en:el primero lošcuátro fonemá's šibilantes médievales postiilados por la grafía al1 fonsí (s, ss, '-z, p) tendían hacia un sistema biŕiario que podemós'interpretar -sibierí réductivaméhte- como reflejadó en' lá oposicioiť áctuál de /s/ apical y /Q/' interdental, répresehtädas oriográficaménte pôŕs y i, en el seguhdo ešos ňíismo's cuatŕo fónemas se orieritaban, en un procéso de simplification y reduction mayor, hacia un'solo fo-nenía /s/, čóri una ámpliä gama de alófonos, que iban de íä zona prepalaťal:alvéblar. a la interdental (se habla simplifícadamenté de esté fenómeiio comb del seseo/čéceo). Propios del caštellanó meridional, y más párticúlarmente del andaluz, ŕuerbn támbiéň otrps iehómenos de neutralization (de /-r/ y /-!/ implpsivas),y !de aspiration (de7-s/ 3., El concepto de. .«base» fue introducido. en la filológia hispanpamericanística por Lenz (1893), quien utilizó originariamente la voz alemana Grundlage, que luego se tradujo por base(s) en las publica-ciones del autor en lengua espaňola (1894, 1927); emplearon luego base (o bases) Henríquez Ureŕia (1940), Amado Alonso (1953),-Rosenblat (-1973) yvarios otros estudiosos más recientes. Para una história del término base y sus diversos alcances conceptual es puederi verse Guitarte(1998)y Rivarola (2001: 85-105). Un tratámiento recieŕite de los niodelos historiográficos aplicados a los orígenes del espaňol de America se encontrará éň Rivarola (2001: 59-84). La história del'debate1 andalucista hásido reseňada e interpretadapórGuitáite(19S3: 11-61).'1 ' '■'■■'"■ ''- <•■-■ < ■' ■' ■'■]' 4. Trata estos temas de modo excelente Lapesa (1985 y 1992). - -.:.;. LA LENGUA EN LÄ ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 801 implosiva y del antiguo fonema /Š/, en pleno procesö de un atrasamiento articuiatorio en todo ei dominio caštellanó).5 L ' ' " ' Pero la diferenciación diatópica o geográfica del caštellanó se extendía a otros niveles děl sistema, por ejemplb, a la morfosintaxis, donde, para poner uncaso, frente a un sistema inhpvador del caštellanó nórtéŕio-central que tendía a le como marca del objeto ďirecto de persona, lavariedad meridional mantenia el uso etimológico y privilegiabä lo para lá misma función, reservandó le al objeto iridirecto.6 Tambiéri en el léxico, el panorama que resulta de la information que nos ofrecen tanto las fuen-tes directas ciianto los testimonios de observadores antiguos eštá caracterizado por la variation. Elandaluz,probablemente, ya había adquirido un perfil particular a ešte respecto, como resultádó de la cohfluencia en el territorio respectivo de componentes póblacionales de orígenes diversos en el procesp de reconquista y repoblación.7 Eľbästellaňo de las zonas Jingüisticas donde se habían formado dialectos pri-marios8 evideňciaba el trasvase de, fehómenos y unidades propios de dichos dialectos.9 E inclusive una variedad considéraďä môdélica y normativa para el espaňol general como el toledano mostraba ciertós perfilésmarcadamente particulares, los cuales podían generar rechažo entre.hablahtes de otras variedades.10 Junto a la yariación geográfica o diatópica hay qué agrégar la social o diaštráti-ca,M la dual se concreta en la diferencia entre lengua culta y lengua popular (o inclu-so vulgar), pór más que sea difícil captar los diversos matices íntermedios de tal variation cori un rasero simplifícadamenté dicotómico. Que el caštellanó de entoňces mostraba numerosas diferencias que cabe atribuiŕ á ešte pärámetro resulta claro del testimonio de uno de los principales observadores de la primera mitad del Quinien-tos, a saber, el humanista conquense Juan de Váldés, quien en su Diálogo de la len- 5. La cronologia —probablem enté diferenci ad a—, de.los fenómenos aludidos en el caštellanó meridional no se puede establecer de modo seguro en todos loscasos. Mientraslas confusiones gráŕlcas no dejan dudas respecto de algunos de ellos (jejeo/ceceo.documentado en el s. xiv; neutral í zación de /-l/ y /-r/, también testímoniada en la misma época), en otros no son de carácter unívoco y, por consiguiente, han dado lugar a opiniones divergentes. Sobre la äspiración de /-s/ cf. Lapesa (1981: §93, 3), Torreblan-ca (1989), Frago (1993 y 1994), Arizá (1997 y 1999). Para'una evaluaclón general véase Rivarola (2001: 62-66). Información bibliográfica reciente sobre la história del andaluz se encontrará en Cano y Narbona (1997). ■-': ■' 6.! Para ampliar el contexto de estas počas indicaciones cf. Cuervo (1895) y Lapesa (1968). 7. En efecto, son característicos del léxico andaluz (y no sólo del léxico) numerosos regionalismos occidentales en su órigen — portuguesismos, galleguismos, leonešišmos—; muchos de los cuales pasaron de modo estable al espaňol americano desde sus'orígenes. Gf. Alvar (1991), Ariza (1992 y 1997), López de Aberusturi (1992 y 1993). Sobre el occidentalism o en Espaňa véase Ariza (1995). 8. Uso aquf la terminológia de Goseriu (1981), para quien un dialecto primario es aquél que se ba formado directámente a partir de la evolución de la lengua rriadre; en ňuestro caso'eľlatín, mientras un dialecto secundario deriva de otro primario y no directámente dela lengua madre. 9. Esto puede comprobarse fehacientemente, ya en la America1 del xvr, en el caštellanó de arago-neses, de leoneses y de hablantes de otras prócedendas regionales. Los testimoniös hart sido ampliamen-te recogidos e interpretados por Frago (1999). 10. Son'ilustrativas a ešte respecto las opiniones del médico Lopez de Villalobos sobre el uso del imperfecto en ~ié y de varios arabismos en él habla de Toledo (cf. Gonzalez Ollé 1988). IL Ambas se entrecruzan o sobreponen cuando el habla de una"región (comö acabamos de dear a propósito del toledano) es objeto de apreciación especialmente positiva, y vale como modelo del habla cuidada o culta. 802 HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA gua no se limito a la comprobación general sino que entrq en numerosos detalles par-ticuiares, ofreciéndonos así un panorama bastante explicito de lös. usos de la época.12 No.se puede pasarpor alto, por otro lado, que el castellano de la época que nos ocupa, como resulta claramente de la documentación, mostraba igualmente una variation relativa a los contextos de comunicación y a los.tiposde discursp,,los cuales no están asociados primariamente a grupos de hablantes específicos.13 El estudio de la producción textual de la época puede recuperar historiográficamente —si bien no de modo exhaustivo— las diferencias entre oralidad y escritura, o entre diversos gra-dos de formaíidad, como lo muestra la investigación que en los Ultimos aňos se vie-ne.desarrollando a este respecto.1'j. , , ■ .... ., A America pasó, pues, una lengua en proceso de consolidation unitaria pero aun con grandes márgenes de variation interna. Pero pasó,como espaňol .total y comple-to, como Iq seňalaba A. Alonso,(1953: esp. 53-54),l5 es decir,.cdmo conjunto varia-cional, no privado, por lo. tanto, de aJguna de sus variedades printipales.'^Cómo. mo-tivar estas afirmacioněs con las características del prpceso migratprio? Por Iq pronto, hay que subrayar que la migration .a America desde los momentos iniciales presentó un perfil diversificado.en lo que respecta a la procedencia regional y social de los mi-grantes, y que espejeó asi la plural realidad peninsular. Sin embargo, no cabe esperar, por cierto, que jas.proporciones de lacomposición migratoria reflejasen .correlativa-mente las prpporciones propias, del espectro regional y social peninsular. Más bien, en las nuevas. proporcipnes y los nuevos equilibrios estuvo la diferencia, puesunas y otros generaban de modo natural,un proceso de reajuste idiomático y, a la postře, de formation de nuevas variedades. . . . . ,., ;... En efecto, la inyestiglación„hÍstóricp-,demográfica17 destinada a determinar lps flujos y la procedencia de la migración, ha demostrado desde hace decenios que si bien casi todas las regiones espafiolas participaron en mayor o menor medida en la población de la America del siglo xvi, la presenciade meridionales rue fuertemente mayoritaria, sóbre todo en los primeros décenios, lo cualcondice con la matriz lin- . 12. Vid. al respecto, Rivarola (1998)..Cf. lambién Gonzalez Ollé (1999a y b).sobre la oposición tó-pica entre lenguacortesana y;lengua aldeana. 13. Aunque siempre es posible seňalar ciertas tendencias, ya que algunos grupos de hablantes in-teractúan idiomáticamente'én. diversos contextos y producen tipos diversos de discurso, mientras que otros muestran maypres limilaciones., 14. Vid,, p.e., Wesch (1994), Oesterreicher el al. (eds.) (199S) y Jacob y Kabátek (eds.) (2001). .-. 15." Aclaro, sin embargo, que no asumo el conjunto de la explicación de Alonso (cf. Rivarola 2001: 93-94, y 2003). .=.,■, ........-•:.. --i 16. iNo privado, por.ejemplo, de una variedad culta (o esiártdar), con todas las limilaciones que es necesarip hacer al alcance de este^concepto en la época bajo considerarión (cf. Frago 1995). En efecto, el hechodeque en los inicios de la colonización tuvieran mayor peso que en otros momentos posteriores los factores detiposocial menos culto,no,implicalaausenciatotal-depatrpnes lingiiisticos:Superpuestos, propios de hablantes .que orientaban su practica y su ideal idiomático hacia dicha variedad (cf. Lapesa 1992). , . 17... Me refiero fundamentalmente a la llevada a cabo por Boyd-Bowman.y publicada en diversos volúmenes. Aqui me: baso en Boyd-Bowman (1976), articulo de carácter conclusivo yresumidor de anteriores investigaciones. Puede obtenerse información adicional en AA.VV. História (1992). Sobre Chile v. Pinto (1999), quien confirma la presencia mayoritaria de andaluces. Para las características sociales de la migración iniciál cf. Rosenblat (1973). LA LENGUA EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 803 guística andaluza de kvposterior identidad lingtiísticáhÍspanoamericana18,(seseo, as-piraciones, sistema clftico etimológico, neutralizaciónen la segunda persona del plural a favor de ustedes, léxico específico).19 Uncómputo acumulativo ŕeferidó a todo el s. xvi nos hace ver que durante el primer siglo Americano casi la mitad de los pp-bladores identificados, es'decir, alrededbr de 27.000 individuos, procědían de cincö provincias, a saber; en orden decreciente, Sevilla, Badajoz, Toledo, Cáceres y Valla-dolid. Sevilla y Badajoz, ciudades que se pueden considerar čomo patria de hablantes de modalidades lingih'sticas meridionales —de modo; por cierto grueso y discuti-ble, dadas las limitációnes de nuestro conocimiento de las frontěras dialectales en el s. xvi— suman alg'ö más de 18.000 individuos, mientras que Toledo, Gáceres y Va-lladolid —patrias de castellanos nuevos extremeňos noroccidentales y častellanos viejos, suman poco más1 de 9.000 individuos. Estos totales adqiiieren otro aspecto si se tomän en consideración distintos segmentos temporales o distintas regiones. Junto al predominio meridional, que no se puede poher en dudá por la fuerza dé las cifras, cabe Ilamar la atención, sin embargo, sobré ciertas concentraciones de hablantes no meridionales en ciertas regiones, por ejemplo,.de toledanos én Mexico, o de castellanos viejos y de váscos a.mediados del siglo en Chile.20 Las cifras, obviamente, tienen un carácter sólo indiciario, pero nos dejan entrever los posibles equilibrios o dese-quilibrios que se debieron Ír gestando en el terreno de la convivencia de opciones Hn-guísticas altemativas. .Ahora bien,.lós :componentes regionales y sociales de los primeros estratos de colonización fueron, sin duda, reforzados o debilitados según fliese el carácter de las sobrepqsiciones. migratorias posteriores; de este modo se. fue configurando lafisonomia lingiiistica.de las regiones y sentándose las bases de una evolución diferenciada. Alh' donde, como en las Antillas y en las vecinas costas cari-beňas, por ejemplo, el componente meridional fue refprzado y no se dieron factores sociales equilibradores de regionalismp li.ngüfstico, tendieron a desarrollarse( variedades con un fuerte componente de rasgos meridionales. En cambio, en aquellas. otras, en las que el componente meridional de prigen o de sobreposición fue menos fuerte, o.donde se dio la presencia de factores socioculturales compensadores, el componente meridional pasó de modo selectivo y moderado, limitándpse básicamente a aque-llos rasgos que, justamente, se convertirían en rasgos caracterizaďores del espaňol general de America.21 Este debió de ser un proceso complejo, que se dio con ritmos de- 18. Con esto tocamos el discutido problema deľandalucismo ámericano, para cuya história cf. la bibliografia1 citada en la nota 1. Hóy poŕ hoy, la maýoría de los estudiosos sostiene una posición mono-genética respecto de los rasgos comunes al espaňol 'ámericario y al andáluz, sin duda la más acordé cón la natuŕateza de los fenóménos y con la cronológía. En verdad, no se ve qué argumentos de peso p'uede tener una interpretáciou basada en la convergencia poligenética! Para u'ri status quaestionis del andalu-cismo cf. Lapesa (I99I). |,; . ■ 19. Menciono aquí rasgos generales o muy'extendidos. Ahora bien, el único rasgo absolutamente generates el seseo. Encuanto al sišlema de clíticos, existén diveŕsos foc'os de «lefstňo» (cf., p. ej., Ca'h-tero 1979 sobre Mexico; äšimismo Flores 2002). La aspiráción de /-s/ está muy difundida; mucho'menós lo están la de M y la de f-. Sobre el uso deustedes y lá présentiá minima de nnvósotrós con distintd alcance semántico cf. más adelante en el texto. ' ■ ... .■,1.;- : i :.■:■' 20. Cf. Boyd-Bowman (1976). '■-•" ■■-"■'; :' . 21: Lá copresencia; más o menos intensa, según casós ý regionesV'de factores qué favorecieron la difusión de rasgos diatópicamente marcados y otros que propiciaron la adopción de rasgos détipo están-dar fue ampliamente desarrbllada poŕ Meňéndez Pidal (1962) en su magistral'estudio sobre Madrid y Sevilla como irradiadores de norma.- ' ■ 804 . . HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA siguales y en lapsos distintos. Pero, sustancialmentej la difusipn del espaňol implicó lina distinta forma de coexistencia.de los fenómenos lingiiísticos trasplantados y, en particular, de los meridionales y los no meridionales, es decir, una situación de. va-riación en todo el contínente, cpn rangos de frecuencia diferentes según las áreas: Asi, resulta. plausible pensar, por la conformación demográfica ya mencionada, que en las Antillas de. las primeras décadas la frecuencia de los rasgos meridionales fuera altísi-ma y queesta cpta de frecuencia no sólo se mantuyierasino que creciera hasta llegar a copar todo el espacio geográfico y social. En otras ár^as la frecuencia de unos y ptros rasgos podría haber sido más equilibrada e irse inclinando de modo diferente al descrito anteriormente, en.función de los factores de tipo regional y de tipo social ya mencionados.22 . < . -...■>.. Todo esto quiere decir, comp ya ha sido anticipado, que el espaňol trasplantado a America pasó por un proceso de reestructuración patrimoniaP (cf. ;RivaroIa 2001: 80), el cual consistió en que a partir del conjunto de variantes existentes se produjo, en el marco de las circunstancias.historical, particulares de la'colonization, una selection de algunas de ellas, que se fueron imponiendo sobre otras y en ciertos casos se generalizaron: Estos fenómenos de selección y de generalization fueron determi-nantes para la nueva configuration del idioma, ya desde los deceniós initiales del trasplante, y comprometieron a unidades lingüisticas de diversos-planos.24 Como ya hemos senalado, la reestructuración patrimonial tuvo distintos ritmos, según los fenómenos conšiderados y supuso tiempos más o menos amplios de convivencia, con equilibrios diversos, de las posibilidades lingüisticas trasplantadas. Asi, por ejemplo, la difusión del seseo-eri la America del siglo xvi está feha-cientemente cömprobada por el análisis documental delos Ultimos deceniós (Lapesa 1956; Parodi 1976 y 1995; Hernandez AlorisP (coord.)1992, passim; Frago 1994), pero, naturalmente, no se puede saber con éxacťiťudxuál fue la řnagnitud de esta difusión en dicho siglo y en los siguientes, si bien cábe postular una marcada presén-cia de la option alternativa. Sólo para comienzos del s; Xix^ y en el contexto de las guerras de la independencia, sabemos que el seséo era corisiderado řasgo americano, pues se usaba comb šibolet para identificar a los soldadds pátriotas (o indépeňdentis- 22. Algunas hipótesis de aňos recienles (Fontanella de Weinberg 1992a y Granda 1994) apunlan a la forniación a lo largo del s. xvi de una coiné relaiivanienie estable (aunque con distinta cronología según las regiones), en la cual —a tŕavés de pŕočesoš de simplification, y nivelación— habrían confluido rasgos de las diferentes variedades.diatópicas trasplantadas, si bíen con un predominio neio de rasgos meridionales. Esta cpiné. se habría luego fragmentado en función de factores estandarizadores de distintos momentos, los.cuales actuaron de manera más. o. menos intensa, según la conformación cultural de las regiones y su centralidad o marginalidad polííica y administrativa. Por mi parte, pienso,—aparte el proble- \ madesi está o no.motivado el concepto decoiné para esta presunta vari e d ad primitiva luego fragmenta- da^ que no se justifica el hiato queen estas hipótesis se abre entre una pri mera difusión general del es-paňpl:sin su variedad culta y la presencía.tardía (aun sidiversifícada cronológicamente) de esta ultima variedad. ,Para un examen de esteasuntq cf. Rivarola (2001: 84-105). • ■ , . 23. En la bibliografia stiele usarse, con alcances análogos, el término nivelación. Para un eventual proceso de coineización, propuesto por algunoš estudiosos, cf. la nota anterior. , . 24. Losprocesos de. generalization son procesos complejos, que no pueden entenderse de modo determinístico en función de un solo factor (p.e. el demografi co). Un enfoque.de tal naturaleza no.permi: tiría dar cuentadel hecho de que. hay fenómenos propios de las h ablas meridionales que.no se generali; zaron, convirtiéndose más bien en factores de la diferenciación lingiiística regional del continente. LA LENGUA EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 805 tas); pero'se;serlala.lä:resistencia de la opción distinguidora entreihablantes conser^ vadores de Golombia.y Pení aun a mediados del s. xix (Guitarte 1983:-107-125 y Ri-varola 1990: 55)." > - .,<'.. ■ .-■■.■■ ■ ■: , ■,-.:.-.:■ Igualmerite ilustrativa ěš la história de otro uso diätópicamente maŕcado de épo-ca algomás tardía y que también seämpuso en America, de modo general, aunqüe de-jando ciertos resquicios al uso alternativo. Mě refiero a ustedes como forma única, o casi única,/para :el plural-de la segundá persona; pero que:admite un.empleo restrin-gido y modificado de vosotros en ciertos contextos enfáticos y solemnes, es decir, juš-tamente con-un valor'deferentialomuy1 marcado;26 Comö. seisabe, oríginariamente vuestra mercedi antecedeňteíormalide.usíeúí, fue ocupando'ya'desde el s. xvi eldur gar de .un vos partialménte desvalorizädo como forma deferential27'^ que^ conse-cuentemertte, se acercaba, cohmaticés, al lugar de tú en la pragmática no deferéncial. Surgió así un sistema básicamente de dos grados en el singular; al maŕgeri de que la evolution en America se fuese decantando por tú o por, vos (y aun de modo no nece-sariaménteiexcluyente): de está ultima cuestión, de por sí compleja, no trataré ahora, aunque recordaré, sf, que,.en general, la victoria de ušted eš la victoria'de una.nueva forma .deferential sobre otra antigua, vos, que desapareció.del todo oque, eri algunas regiones americanas, despläzó totalmente (con; una croiiologfa que aún debe ser esta-blecida) a-tú'-o.compartió con:íií el espacio de la inťimidad: Diferentemente del singular, en el plural, la aparición y generalización dé-ustedes signiňcó la formation de un! sistema de dos grados^frente al anterior de'.uno, eň lallamadá «norma madrilefia». En la «sevillana»,28 encambio,:debe.de haberse producido.una situation que parciaU ■ 25. - Lás razones dela victoria del se'seo šobre la pošibilidad alternativa son difíciles de establecer. Es clarö que sedebe. partir de la importancia del comporiente. meridional, sobre todo en los orígenes; pero también en.oleadas de migración_posteriores a ciertas regiones, importancia que hoy está fuera de duda. Sin embargo, como ya se.ha^eňalado anteriormente, el,solo hecho demográfico noexplica el triunfo fi^ nal de esta opción fonético-fonológica en la lengua general de America. ^Pór qué la fuerza de los factores de estandarización no fue suficiente en ninguna parte para imponer la soluéión distinguidora? Quizá haya tenidó que ver'el-hečhode que a'lo largo del xvi tampočo el siste'má peninsular noŕtefió-ceňtral es-taba del todo consolidado en'esta áŕeaďel sistema fonético-fonológico: por consiguiente, ante-uňa reali-dad bas taňte, heterogénea, la realización seseante, comosunade las opcíones propia.de la norma! «sevillana» (cf. la nota siguiente), podía ser senlida como del todo legítima y quizá también, a partir de un momenta imposible de precisar, como rasgo de identidad lingiiística (cf. Rivarola 1990: 53 y ss.). 26. Lapesa (19819: 583) considera ešte uso como expresíón «retórica y muy reverencial». Wagner (1996-3997) lo seŕíala en Chile, respecto de raes/ro.-peroílo considera,fenómeno reciente.'No parece ser el caso, a juzgar por su presencia en diversos lugares y.los testimonios antiguos de Rosenblat, a los que me refiero luego. , ..-■■. .!.,- .-..,■.' j .;■•■■. .■]>■ , .■ 27. Existen varios: ejemplos que ilustranestadesvalorización. A ellos agrego ešte de la America de fines del xvt, que me parece particularmente inieresante. Diego.de Salinas (1558-1595), criollo limeno, primer doctor graduado enla universidad de San Marcos,, en tró en conflícto. con el virrey, Conde Villar, quien lo hizo apresar y dirigió personalmente la tortura aplicada a Salinas para que confesara, entre otros cargos más graves, el haber «llamado de vos» a! fiscal en.un-juício, «contra la costumbre. y equivalent te alternativo de la «madrilefia? (,Cuál era su alcanccyvaloración?-, ■ <... i ■ .■.■-.>;.,.>::■ 806 - HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA mente se refleja en la actual sincronía, a saber, una situación en la que convive el nue-vo sistema de dos grados con un sistema de uno solo representado por ustedes, gene-rando asi, en la conducta lingiiistica, formas intermedias o contamiňadas que resultan de esa. convivencia de paradigmas. Una situación similar se debió de verificár en America,29 situación que desembocó en la desaparición total de vosotros como forma no deferencial. No conocemos en detaile la cronologia de este proceso, yseria nece^ saria una exploración documental especifica.30 En la generalización de ustedes, America siguió, pues,como en otros casos la «norma sevillana»; aunque extremándola, es decir, marginando el uso de vosotros con. valor no deferencial y conservandocasi en exclusiva ustedes. ^Por que, cómo ycuándo ocurrió esto? No se puede dar respuesta aestas preguntäš. Se puede postular, en cambio, que la evolución haciael uso ünico o casi unico as.ustedes representa una tendencia simplificadora comparable a otras que America heredó del uso andaluz. Pero si en la Peninsula la «norma sevillaria» es-taba asediada por la madrileňa,31 suficientemente cercana y fuerte conio para mante-ner parcialmente el uso de vosotros, no ocurria lo mismo en America, más lejana y menos: sensible a la présión. En America —se puede conjeturar— la generalization deustedes se asoció ensu origen aun particular relieve del registro deferencial, es decir, a una tendencia a prodigar en el uso la forma propia de la dištancia1 cortés, fe-nómerio que podria vihctilarse, a su Vez, a un deseo de eludir los problemas de una eventual traŕisgŕesión respecto del interlocutor plural,, inštancia que püede contener interlocutores individuals en relación de «cercanía» o de «dištancia» respecto del ha-blante, quien debe calcular ---a riesgo de equivocarše— la pertinencia de una u otra forma. Es posíble que tales equivocacíones eventuales fueran especialmente embara-zosas en un tipo de sociedad, como la colonial, bastante sensible a las formas de tra-tamiento.32 En America, pues, se consolidó como forma única aquellacon la cual era posíble evitar traspiés sociales ligados a la cortesía.33 Y es en el cóntextó de la des-marcäción de ustédes que puede eriteriderse la recuperacióri de vosotroš cón.una marca pragmática diverša. ,'■:■' A juzgar por los datps actuales, el uso en exclusiva de ,ustedes debió ide estar consolidado en America ya a fines de la época virreinal: tal puede afirmarse porque, según las observaciones de Rosenblať(1961), en las proclamas independentistas de 29. ■ V. Lapesa (1970) para testimonios de la vacilación en los s. xvii y xvin. •■'- ■ ' 30. La dificultad de tal pesquisa deriva de que, por lo general, no son ŕrecuentes los documentos en los que aparezca un interlocutor plural. Cf., sin embargo, Román (1991). '■'■ 31. Cf. a ešte respecto Garcia Gôdoy (2002); quien sefialaen Andalucía usos'dieciochescos de le, que interpreta como resultádo de la presión ačadémica.'■ i ■ ■ ■ 32. Se puede úno preguritar, frente a esta hipótesis, por qué no ocurrió lo mismo en el singular, donde usted no eliminó a f tí o a vos. Lo únicó que puedo aducir es que en el registro singular del trata-miento personal e individualizado es más!sencilló mahejar un sistema de dos posibilidades sin caer en desaciertos embarazosos. Pero que el camino de la sirhplificación total podria haberse record do'tam bién en el singular lo' muestran aquellos cäsos, aún vigentes hoý en algunos contextos regionales o sociales, en los que usted se usa en relaciones de'máyor intimidad, como entre marido y mujer, hijos y padres, etceteras ■ ■ ' ■.'■"■'.-■ 33: Según Company (1997) las cortesfas Hgadas al uso único de ustedes han tenido un «costo gra-matical» que se evidencia en třes fenömenos derivados: a) el doble posesivo; 2) se tos por se lo; 2) duplication del objeto indirecto por medio de un clitico. LA LENGUA EN LA ESPANA DE LOS AUSTRIAS 807 comienzos del xix vosotros (y sus correspqndientes vuestro, os) era usado ocasional-mente con un valor deferencial. Pero, ciertamente, aqui conviene profundizar la ave-riguación textual, con miras a confirmar o a matizar esta cronologia. En todo caso, la sensibilidad que se exterioriza en el uso de las formas de tratamiento queda muy bien ilustrada en el hecho de que, yolviendo a los testimonios allegados por Rosenblat, el uso de usted se sentia ya demasiado neutro e igualitario, lo cual explica, aparte la ya indicaďa reutilización de vosotros, la presencia de altemativas marcadas de cortesía como í« merced (que vive aiin en Colombia) p usía. La reestructuración en el piano del léxico se manifiesta, por lo pronto, en los numerosos casos de voces que en su origen tenían en la Peninsula una vigencia regional y que en America pasan por un, proceso de generalización: es el .caso, por ejemplo* de algunas voces andaluzas (alfajor, estero, mačeta, rancho, etc.)34 y occiľ dentales (cardumen, bagazo, ciénaga, frijol, etc.).35 Estos procesos de generalización, a veces debemos extrapolarlos de la realidad actual a épocas anteriores, pero en otros muchos casos los podemos reconstruir a partir de la presencia de los respectivos vo-cablos ya en fuentes antiguas, la cual nos hace pensar en una difusión temprana de los mismos, por más que no sea posible trazar la cronologia de su difusión y el yer-dadero alcance de esta. , . . ■ Por otro .lado, los fenómenos de selección y generalización se reconocen tam-bién en el ámbito de lo marcado diastráticamente en su origen, como, por ejemplo, en el caso de las voces que A. Alonso (1953: 55) denominó «marinerismos en tierra»,36 muchas^de las cuales parecehaber adquirido prontamente yigencia general o casi general —aunque también están las.de difusión más restringida—, y por lo regular con 34. La importancia deľléxičo de origeŕi andäluzenel espaňol américano fue seňalada ya por Cuervo (1954 [1867-1872] 6a. éd. bis, § 999), ý subrayada por Wagneŕ (1949) y otras estúdiosos. Moreno de Alba (1991) se muestra escéptico respecto de esta presencia en la sincronía. Ahora bien, si consideramos la diacronía, parte del componente léxico.andaluz que tuvo.curso en el siglo iniciál, o en los siglos ini-ciales, pudo haberse debilitado y desaparecer posteriormente. Por lo demás, algunos andalucismos de origen (y lo mismo podría decirse de los occidentalismos, cf. la nota siguiente) se han extendido en Ja Peninsula, de modo que hoy no pueden considerarse como regional ismos, pese a lo cual, desde el punto de vista hislórico lo son, y en esa condition pasaron a America. La investigación histórico-documental de los Ultimos aňos permite evaluar mejor la impronta.andaluza en la formación del léxico amencano, por lo menos para épocas .antiguas. Frago (1999: 88) seňala numerosos registros en textos andaluces o ame-ricanos de épocas tempranas: alcaucil, alfajor, alpechín, amasijo, anafre, andancia, azafate, badea, bar-čina (y embarcinar), bácaro, capacho, chinckorro, empleita, estancia, estero, gavera, gurbia, hacienda, husilto, mačeta, orosuz, poctilo, potiera, pozuelo, rancho, sopaipa, tabanco, traquinada. Cf. también Franco (2001). . , 35. Sobre los occidentalismos léxicos en el espanol americano cf. Corominas (1944), Cano (1987), Frago (1990 y 1999), Rivarola (2001:31-32, a propósito de supresencia en'el.cronista extremeňo Cieza de Leon). Sobre los portuguesismos cf. Granda (1968). De las coincidencias entre Canarias y America tratan, entre otros, Corbella (1995) y Corrales Zumabado (1998). ... 36. La abundancia de estos marinerismos no requiere mayor dilucidación, habida cuenta de la importancia que tuvo la.gente de mař (pilotos, tri pul antes) en la empresa americana, y de la larga duration de los viajes, que familiarizaban a los viajeros con el léxico marinero (cf. Rosenblat 1973). Para el testi-monio de connotados viajeros del s. xvi.acerca de la importancia del léxico marinero cf. Buesa-Enguita (1992: § 1273). Sobre los viajes a America cf. Martinez (1984); 808 HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA una modification semántica conconiitante (amarrar «ätar»,37 flétar «aíquilaD>,3S ma-zamorra^etc:).40 Hay que Uamar la atentión* sin embargo, sobre el hečhb de que mú-chas veces hay coincidenciä en cuaňto a la niárca-de pérterierícia:'p'or ejemplo,'un «marinerismó» puede ser a la vez un «andalucismd», b'sea, que uná variante puéde tener a la vez una ešpecifícación diastráticä y "diatópiča. '■ Considerando lá variacióň interna que se debió de ir constitüyendo muy pronto, entrevemos en otrós casos-uň pročeso de difusión regional (aünque eventualménte multiple) de ciertos vocablos también con marca diatópiča en su origen,'los cuales'no dieron el salto hacia una vigencia continental sino que se asentaron en algunas áreas, contribuyendo asi a conformar el futuro perfil linguístico de las mismas (p. ej. los an-damcismos alcauciV «alcachofa», azqfate «bándéja», o los occidentálismos carozo -«parte dura de algunos frutos», doläma «alifafe»). AI lado de estos cäsos hay-que cönsiderar igualmente los fenómenos de particularización, es décir, aquellos en los que una variantesin marca diatópiča en su-origen peninsular pasóa tener una vigencia restringida en America, mientras en el espaííol peninsular se marítuvo una variante diversa o, eventualménte, se generalize ötra de anterior uso'más limitadó. Asi, en el campo léxico de la «reprensión»; frente al general reprendér, en el espaňol del Ríó de la Plata se manťuvo rétar «reprendér»^ que fue uso geheralizado en el espaňol peninsular, hasta el Siglo de Oro^1 pero que no sé exténdió por tóda: America. Otro caso similar de particularización parece haberse dado enfestejar «cortejar»y «manténér nóviazgo», verbo usado en el Río de la Piata y en Paraguay con estas acépcioriés, res-pectivamente;42 y en tantós otros časbs más. " ' ■' ■ '' ■■"■ - "■■ '■ -■ ' "El caso recién vistö de ŕetar constituye,'desde la sincronía actual, un arcaísmo del espaňol regional dé. America. A éste propósito, sefialemos que müchas formas idiomáticas que pasaron ä America côn el trásplante iniciál ŕueron cayendo en desu-so en el habla peninsular, pero no en la americana. Este fenómeno fue particularmente acusadoen el ámbito del léxico, en el cual.se retuvieron numerosos vocablos o acep-ciones (p. ej. aguaítar «míŕar, pbseryar, yigilar»^'bärrial «bárrizal»^ bravo «molesto», recordar «despertaT»,yidriera «escaparate» y cientos más,, con vigencia general o regional, cf. Lerner 1974). Este fenómeno de arcaización—cuyacronología, relativa a cadacaso, es muy difícil de estäblecer ěň contextos temporales Hmitados— cqnstittí- -37;' Se'encueňtran cuatro registros en el LHEM, uno de ellos de fines del XVii. 38.- Ya en Rosas de Oquendo (h. 1600), pero podría tratarse de btro significado (cf. DEGH s.v.) ■ 39.' Se encuentra ya en Fernandez de Oviedö cori el significado americano (Enguita 1984: 11). ' - 40.'l Cf.' Franco (1988) para los marinerismos con difusión colonial. Entre los documentados ya en el s. xvi están, según Franco, abra, aguada,'bajío, rebenque y otros.' Cfc-tambiénGuilIén'Tato (1948), Garasa (1952-1953), Pontillo (1976), Vidal de Battiní (1977). '41:<- Fenómeno análogo.'no idéntico, se dio, dentro del mismb campo, con el verbo resondrár «reprendér» en el espaňol dePPení, verboque cbnstituyeuna evolución formal y semántica tardfa de des-honraro, más bien,: de. una variante desondrar < deshonorare, con el valor de «injuriár, denostan>; Esta evolución, por lo demás, es similar a la'del verbo deHONESTare, ahtecedente de denostar. En el caso de resondrár, el paso dé «injuriár, dehostar» a «reprenden> parece haberse cumplido en'el s: xtx (cf. Hilde-brandťI994, s-vi), ■ ■ ■ ■-'"■ --- '' " •' " -'•■'••-■ ■■■■.■■■ ■ 42. Defestejar «cortejar» hay testimonio lexicográfico desde Covarrubias hasta la ultima edición del Diccionaňo académico, sin ningúna resiricción diatópiča. En cambio' Seco (DEA) afiade la niarca re-gional. No dispongo de documentadón americana. ! LA LENGUA EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 809 yó también un factor fundamental para la futura configuration general y regional del idioma en America. Como la arcaización implica que una voz mantiene su yigencia sólo en una parte del.dominio linguístico, ella supone asimismo un fenómeno de re^ estructuración. . :...-, ' .:•; Gran parte de las modificaciones léxico-semánticas que se dieron en el espaňol trasplantado se preséntan como fenómenos de acomodación del acervo traditional en función de las características y circunstancias delnuevo medio: ócurren, asi, fenómenos de desplazamiento semántico por extension o reduction, por metafora o metonimia, asimismo de sustitución referencial débida a la diféŕéhte naturaléza del objeto al cual se aplica el vocablo.43 A continuación me ocuparé brevemente de algunos. ašpectoš de'este terna, espécialmérité relevante desde éľpimto de vista ľín-giifstico-čultural,44 y ló viricularéal de la adópčión de préstaŕriós-de las lenguáš'in-dígenas aměricanas? ■ ■:' ■'■■''' ■-'■"-■ >''■'<<■■'■■ ..•--•■!-'■ ■■- ■;■■■:■-'*<> 3. Ttadición y nbvedad en el léxico - . ; '■■>■ '-'■- •■ --■.■.:■..■ - El ambito'en el que,'del modo más directo-y evidente; se notan'Ias cöhsecuen-cias del trásplante''linguístico a una nuevá réalidad geográficá y social es el del léxico. En efecto, lá'sorpresa'ý la admiracióŕi por la «hovédad indiána»45 äerivärdii de ih-mediato en un reto linguístico que se jugaba sobre todb éndiclió ámbito. Pará'ďescu-bridores, conquistadores y colonizadores era necesario asimilar a través del lenguaje el conocimiento dé'la ňueva realidád, de'objetós nuévos, de hómbres nuevbs; de una nuevä ňatuŕaleza, de nuévas fórmas de'vidä social y cultural. La mejor'fy quizá úni-ca) manera de conocer y asimilar ló riuévo es cómpaŕarlo con lo'ya čbnocido, cotejar lo nuevo con lo viejo, integrarlo, hasta donde sea posible, en el contexto de la expe-rienciá anterior46 Ešte proceso tierie'su primer téštimónio én eľDiano'ďel primer yiaT je colombino. Ya antes del descubrimientö eľAlmirahté' eštä ätentoa lós iiidicios de ló nuévo: él 20 de setienibre, en efectó, cogen un pájaro desconocidó,'qué es'necesario identificar. Ehtoňceš Colon acude a'unacbmpaŕación integral y anaďéun rasgb es-pecífičo, támbiéh de tipb comparativo. ĚYDiario (23) dice asi: «Tomaŕbn un páxaro córi Ia'manoque éra como un garjao;'erä páxaro de rio y'no de mar, los pies tenía como gaviota». Ya inmerso en la experienciä de la nuéva tierŕa descubierta, después del 12 de octubre, Colon repite una y otra vez el asombro de la diferencia entre lo ... .43. Resulta; claro que como la acomodación afecta al acervo: tradicional no hay relación exclu-yente entre reestructuracion patrimonial stricto sensu (es decir,.la referida al cambio de un elemento respecto de la posición relativa que ocupaba'en una de,,las coordenadas de la variacióň) y.cambio de semaniismo.. .. ... - .1;|. ■.,,■ ■. ^ AA.< No abund_an los estudios sobre el léxico de.los origenes, y, en general, los de lexicologia his-tórica americana (cf. Lüdtke 1999), para los cuales se cuenta ahora con fuentes documentales (p. ej. Fontanella de.Weinberg (1993) y Company (1994)) que los hacen pctsibles..Existen, además, instrumentos le-xicográficos de gran utilidad, como Friederici (1960), Boyd-Bowman (1972) y, más recientemente, Company y.Melis (2002). Sobre los indigenismps cf. más adelante nota 56...... ,-;. 45. Laexpresión proviene de.Ballesteros Gaibrois (1987). .. .,. , ; ., :, -; :. 46- Cf. Lüdtke (1996), quien estudia cómo los descubridores y conquistadores interpretaban la di-versidad de lpindigena americano en términos de otra diversidad más tradicional, la:del mundo árabe. 810 HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA nuevo y lo viejo, y trata de recuperar para su conocimiento lanaturaleza americana, en especial por medio de aproximaciones descriptivas y dě constantes referencias comparativas. Asi, cuando está explorando la Fernandina le impresionan pŕimero los árboles y dice: Y vide muchos árboles muy diformes de los nuestros, ďellos muchos que tenfan los ramos de muchas maneraš y todo en un píe, y un rarhito es de una manera y otro de otra; . . y tan disforme, que es la mayor maravilla del mundo cuánta es la diversidad de la una manera a la otra (Ľfiario, 36-37) > - ', Luego. manifiesta su sorpresa por la disparidad de los peces y, a continuation, en el mismo. paso, .intenta situarse en un nivel; de mayor particularidad y dar cuenta de algunos animales. Entonces también compara, pero ya no explícitamente sino por medio de la denominación misma que aplica: los caimanes que probablemente vio son identificados como lagarlos y las iguanas como culebras. Y esto ocurre no sólo con elementos de la naturaleza exotica que tanto -impacta a los viajeros, con la flora y la fauna. Hay costumbres y objetos asociados a ellas que pugnan por abrirse paso en ese conocimiento analógico que amortiguael desconcierto y lo convierte en realidad asimilable. Un ejemplo especialmente interesante es el siguiente. Cuando Colón se encuentra en un golfoentre la Santa Maria y la Femandiná.y avista un indio en una almadía (o canoa) dice que ■■■■;: , ...traía un poco de su pan, que. sería tanto como el.puňo y una calabaca de agua, y un peda90 de tierra vermeja hecha en polvo y después amassada, y unas hojas secas, que debe ser cosa muy apreciada entre'ellos... (Diario, 35) Se trata de ja primera älusión al tabaco, todávía virgen de nombre.47 Más ade-lante se.inclúye ya la referencia al hábito de fuman48 A veces, počas veces, lá experiencia de nuevo objeto va asociada a la experien-cia de la nueva palabra que los lugaŕeňos utilizan, como en el caso de canoa, el primer indigenismp que entró en letras de molde al espaňol,49 y que en los siguientes pa-sajes del 26 de bctubre convive con la voz almadía, de origen árabe, y con una peri-frasis déscriptiva que acota el significado:50 47. Si bien el tabaco es planta de origen americano, no hay consenso sobre la procedencia del nombre. Cf. Corominas (1980 y ss.), quien defiende la tesis del origen árabe. 48. En efecto, el 4 de noviembre dos cristianos que había envíado Colóri en misión ex pi oratoria encuentran «mucha gente que atravesabaa sus pueblos, mugeres y hombres, con un tizón en lamano, y yervas para tomar sus sahurňerios qué acostumbŕavan» (Diario, 53). A lo qué Lás Casas comenta en su História de las Indias: «siempre los hombres con un tizón en las manos y ciertas yerbas para lomar sus sahumerios; que son unas hierbas secas metidas en una cierta hoja también... y encendido por una parte ďél, por la otra chupan o sorbén o reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se ador-mecen las carnes y cuasi emborracha, y asi diz que no sienten él cansancio. Estos mosquetes llanian ellos tabacos» (I, 46, apud Diario, 53). 49. Efectivamente, canoa se encuentra ya en la Carta a Luis de'Santangel (publicada en Barcelona en 1593) y luego en el Vocabulario espaňol-latino de Nebrija (1495?).' • 50. Sin.embargo, nó se puede saber exactamente en qué ocasiones el uso de canoa y de almadía es de Colón o de Las Casas. Por lo pronto, en el caso de las hamacas parece ser el dominicó quien agre: LA LENGUA EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 811 . Dixeron los indios.que llevaba que avía ďellas a Cuba andadura de dfa y medio con sus almadías, que son navetas de un maděro adonde no llevan vela. Estas son las canoas (Diario, 45)51 .. .""'.".., ...que aydiež ríos grandes y que con sus;canbas no la pueden cercár en XX días. Cuan-_ dó iv'a a tiérŕa con los navíbs, salieroň dos almadías o canoas, y como vieron qué los ma-rineros entravah en la barca y ŕeŕnabari para ir a ver el fóndo del río para saber donde avian de surgir,'huyeron las canoas {Diario, 46) , -■ ' ' Las precedentes ilustraciones, tomadas del Diario de Colón, no tiénen un obje-tivo anecdótico: la aproxirhación lingüisfica del Almiränte ä la realidad americana côňstitúye, más pien, un paradigma del proceso de americanizäción léxica deľespa-nbl. En efecto,-como yá hemos sugerido, dos fueron lás formás básicas de apropia-ción linguístičá dél mundo americano: 1. La adaptacióŕi dél fondo léxico patrimonial y 2. Lá ádopéión de palabŕäš indígeňas. Pero ambas formas nó son excluyéntes; Des-de lós'inicios'colombinos sé da, en numerosós casos, una suertede cohvivencia en-trela posibilidad patrimonial y el préstamo^La conyivencia pudó'ser más'ó menos duradera o resolverse tarde o temprano a favor de la:posibilÍdad patrimonial o de la posibilidadindígena. Las soluciohesfueroň, por lodemás,divérsás ségiín laregiones. Veamos álgunds aspectos dé ešte fenómeno. ' .■;';■■."■ ■ 3.1.' LA ADAPTACIÓN DEL FONDO LÉXICO PATRIMONIAL "' ! '■''- A todos Iói:'casos de ádapťačión del fondo léxico patrimonial subyace, en prin-cipio, la semejanza referencial, por más que esta sea en muchos casos difícil de iri-terpretar o incluso pueda parecer inmotivada. Especialmente en el caso de la flora y la fauna tan diversaš, pueden'no resultar claras las razóries de la análogíá'qué está en la base de la utilización del nombre anťiguo para el nuevo objeto. Asi, Henri'qúez Ure-fia (1938: 49) califícó, no sin razón, de «extravagante» la utilización de la voz piňa para el ananas sativus, que el cronista del Perú, Pedro Pizarro, motivaba de modo ge-nérico, aludiendo a la misma «faición», pero pasando de inňiediato a presentar lo es-pecífico del fruto americano: , '-'■'■ Ay'Otra fruta que llaman [en quechua] achupallas, que acá nosotros le tenemos puesto nombre piňas, porque tienen la faiíión de pifia. Son tan grandes como melones, agredulces, apazibles de comer quando están maduras, y si no lo están son muy agras. Córtanse a rruedas y asi, echadas en agua, se comen, porque se amansa el agro (Pizarro Í981[1571], 252) ' ga el nombre indígena. Colon dice «sus camas y paramentos de cosas... son como redes de algodón» (Diario, 38). En el margen izquierdo del lugar correspondiente hay unanota que dice: hamacas (cf. Diario ed. Dunn, 92). Sobre el problema de la sinonimia en el Diario cf. Rivarola (1999). ■ ■ ; 51. Estas son las canoas aparece. escrito entre barras y podría ser aňadido del P. Las Casas (Oŕo-rio ed. Dunn, 114). 812 : HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA Ahorabieŕvla'adaptation podía ser de una palabra patrimonial sin lá competen-cia de oťra de:lgüal carácter. Es él caso, p. ej., de íeóri y-tigre', vocablos qué: séaplica-ron al puma y al jaguar antes de la difusión de las dos palabras de örigen iňdígena, quechua y guaraní, respectivamente.52 Pero la analógia podía ser reconocida de modo diverso, lo cüal generaba divérsidad tárabién en eľ piano dénoríiinativo. Asi, el pavo americanp (Meleagřis gallqpayo) se percibío en su semejanza con la gallina', pero tam-bién con el gallo, o con el pavo (llamadomás bien pavón, en lp antiguo). y.fue nom-brado, por lo tanto, con las designaciones recién aludidas, eventualmente con un aňa-dido especificativo, gallo (o gallina) de papada, o a través de una forma compuesta, ga//(pavoventre'otras;expresiones. .... . ..-.,. . ,. ([ ..ry .,,... . -,v-, r i >ní Los casps de aďaptación:ďe voces ipatrimoniales fueron muy.;numerpsos y forr maron,parte de la especifícidad léxica americana desdeios orígenes.^ Asi, para limi-tarnps sólo, a un par de éjemplos, ya en Bemal Diaz' del. Castillo, el cronista de Méľ xico,lapaíabra/or«7/aaparece, mpnday lironda,.cpn.su;signÍficado.mexicano.acmal, esdecir, .como .«pan muy delgado de forma redonda, de maíz.y,cocidqencomal» (AL var,1990!.30);^y el cronista del Perú, ^e^&^^Y(Í9^XÍ5^3^l^)r^iestemcia comp1<>?.no,sin,haber,aclarado una yez «que son.a]as que, llamamps en nuestra Espaňa..alcarías.o.cprtijos>>.f? . ,.... .-.■--„n .•,■■■■■,; f . -. •:<;.-.. .■,.-,, ,,if TAnpra(bien, lapalabra antigua se sentia a yeces insuficiente, y entonces se agre-gaba alguna aclaración alusiva a su nueva, especifícidad, cpmp.es el časp de los com-plementos de la tierra, del pais, de las Indias y otros. Numerosos son los ejemplos de estos agregados en los textos del s. xvi, que alguna vez se usaron incluso tautoló-gicamente como complemented de préstamos indigents,5,4- y que muestran, en ciertos casos, una formuláciou previa a la lexicalización que acabamos de sefialar: asi, Cie-za de León (19,84 [1553], .44). al referirse al pécari (picptyles tor-quatus).;dice lo si-guiente: -. , . , „. . ,-. :. ■ ■,..-. ■ ....r:,..., ...[venden].muchos puercos de los que se cn'an en la misma tierra diferentes de los.de Es-. . pana,, pórque son más pequeňos y tienen el qmbligo.a las éspaldas, que debe ser alguna cosaque alii les riace.S5 .';•;■ o ■ 52. Viŕr.'el testimónio del niismb Pizarro (1981[ 1571], 245), quien se enreda entre palabras y rě-feréntes: «Áy unos animales en este ráýnb, como son leones y zorras. Ay unos leones pardos: estos no hacen mal a las gentes sino en los ganados, que acontece un león děstoš degollar ^ien rrešes una nöche de ganado menudo. Ay otros leones que Ilaman tigres: éstos los hay en las montaňas: acometen a las gentes y mátanlas»..EI Inca Garcilaso (1945[1609] II, 196) anota lo siguiente: «Leones se hallan, aunque po-cos, no son.tan grandes, ni.tan fieros, como los.de Africa, llámanles Puma«. Puma.aparece, pues, como palabra iňdígena. Tanto esta voz, coma jaguar se difundieron muy tardíamente en espaňoi. Cf. DECH y 53.' Pero Cieza no prěscinde del ťodo de apoyos sinonímicós qué hagan čomprensible el vocablo a todos. Para mas detalles cf. Rivarola (2001: 31). ' ' 54. En un documento escrito por indios ladinos en 1646 se registra la expresión Hama de la tierra (se da a conocer en Rivarola 2000). 55. Estas formulaciones perifrásticas alusivas a la oriundez pueden tener, por cierto, diversas versi ones. Compárése las aproximaci ones de Diaz'del Castillo y de Gieza de León al mi srno referente; el cams caribeus: «::.ún perro de los que ellos cn'an, que son buenos para comer/que no saben lädŕaŕ...» (Díáz del Castillo 1984 [1568/1632], cap.:CLXIV); «...encontró con un perrillo pequefio'de los indios, y como lo vido, arremetió a lo matar para comer» (Cieza de León, 1984 [1553], cap. XIV, 60). Torno estos'ejemplos, y el de arriba sobre el pécari, de Alvar (1990: 29-30). LA LENGUA EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 813 La ambigiiedad que supone el uso de la misma palabra para referentes de clases distintas motivó tambien en los textos de época diversas ešpecificaciones relativas al referente antiguo: almendras de Espaňa, higueras de -Costilla, etc. 3:2^ Indigenismos56 - ■; Los indigenismos, por lo general, fueron introducidos, a juzgar por el testimonio de los textósš de modo confrontativo, sea al lado del término hispánico sinónimo o pa-rasihónimo, sea provistos de una perífrasis relativa al referente en cuestión. Claroque el uso oral podía suponer modalidades y ritmos distintoš de la adaptation. Para el cronista G. Fernandez de Oviedo, el uso de préstamos indígenas se justificaba por la no-vedäd de la materia y del ambiente, pero podía ser interpretado como ún desmedro del espaňoi,' razón por la cüal se ve en la necesidad de justificarse: ■; ' ' Si algunos vočablos bárbaŕos aquí se hallaren, lacausa es la novedad de que se trac-' ta;- y nose ponga a la> cuenta dc mi romance, qué en Madrid nascí y en la casa real me crié, y con gente noble he conversado, e algo he leido, para, que se sospeche que habré entendido mi lengua castellana (Fernandez de Oviedo 1959 [1935], 10b). A despecho de la sensibilidad purista del humanista, madrileňo,57 los indigenismos más antiguos y consolidados se integraron pronto en un uso que prescinde ya de marcas metalingiiísticas. Si esto ocum'a en fuentes escritas, debemos suponerlo con mayor razón para el uso oral, casi imposible de ser recuperado historiográficamente. En la História del descubrimiento y conquista del Perú del cronista Agustin de Zára-te (que aquí se utiliza en representación de muchas otras fuentes), contador real y hombre culto que pasp.un breve tiempo en el Perú de las guerras civiles de los afips 40 del s. xvi, se emplean las palabras canoa, maíz y algiín otro tainismo antiguo sin indication alguna que las singularice comp préstamos. .Los préstamos de lenguas indígenas peruanas, en cambio, se explican con motivo de su primera, y por lo general única, aparición en el discurso...Pero aquí también se perciben algunos matices, ya que un quechuismo como,/rimč>o,< ■, ■■.,-..,. LA LENGUA EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 815 los términos taínos llevados por los espaňoles, y algo similar ocurrió en otras regiones. Un testimonió del ya citado Agustín de Zárate, es muyilustrativo al respecto: '■■ En todas las prouincias delPerú áui'a seňores principales que Uamauan en su Ierigua curacas, que es lo mismo que en lás Islas solían llamar caciques, porque los espaňoles que fueron a conquistar el Perú, como. en.todas las palabras y cosas generales y. más comunes yuan amostrados de los nombres en que las Uamauan de las yslas de.Santo Domingo y, Sant Iuan y Cuba, y Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabfan los nombres en la len- ,.gua del Perú, nombráuanlas con los vocabloš que de las;tales cosas trayan apréndidos; y esto se ha conseruado de tal.manera que los mismos indios del Perú, quandq hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocabloš que han oyďo dellos, como al cacique que éllos llaman curäca, nunca Ie nombran sino cacique, y aquel su pan de que ' está dicho le llaman maíz, con nombrarse en su lengua cara, y al breuaje llaman chicha y eň su lengua, a?ua; y assí de otras muchas cosas (Zárate 1995 [1555], 55) La circunstančia de haber sido el taíno'lá primera lengua con la que entraron en contacto los espaňoles explica lá gran cantidäd de antillanismos que se encuentra en la escritüra del s. xvi,63 y además lá difusión panamericana y panhispánica (o, incluso, paneuropea) de varios de ellos. Bernal Diaz del Castillo pasó tres afios en Cuba y aprendió el taíno: de un total de ochenta indigenismos usa treinta antillanismos (y de estos, dieciocho se conservan en el espaňol de Mexico) (Alvar 1990). En la tercera parte de la Crónica del Perú de Cieza de Leon, de untotaldé cuatro decenäs de indigenismos citados o empleados, un 50% es de palabras quechuas y otro 50% es de voces antillanäs (Baldinger 1987). ■ '- ■ 1 Naturalménte, no sierripre ni en todas partes los tainismos lograron desplazar al indigenismo regional:' por ejemplo, en el uso mexicano: delxvi ajŕ* o mäižaľňo lograron impbnerse sobre los indigenismos locales de brigen náhuatl chili y fnilpa. En cambio,'la palabara quechua uchu hô pudo ŕesistír frente aají.65 Igualménte, aunque con uri ritmo más lento, el quechuismo yánaconá, que todavía cedía päso en el mismo siglo al tainismb náboría, se impuso definitivamente éri el siglo xvii.66 Asimišmo, pampa se'ašentó por toda lá zona de ihŕlúencia quechua a despecho déľtainismo sa-bana. Mandioca se usb desde un comienzo en el territorio guaraní, a pesardel tai-nismo' ýucäy de- empleb bastante generalizado. • ' l ' [ ■ ! [ Con la conquista de Mexico se incbrporaron al espaňol palabras de origeh náhuatl. Estas no tuvieron una difusión tan notable como la seňalada para los tainis- ;63. Entre los más de 90 antillanismos (primitivos y dérivados) registrados por Mejías (1980) se en-cuentran: anona, arcabučo, aura, baauiano, barbacoa, batata, batea, bejucó, bija, bohfo, cabuya, cacique, canoa, caoba, careyľ cásabe, cayiico, čeiba, comején, guanábana, hamaca, iguana, jagiíey, maguey, maíz, mangle, maní, naguas, papaya, sabana, tuna, yuca... 64. En el LHEM (s.v.) hay d os registros de ají en documěntos de 1529 y 1569. Chile apárece en una carta de 1550, dirigida por Motolinía al Emperador en defensa de los indios tributarios: «Y los que algo tienen alcanzah tan poco que no se allará entre mjllüno que pueda vestir paňos, nj comer sino tortilla y chile y un pocö de'atuie...» (doc. 24,'Uínea ll).'Gomo se puede notár, los nahuatlismos —sin in-dicación de extranjería—äparecen en conipaňfa de una palabra patrimonial ya adaptada (tortilla). 65. A«'se encuentra en documentode bilingiies andinos de 159ľ,'acompaňarido a palabras deori-gen quechua («...por los axis y papas y quinuas...»). Cf. Rivarola (2000). 66. VíW.'ladocuméntación en Friedend (1960) y Baldinger (1987): 816 . HISTÓRIA DE LA LENGUA ESPAŇOLA mos, no obstante lo cual algunas de ellas se convirtieron en voces de usp muy ,exten-dido por el continente (p. ej. tamal, galpón),61 o en Espaíia e incluso en Europa, cuan-do estuvieron asociadas a referentes nuevos que lograron gran aceptación: cacahuete (mex. cacahuaté),.cacao, chocolate, tomate. La difusión de los nahuatíismos fue na-turalmente mayor en la zona comprendida entre Mexico y Guatemala.68 Algo similar ocurrió con los préstamos de otra de las lenguas mayores del sub-continente, a šaber, el quéchua. Unos pocos quechuismos se incorporäroň al espanol general (y también a otřas lenguas europeas) cuándo se trataba de objetos propios de la región (flóra; fauna; realidades geográfícas: coca, qúina, condor, llama, puma, pampa, puna). Papa se convirtió en término general del espanol americáno ý de Ca-nárias, y contribuyö a la formación del significarite patata, triürifador en el espaňol europeo (cf. Henríquez Ureňa, 1938). La mayor difusión de los quechuismos ocurrió en el espaňol andino, y muy especialniente en las zonas en las que más intenso y durable fue el contacto con el quechua.69 ,-, f Muchas otras lenguas indigenas de menor extension territorial o importancia de-jaron huellas a través de diversas unidades léxicas, pero,, por lo. general, la yigencia de.estos préstamos—salvo pocos casos—70 no päsó más alia del uso regional o local del.espanol. ( , - . 4. Coda: contacto de lenguas La adopción de préstamos léxicos indigenas en el espaňol deriya, comp es ob-vio, de.una situación de contacto de lenguas. Sin embargo, ešte contacto, cuyas ma-nifestaciones se reducen; a,préstamos como los sefialados, no implica. necesaria-mente, en todoslos casos, amplios procesos de bilingiiización de los,conglomera-dos humanos involucradps. Asi, en. el caso, de los préstamos más abundante. y rápidamente asumidos por el espaňol en los primeros decenios de la colpnización, a saber, los préstamos tafnos, no se puede postular una castellanización a gran es-cala de la. población indígena,,que parece haber desaparecido en un lapso de tiem-r po no ,muy extenso. . ' .-,..-. ..■.>, .".■,.■. ",., ■ En cambio, cuando se trata de la adopción por parte de las lenguas en contacto71 de. elementos fonéticp-fpnológicos, prosódicos y gramaticales, cabe postular situacio- 67. El Inca Garcilaso (1609) en las Advertencias linguísticas preliminares de los Comentarios Reales aclara —pensando seguramente en sus lectores pen insulares— la voz galpón (que cree antillana) como «sala grande», voz que luegq usará numerosas vecesen su texto.;Parael origen náhuatl, nodel.todo seguro, de galpón cf. DECH, s.v. .. 68.-. Los siguientes aparecen en el corpus de.Mejías(1980), quien sefiala más de 140, la mayoría de difusión regional: achiote, aguacate, atole, aj!, cacao, calpul, camote, capulí, comal, copal, coyote,,chan-caca, chocolate, huacal, hule, jícara, mecate, milpa, nopal, petaca,petate, pulque,\tamal, fiánguez, tomate, zopilote... ■ ■'■■■,' ■:: .69. ■ De la lista.de casi dosdentosregistradpspor. Mejŕas (1980) —lista que requjere.ser depurada—. citamos los siguientes: antara, ayltu, cancha, caracha, cocha, concho, cóndor, curaca. cusma, chacra, chuňo, g(h)uaca, g(h)uanaco, g(h)uano, inca (inga), llama, mate, molie, olluco, papa, poroto, puma, puna, puqulo, soroche, tambo, vicuňa... ,• ,. , ,, 70. P. ej. ananás, mandioca, del. guaraní; caimán, del caribe. . ;i . ... 71. Aquítraioel asunto desde el punto de vista de las modificaciones sufridas por el espaňol en si- LA LENGUA;EN LA ESPAŇA DE LOS AUSTRIAS 817 nes más o menos largas y estables de bilingiiismo, las cuales permiten el trasvase (de una lengua a otra) de unidades y fenómenos que presentan, con respecto al léxico, un diverso tipo de integración interna y mayor grado de estructuración sistemática. Aho-ra bien, ešte bilingiiismo estable no se dio en toda America. Como se ha dichd, ho se dio en las Antillas, y no se dio en numerosas regiones, donde la población indígena no era numéricamente sigriificátiva, o donde, por cáusas diversas, dicha población de-sapareció en lapsos más o menos cortos, séá por exterminio, séa por migración interna. Allí donde se'dio, ŕue el resültado de una difusión'del espaňol con ritňiós ymo-dalidades diferentes, un espanol que fue asumiendo, en mayor o menor medida, y en función de las'čaracterfstičas de la situación de contacto, álguhôs ŕasgos de las lenguas indigenas con las cuales .coexistía enlos sujetos bilingiies.72 Resultadós äctuales pálpables de estps aňtiguos.fenómenos de transferencia de, rasgos se dan, por ejem-plo, en Yucatan,73 en Paraguay,74 en el área andina de Ecuador, Perú, Bolivia y,en el noroeste argentino.75,Con resultadós.distintos, el espaňol de estas zonas ha sido muy poroso a diversos fenómenps__deLmaya,,del guaraní y del quechua (y también del ai-mara). En el área andina, a rafz de los procesos de transferencia, se formaron.desde el sigloxvi variedades fuertemente. dialectalizadas de espaňol; las'cuales tuvieron incluso manifestación escrita (cf. Rivarola 2000). '■■■ Otro ámbito para los fenómenos de contacto1 se abrió cPn la presencia de los es-clavos africanos que comenzaron a afluir a America desde el s. xvi, partičularmente al área del Caribe, donde'la ihmigŕáción fue masivai76 Eš vérosfmil que, apárte préstamos léxicos, uno que ótrorasgo de espaňol'regional pueda haberse origiriado en el adstrato afroamericano de los oŕígeries,77 péro es difícildeterminárlo de rh'odó seguro. No está de más recordar que.no.exíste documentación dirécta sobre eľhabla afro-ämericaňa,'pues .casľ todp, še reduce, al ŕespectó, a. éstilizaciones en las que abiihdari los estereotipos literariós (Lipski 1994). , tuación de contacto; pero también las lenguas indigenas, en siglos de con v i venci a, han sufrido el impac-to.del adstrato espaňol: Me refiero a esto, con respecto a la lenguas andinas; en Rivarola' (2001:' 149-150). 72. Son ■fundamentales .los estudios reunidos en'Granda (1999), muy especialmente el.dedicado a presentar un modelo general sobre las situaciones de contacto en todo.el continente (Granda 1999: 18-49). Cf. también. Zimmermann (1995) y Zimmermann y, Stolz (2001). 73. En el espaňol yucateco, por ejemplo, las oclusivas se pronuncian con un golpe glotal como en maya(cf. Lope Blanch (1987:65-91). , _, ;. _ . '' .'. 74. En el espafloľde Paraguay, por ejemplo, las vocáles se pronuncian muy nasalizadas, y los gŕu-pos consonánticos Imp! Ink/ Iníl suelen ser suslituidos por /nb/ /ng/ Žňd/; númerosos otros rasgos de transferencia que panen del 'guaraní se dan-en laToriética y en la morfosintáxis: véase al respecto Granda (1994: esp. 287-398, con amplia bibliografia)) :Y: para laformación del espaňol paraguayo cf. Granda (1992:649-674): •"-;..!■ .■■':■' ■:>'■.'.- 75. El espaňol andino muestra, igualmente, númerosos fenómenos de transferencia en todos los pianos lingUi'sticos: por ejemplo, confusion de vocales /o/7u/ y Id lil, tendencia a convertir Jas oclusivas sonoras en sordas, ausencia anómala del artículo, uso anómalo de clíticos, orden que réfleja rasgos sin-tácticos de las lenguas andinas, etc. Vid. al respecto Rivarola (1990), Granda (2002) y Cerrön-Palomino (2003). ■■•''- -•!.■.■ 76. Para própuestas sobre el iriflujo africanb en fénórrienos'del espaňol amerícano cf. Granda (1994) ' ■' ■'''■'■ ■ '■ ,■■■■-.'■'<■' 11. Según Lipski (2002).se tratäría de fenómenos de contacto entré espaňol y espaňol «bozal» u otros tipos de pidgin y criollos, y no un contacto directo del espaňol con lenguas africarias:. ;-. 818 HISTÓRIA DE LA LENGUA EŠPAŇOLA Bibliografia AW''(véase Friedend). AA.VV. (1992): História general de la emigración espaňóla a Iberoaméricä, Madád: Histo-; ria 16. .-.".'■■.-._■. Alonso, Amado (1953): «La baselinguística del espaňol americano», en Estudios lingüisti- cos. Temas hispanoamericanos, Madrid: Gredos.. Alvar, Manuel (1990): Americanismos en la «História» de Bemal Diaz del Castillo, Madrid: . , ICIjor. 1970]. t = ."..-,;. — (199Í): «Portuguesismos en el andaluz», en Estudios de geografia lingüistica, Madrid: Paraninfo! 246-260 [or. 1963], — (dir.) (1996): Manual de diälectólogia hispánica. El espaňol de America, Barcelona:. ArieL Alvar Ezquerra, Manuel (1997):Vocabulario de indigenismos en las crónicas de Indias, Madrid: C.S.I.C. ' '-.''.■-'"-,--'.' 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