Stránka 1 z 8 Felipe Trigo, Jarrapellejos. Notas y resumen. Jarrapellejos (Vida arcaica, feliz e independiente de un español representativo). Edición, introducción y notas de Simón Viola. Colecc. Clásicos extremeños. Badajoz, Diputación de Badajoz, 2004. ISBN: 84-7796-757-1. Prólogo de Rafael Conte (1975). Materiales adicionales 2 Jarrapellejos, prólogo e introducción. Subrayados. Resumen. 3 [* 1 Un autor que no se sabe dónde colocar: “¿Trigo mal escritor?” 3 [* 2 – La novela del caciquismo extremeño y andaluz.] 4 El tiempo de la novela 4 Sangrientos episodios de la España profunda 5 Los personajes 6 Recepción 7 Notas 8 Mapa de acontecimientos históricos relevantes. 1899 Gobierno Silvela. (Tras el asesinato de Cánovas en 1897, Silvela fue nombrado Jefe indiscutido del Partido Conservador.) 1901 Gobierno Sagasta. Joaquín Costa publica Oligarquía y caciquismo. Estreno de Electra de Pérez Galdós con manifestaciones anticlericales en toda España. 1902 Mayoría de edad de Alfonso XIII. 1903 Maura, jefe del partido conservador. 1907 Encíclica Pascendi, condenando el liberalismo y el modernismo. 1909 Semana trágica de Barcelona. 1910 Gobierno de Canalejas. 1911 Fundación de la CNT. 1912 Asesinato de Canalejas. Gobierno de Romanones. Acuerdo con Francia sobre el protectorado de Marruecos. 1914 La guerra europea. Neutralidad española. 1917 Primera gran huelga general revolucionaria en toda España. Se decreta el estado de Guerra. [Novela dedicada a “ Melquíades Álvarez, un político republicano-socialista. (1864-1936) fue catedrático de Derecho en la Universidad de Oviedo y político. Tras la Semana Trágica (1909) formó parte de la Conjunción Republicano-Socialista. En abril de 1912 fundó, junto con Gumersindo Azcárate, el Partido Reformista, formación de carácter republicano que, desde el año siguiente, se planteó incluso la posible colaboración con los gobiernos del reinado de Alfonso XIII. Stránka 2 z 8 Materiales adicionales Archivos pdf. de Cuentos ingenuos (edición facsímil de 1920), en Internet Archive (University of Toronto Libraries) < https://archive.org/details/cuentosingenuos00triguoft > [Consultado 11-11- 2014] María Jesús Zamora Calvo: «La crítica social de Felipe Trigo en Jarrapellejos». Artículo de tipo periodístico, fechado en febrero de 2010, publicado en Rinconete (revista del Centro Virtual Cervantes < http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/default.asp > ISSN: 1885-5008) [Consultado 11-11- 2014] En la BVMC está una tesis de la Univ. de Alicante, “La obra narrativa de Felipe Trigo”, de Martín Muelas Herraiz, de 1986. En BVMC El médico rural (1912) (el prólogo de José Bergamín no está). La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes contiene otras obras de Trigo. Biblioteca Saavedra Fajardo de pensamiento político hispánico, 2012 enlace [27-9-2014] Felipe Trigo: Socialismo individualista (estudio, 1906). Transcripción y revisión ortográfica de Miguel Andúgar Miñarro. Edición realizada a partir de: Trigo, Felipe. Socialismo individualista. 2ª edición. Madrid: Librería de Fernando Fé, 1904. La novela fue llevada al cine en 1988 (ver la carátula del formato DVD). Clip en Youtube < https://www.youtube.com/watch?v=Z6s-FwZbGeY > Stránka 3 z 8 Jarrapellejos, prólogo e introducción. Subrayados. Resumen. El prólogo (1975) de Rafael Conte (crítico literario, escritor y periodista (1935-2009), vinculado al régimen franquista, ver biografía y obras en < http://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Conte >. Su libro de memorias, El pasado imperfecto (1998), es una fuente interesante sobre la vida literaria española de su época. Valoración positiva de Felipe Trigo, si bien es colocado en una segunda línea de escritores, como literatura menor. Introducción de Simón Viola. Subrayados-resumen. [*1 1 Un autor que no se sabe dónde colocar: “¿Trigo mal escritor?” Pág. 13 [17]2 …“obra de transición”, de literatura caracterizada por un alto grado de “mestizaje” ideológico y estético p14 | “encrucijada ideológica” Heredero de los movimientos narrativos decimonónicos, en especial del naturalismo (una circunstancia que, sobrevalorada, convertiría su obra en una aportación epigonal), su producción pertenece al periodo cenital de modernistas y noventayochistas. 15 | Una triple adscripción: postnaturalismo, 98, modernismo. Además, Trigo ha sido incluido desde otros presupuestos (relaciones personales, actividad editorial...) en la “generación de 1886” (Julián Marías), o definido con los marbetes de “Literatura galante y novela erótica” (Eugenio de Nora), “Realistas y eróticos” (Luis S. Granjel), “Eróticos” (José Domínguez), o, en fin, colocado junto a un numerosísimo grupo de escritores en la “Promoción de ‘El Cuento semanal’” (Sáinz de Robles) 15 | …desde, pongamos por caso, el erotismo de Las ingenuas -1901- al compromiso social de Jarrapellejos-1914-; recordemos que sus dos novelas póstumas llevan títulos tan “sugerentes” como Murió de un beso y En camisa rosa. *En El médico rural (1912), el adulterio y erotismo son narrados sin ser juzgados como inmorales. 15 | Jarrapellejos: una “novela erótica”, heredera de los enfoques naturalistas radicales, y una “novela social” que lo aproxima a las preocupaciones regeneracionistas del 98; 16 | actitud reformista radical, naturalismo social. Otras novelas de ambientación regional (En la carrera, 1909; El médico rural, 1912) 16 | “Las novelas de Blasco Ibáñez pueden considerarse, junto con parte de la producción de Trigo y Zamacois, como las continuadoras de la tendencia social que daría sus frutos en el primer tercio del 1 Los asteriscos o corchetes señalan texto o notas de un servidor. 2 El número de páginas del lector pdf no coincide con el de la edición. (Disculpas, pero un servidor no va a comprobar página por página…) Stránka 4 z 8 siglo XX. Pero ninguno de estos novelistas ha de figurar aislado: su obra, con las delimitaciones y matices necesarios, podrían integrarse dentro del marco del regeneracionismo noventayochista, como una más de las líneas estéticas e ideológicas de principios de siglo” (cita a otro crítico) 16 | como un puente que enlaza a los naturalistas radicales, que rechazaron la fórmula de un naturalismo católico o español, corrección conservadora del programa zolesco, y desarrollaron “la crítica del orden socio-moral imperante y el interés por la conducta fisiológica de los personajes sobre todo la patología sexual-”, con la novela social española de los años veinte (Joaquín Arderius, Ramón J. Sender, Rafael Carranque de Ríos, Juan Antonio de Zunzunegui...) en una tradición realista ininterrumpida pero desplazada por las innovaciones noventayochistas, pues “lo que sí parece evidente es que, de no haber sido por la oposición noventayochista a la narrativa del realismo, el camino de la novela hubiera sido otro en España: las líneas estaban marcadas”10, y no parece en modo alguno casual que Trigo fuera recuperado en los años en que aún sobrevive un neorrealismo social, comprometido y crítico, en verdad ya residual p18 - Dentro del neorrealismo español, Los bravos (1954), de Jesús Fernández Santos, tiene una deuda con Trigo: ambos médicos, etc. *Pero también con El árbol de la ciencia (1911), quizá; asimismo, el realismo crítico: Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín-Santos (1924-1964).*Pensar en lo que representa la figura del médico (contrapartida: el cura) como protagonista. [* 2 – La novela del caciquismo extremeño y andaluz.] 20 | Frente a algunas interpretaciones de la novela como “obra de clave” con referencias a espacios y personas reales, lo que encontramos es una obra que pretende reflejar críticamente un entorno rural marcado por el caciquismo, que Trigo no quiere que sea asociado con una localidad concreta (y le hubiera sido muy fácil conseguirlo), sino, de un modo más vago y genérico, con la España del sur. (20) El medio físico se presenta como una fuerza hostil en que la supervivencia se enfrenta a “maldiciones bíblicas”: las dos cosechas de las que se habla en la novela se malogran, una por la langosta y otra por la sequía, con procesiones y rogativas como único remedio, en tanto el río es portador de enfermedades como el paludismo con su estela de tercianas y cuartanas, el tifus, la sarna y la tisis. (21) En la carrera (1909). Novela nutrida de los recuerdos universitarios del novelista. (22) La acción de El médico rural (1912) transcurre de la primavera de 1909 a la de 1910 (hay una referencia vaga a la Barcelona de la “Semana trágica”). Respecto de Jarrapellejos (1914), el crimen de Don Benito sucedió en el verano de 1902… (pero los acontecimientos y la situación política hacen pensar en el bienio 1913-1914). El tiempo de la novela (23) Respecto del tiempo interno del relato, este progresa linealmente desde una primavera con las cosechas arruinadas por una plaga de langosta (solo en el capítulo IX sabremos que esto sucede en el mes de abril) hasta el verano del año siguiente. En primavera se sitúan los tres primeros capítulos: plaga de langosta (I), “este mayo de flores a María” (II), un nido de cigüeña con polluelos (III). En verano, los dos siguientes: limpiadores en las eras (IV), Roque “iba a cumplir un mes de prisión” (V). En otoño, los capítulos VI-IX (el 13 de diciembre Purita tiene una niña: su concepción coincide con el Stránka 5 z 8 arranque de la novela cuando “iba una tarde a ver la invasión de los langostos”). Los capítulos X y XI transcurren en un insólito invierno de nieve (“En La Joya había nevado copiosamente”) y sequía (“ni una gota de agua desde enero”). Sigue una primavera descrita en las posesiones de Jarrapellejos (XII) y a continuación los asesinatos (XIV, pero hay que recordar que en todas las ediciones de Jarrapellejos, la numeración de los capítulos salta del XII al XIV, una «anomalía» que hemos mantenido) situados en la noche del 20 al 21 de mayo, un mes antes de los hechos reales (sucedidos en la madrugada del 18 al 19 de junio), una modificación explicable puesto que el viaje de los delincuentes a la “feria de Trujillo” constituye en la trama una coartada mantenida hasta el final. Los capítulos restantes se sitúan en un verano de pesquisas, detenciones y cierre final del caso por falta de pruebas, cuando Cidoncha lleva ya “cuarenta y tantos días incomunicado” (XVI) y “sesenta y cinco días en aquella mazmorra” (XVII). El empleo del tiempo se ajusta, como decimos, a un orden lineal, heredero de un modelo narrativo realista-naturalista. Sangrientos episodios de la España profunda 25 | El “crimen de Don Benito”, un episodio que por sus rasgos específicos (la lujuria, el sometimiento social, el completo desvalimiento de las víctimas...) encontró anclaje de modo natural tanto en su pensamiento como en los temas predilectos de su narrativa (injusticia social, hombresverdugos / mujeres-víctimas...). Convertido muy pronto en asunto de romances de ciego, el crimen tentó a Pío Baroja, según confiesa en sus memorias (Desde la última vuelta del camino) y, de hecho, aludiría a él de pasada en el capítulo primero de Los visionarios (1933), así como a Ramón Pérez de Ayala, que lo utilizaría en una novela corta, La caída de los Limones, incluida con otras dos en el volumen titulado Prometeo (1916). El propósito de Pérez de Ayala, similar al de Trigo, es la denuncia del caciquismo al que se ve sometida la España rural, pero el desenlace es más esperanzador que el del novelista extremeño y más próximo a los hechos reales. Trigo lo incorporó a una narración de mayor calado que ofrece un amplio espectro de injusticias sociales y sometimientos eróticos. Trigo somete los hechos reales a una intensa manipulación convendrá recordar sucintamente que el asesinato de la joven, Inés María Calderón, y de su madre, Catalina Barragán, tuvo lugar en la calle Padre Cortés de Don Benito en la madrugada del 18 al 19 de junio de 1902. Con la complicidad del sereno, Pedro Cidoncha, quien logró que las mujeres les franquearan la entrada, Carlos García de Paredes, sobrino de Enrique Donoso Cortés, cacique liberal que capitaneaba en la provincia a los partidarios de Sagasta (y sobrino a su vez del Marqués de Valdegamas), y Ramón Martín Castejón, penetraron en la casa y acuchillaron a las dos mujeres, aunque ninguna de ellas fue violada, cuando este parecía el móvil del asalto. …fue crucial el testimonio de Tomás Alonso Camacho, un testigo ocular menor de edad que reconoció a los asesinos, pero su declaración tuvo lugar 45 días después de perpetrarse el crimen y recibió por ello una gratificación. No fue esta la única irregularidad de un proceso sometido a una fortísima e indignada presión popular en que se entremezclaban razones emotivas y rencor social Stránka 6 z 8 (una joven hermosa y honesta de extracción humilde y un heredero de grandes terratenientes, bebedor y pendenciero). (Solicitaron el indulto algunos personajes en publicaciones periódicas.) Trigo conservó respecto de estos hechos, que la prensa había tratado en 1902 y recordó en 1903 y 1905, los suficientes datos como para que el crimen fuera reconocible, pero introdujo asimismo notables modificaciones. […] El novelista no rechazaría la acusación de falsear la historia, pero repetiría el argumento de que lo relatado en la novela reflejaba “una realidad dispersa, la de la vida de las provincias españolas, de los distritos rurales” (en la dedicatoria). (pág. 36) Resulta de interés, para confirmar esta huella nuclear en la novela, su cotejo con el texto regeneracionista más emblemático, Oligarquía y caciquismo como la actual forma de gobierno en España (1902), de Joaquín Costa, especialmente con el capítulo titulado “El cacique”. (38) …el erotismo se presenta como lo que realmente es, como “parte” de un sometimiento social que afecta al amplio abanico de relaciones humanas, y no solo al aspecto sexual, de modo que en Jarrapellejos, por la amplitud y profundidad del análisis político y social, “el erotismo es en esta ocasión una forma más de la dependencia social y del sometimiento”. […] un gráfico de las relaciones personales permitiría comprobar cómo las mujeres adquieren en la trama argumental la condición de “núcleos” en torno al cual merodean dos o más hombres. …la trama, que desarrolla paralelamente motivos eróticos y de crítica social, se articula en torno a historias “femeninas”. Los personajes (pág. 41) Frente a las dos novelas anteriores del ciclo, construidas con un personaje masculino como “eje estructural” (Esteban, alter ego de Trigo: hipersensible, algo desequilibrado, autor de todas las reflexiones y digresiones de la narración), en Jarrapellejos la figura del cacique, aunque destacada (pasa a titular la obra, sus manejos abren y cierran el relato...) no adquiere un protagonismo absoluto, pues en este caso el novelista ha construido una obra coral (el número de personajes es muy elevado), con una mayor insistencia en un reflejo colectivo del entramado de relaciones humanas, [como considera el socialista Cidoncha […] En una estructura social casi estamental, personajes de toda condición, con la salvedad de la clase media, la más digna y la más brutalmente agredida, están instalados en una inmoralidad, que no arranca con la acción sino que es previa a los acontecimientos. Jarrapellejos (43). Su figura encarna, como se recordaba, “esa magistratura anónima [...] ajena a todo cargo oficial, y libre, por tanto, de toda responsabilidad”. “Socarrón, audaz, rudo y campechano, subrayado su talante por esos constantes eructos que no reprime en ninguna ocasión (bodas aristocráticas, recitales poéticos, entrevista con el ministro), displicente con aristócratas y políticos, el personaje, construido con singular maestría, parece sorprendentemente sometido a quienes domina: a los jornaleros (intentado un diálogo, ya imposible, con ellos), a Cruz (negando su poder sobre el juez), a Orencia (aguantando el chaparrón de sus recriminaciones).” Stránka 7 z 8 No exhibe su poder, sino que lo camufla recurriendo constantemente a la mentira (un signo de debilidad) […] Octavio, el liberal, constituye una contrafigura del cacique hasta que este lo compra. Extraño en este entorno, Juan Cidoncha encarna con su comportamiento un socialismo utópico que cree en la ciencia como herramienta para solucionar los problemas humanos, pues esta hará posible el progreso sin necesidad de revoluciones, siempre contraproducentes. La educación: a este fin dedica el personaje su afán: “la única verdadera limosna, una limosna noble y trascendente, cifrábase en la siembra de ideas capaces de apresurarle a la humanidad su porvenir de redención. Dentro de sus medios limitados, él ejercitaba de tal ideal manera la limosna […] Sin apoyos sólidos, traicionado por su único aliado, será víctima fácil de un sistema corrupto que lo expulsará de su seno una vez comprobada la imposibilidad de su asimilación. El resto de los personajes, en fin, contribuye a formar “un cuadro de pesadilla por el que transitan los amigos envilecidos y pudientes del ‘mandamás’ [...] los campesinos zamarreados y manipulados, los esbirros de los poderosos, salidos del pueblo, más crueles aún que sus propios amos y las mujeres de todos presentadas como presas de una salvaje cacería” [cita a Pérez Henares, A.: Prólogo a Jarrapellejos. Madrid, Bibliotex, 2001, pág. 3.] Recepción Descalificaciones y ataques sumarios especialmente por parte de sus contemporáneos. “Lo cierto es que, como señala San Martín, son perceptibles en las novelas de Trigo dos estilos muy contrastados. Uno, realista o naturalista, sencillo, apto para la narración, y un estilo poemático, retórico y grandilocuente, con una marcada impronta modernista en su léxico que suele reservar para las escenas amorosas o en las digresiones de “doctrina erótica”. Este segundo estilo, un lirismo pobre y huero, […] Su prosa conserva, con todo, los rasgos más peculiares: abundancia de hipérbatos y elipsis, aposiciones con frecuencia dobles o muy extensas, construcciones absolutas de gerundio y participio, reiteraciones al servicio de progresiones ascendentes, pronombres enclíticos y una dicción interjeccional que subraya en Jarrapellejos la indignación por la injusticia social que la obra refleja. La complejidad de artificios en juego, especialmente la fortísima torsión a que somete la frase, exige un hábito lector con esta expresión formal extraña, singular e inconfundible, pues Trigo …es un escritor cargado de violencia textual, que construyó su propio estilo con una deliberada voluntad formal. No es un mal estilo, es un estilo difícil, pero extrañamente eficaz, pegado a su materia como la piel a la carne, que nos transmite vibraciones, pulso, humores vegetativos, sensaciones, con una intensidad poco común [...] más profundo que todas las acusaciones simplificadoras que hasta ahora ha recibido. [cita de R. Conte] ___________ Stránka 8 z 8 Notas En la dedicatoria, Trigo dice esto: «Letamendi afirmó: «El progreso no es un tren que corre, sino un árbol que crece»; yo, que sin embargo, voto a Pablo Iglesias…» “Un árbol que crece”. Imagen vitalista. El subtítulo de la novela: Jarrapellejos (Vida arcaica, feliz e independiente de un español representativo). El sarcasmo es brutal. El paraíso de la Arcadia bucólica y feliz - la del pintor Nicolas Poussin, el poeta renacentista italiano Jacopo Sannazaro, de Miguel de Cervantes o Lope de Vega – todo ello es una fantasía que choca con la explotación real. “Un español representativo”: el señorito, el cacique (Jarrapellejos), que sí es “feliz” e “independiente”. En cierto sentido, el título es casi una anti-utopía, una distopía. El autor, médico que acabó suicidándose (quizá porque tenía una enfermedad incurable, no está claro), sobrevivió en Filipinas a un ataque a machetazos en una escaramuza en un campo de prisioneros tagalos. Sus ideas son las de un reformismo radical pequeño-burgués o socialismo individualista (como tituló él mismo un ensayo de tipo político). Estas in regeneracionistas se dice que están presentes en otras novelas, por ej. en El médico rural (1912).