Španělská literatura 20. století I Katarína Repiská 434822 Los últimos románticos, Pío Baroja El libro Los últimos románticos fue escrito en el año 1906 por el escritor vasco Pío Baroja. La obra literaria de Baroja es muy prolífica y el autor ha sido colocado en el cajoncito de los escritores de la famosa Generación del 98. El libro comentado pertenece a la trilogía El pasado (Los últimos románticos, Las tragedias grotescas y La feria de los discretos), siendo éste el primero si hablamos de los hechos según suceden cronológicamente en los libros. Es sabido que Baroja junto con Azorín y Maeztu formaban un grupo de escritores que solían reunirse por tener ideas más o menos similares. A su grupo se le suele denominar el Grupo de los tres y tal vez podría considerarse una base para el desarrollo del grupo de la Generación del 98. Estos escritores intelectuales estaban tratando de europeizar más a España, es decir hacerla más parecida a otros países Europeos, inclinándose a París cómo el arquetipo de país europeo. “París París, ya estoy en el cerebro del mundo” (p. 16) Es interesante el hecho de que Baroja tenía una hermana menor, Carmen Baroja, que también era escritora en esos tiempos, pero es casi desconocida, igual que su obra literaria. Es posible que por ser mujer no llegó a tener tanta fama como su hermano Pío. Es sabido que en los tiempos de la famosa Generación del 27 se excluía a las mujeres de las antologías y se colocaban en el margen del mundo literario. Regresando al tema de este trabajo, el libro se lee muy bien, el estilo del autor es conciso pero no simple. Debido a que este libro no pertenece a la lectura obligatoria, supongo que ninguna de ustedes lo leyó, y por lo tanto, decidí mencionar la idea principal del libro, hablar de algunos aspectos suyos. El argumento de la obra es muy simple, trata de don Fausto, su vida parisiense y su hija Asunción que fue elegida por la señora Blanca de Montville como acompañante en los últimos días de su vida y también heredera de sus bienes. Doña Blanca fue muy buena amiga de la mamá de don Fausto, por eso tanta cercanía entre ambas familias. Si nos imaginamos un árbol compuesto por una cantidad enorme de ramitas que van creciendo una al lado de otra, esta es la estructura del libro. No hay mucha acción, como ya he dicho la trama principal es la llegada de Asunción a París. La mayoría del libro está formado por descripciones muy detalladas que a veces llegan ser hasta exageradas, y las minihistorias pero muy desarrolladas de personajes secundarios que se nos presentan durante la lectura. “Don Fausto se detuvo á contemplar la ciudad. Sobre el río gris se tendía el puente de las Artes, más lejos el Puente Nuevo, por encima de la punta del Vert-Galant, cuyo extremo se hundía en el agua como la proa de un barco y cuyos árboles se elevaban rojizos y desnudos de hojas. En el cielo alto de plomo, en donde nadaban algunas nubes claras, surcadas por rayos del sol, se perfilaba la aguja dorada de la Santa Capilla, más atrás las dos torres negruzcas de Nuestra Señora de París, con sus encajes de piedra, y más lejos aún, en parte escondida tras una de las dos torres, la flecha alta y finísima de la catedral.” (p. 278) El número bastante elevado de los personajes secundarios causa que el lector a veces se pierde un poco y queda desorientado. El rol de tantos personajes secundarios es, según yo crear un fondo o un contexto detrás de la trama principal. En cuanto a la atmósfera de toda la obra, prevalece el tono sombrío, agobiante, obscuro, las calles son de color gris y ese decadentismo es lo que le atrae al protagonista Fausto. La idea principal, o lo que considero importante mencionar hablando de este libro es su nombre. Me estaba preguntando mucho tiempo yo misma que significaba y por qué Baroja lo había nombrado así. El protagonista Fausto junto con sus amigos está casi obsesionado, para decirlo de alguna manera, con el romanticismo y con los escritores de aquel período. Los autores románticos se mencionan en varios capítulos; los personajes discuten sobre Víctor Hugo, en la casa de doña Blanca hay obras de Walter Scott, François-René de Chateaubriand, Lamartine, Alfredo de Vigny, Jorge Sand - todos eran escritores franceses del romanticismo. El nombre del protagonista - Fausto podría ser una casualidad pero tal vez no lo es, y está haciendo referencia a la obra de Goethe (cuyo nombre, sin embargo, también aparece mencionado dentro del libro) llamada Fausto. La sensación que el lector puede tener después de acabar la lectura es que es como si el libro fuera la nostalgia por el romanticismo mezclada con la bohemia. “Los últimos románticos de París se lamentaban amargamente de la transformación de los tiempos. Ya no se paseaba por la calle Dauphine como en la buena época; el barrio comenzaba á verse desanimado y las galerías del Odeón, antes paseo y punto de cita de estudiantes y de grisetas, estaban desanimadas.” (p. 232) Algunos de los rasgos de la bohemia que aparecen en la obra son los siguientes: los intelectuales se reúnen en café de tertulias, toman siempre el ajenjo hasta emborracharse, prefieren discutir sobre una obra literaria, van al teatro. Otra idea importante es el carácter intelectual del protagonista que viene siendo relacionado con la idea anterior. Fausto lee Los Miserables, va al teatro para ver una comedia de Bretón, desprecia a las muchachas porque están todas igualitas, hablando todo el rato sobre las joyas lucidas de las señoras y nada les importaba por ejemplo Los Miserables, pasa horas y horas leyendo en los cafés, asiste a tertulias de cafés, escribe artículos cortos y va a los cafés donde se reúnen otros intelectuales parisinos. “Estos bohemios se relacionaban con otros de distintos países, que tenían su punto de reunión en cafés y cervecerías.” (p. 162) Cabe mencionar también la idea del libro de que España sigue siendo un país muy conservador mientras que Francia y sobre todo la ciudad de París es un lugar digno de vivir. Descifrando el humor barojiano nos damos cuenta de la intención del autor fue a lo mejor irónica y lo que dice en realidad es que París ya estaba gastado, decadente, ya no es tan popular vivir en París, es una llamada de atención de Baroja, descrito de una manera muy sutil. “¡Cuándo habría en Madrid letreros como aquél y gorriones como los del Luxemburgo (Luxemburgo=nombre de una calle parisina)! Probablemente, nunca.” (p. 230) “Aquél era el París rico, el París inasequible para las modestas fortunas; aquél era el gran París de los príncipes, de los aristócratas, de los millonarios, de los artistas de universal fama... ¡Vivir ahí! ¡Dominar allí! ¡Oh, qué hermoso sueño!” (p. 315) Ya he dicho antes, la historia del libro no es muy dinámica, la mayoría del contenido son las descripciones escritas muy detalladamente. Siendo más exacta, si nos fijamos en el capítulo número XI, está formado por puras descripciones. La obra es circular, empieza cuando Blanca está vieja y enferma y de la misma manera termina, Blanca está vieja y enferma y al final muere.