Katarína Gecelovská Španělská literatura 20.století I Román del Valle-Inclán – Sonata de otoño Sonata de otoño fue publicada en el año 1902. Forma parte de la tetralogía llamada Memorias del Marqués de Bradomín (Sonata de primavera, Sonata de estío, Sonata de otoño y Sonata de invierno). Resumen Marqués de Bradomín llega al Palacio de Brandeso después de haber recibido la carta de su amor anciano, Concha, en la que le escribe que se está muriendo. Hace dos años que no se han visto. Concha no ha dejado de amar a Marqués y él, viéndola pálida, frágil y ardiente de la enfermedad y del amor, resiente los sentimientos del pasado. Lo único que Concha ha deseado antes de morir, ha sido ver otra vez a Marqués. Concha está súfriendo de una enfermedad desconocida para el lector y no tiene esperanza para curarse. A Marqués le parece todavía más guapa en la palidez de su enfermedad que antes: „Antes eras la princesa del sol. Ahora eres la princesa de la luna.“ (p. 22) o „Concha tenía la palidez delicada y enferma de una Dolorosa, y era tan bella, así demacrada y consumida, que mis ojos, mis labios y mis manos hallaron todo su deleite en aquello mismo que me entristecía. Yo confieso que no recordaba haberla amado nunca en el pasado tan locamente como aquella noche.“ (p. 33) Esto será la clave para comprender el personaje de Marqués. Poco a poco nos enteramos de que Concha se enamoró de Marqués (que es su primo) como una niña cuando jugaban juntos en el palacio. Y que Concha está casada con un hombre viejo con el que tiene dos hijas, pero ya no vive con su marido. Estas circunstancias manchan el amor entre Concha y Marqués con la sombra del pecado y Concha lo ve como un delito contra el Dios y la moral. La pobre Concha (como le gusta llamarla al Marqués en su interior) sufre mucho por ello. Al principio parece que esto fue la razón de su separación. Luego comprendemos que al Marqués le gustan mucho las mujeres y sus sentimientos no se limitan a una única. La enfermedad de Concha es tal vez el reflejo de su sufrimiento por el amor. Sus sentimientos por Marqués son profundos, incondicionales y exlusivos. Le quiere más que a sus propias hijas. Sus últimos días son llenos de la felicidad causada por la presencia de Marqués y por su nuevo periodo del enamoramiento, ternura y pasión. Al Palacio de Brandeso llega de visita también su prima Isabel que lleva consigo las hijas de Concha. Concha se mueve entre el amor por Marqués y los remordimientos ante Dios. Un día entero pasa rezando en la capilla acompañada por sus hijas pero por la noche no resiste a la tentación y visita a Marqués en sus habitaciones. Se siente muy débil (de la enfermedad) y como una pecadora ante Dios, pero no quiere que Marqués se vaya del Palacio y por eso se desnuda y está dispuesta a volver a entregarse a él. En este momento se muere en sus brazos. Lo que el lector estaba intuyendo se convierte en una realidad aterrante – Marqués no reacciona como un hombre enamorado. Por un instante piensa escaparse por la ventana y luego va a buscar la ayuda de su prima Isabel. Pero ella interpreta mal su visita nocturnal y piensa que Marqués tiene intenciones amorosas. Marqués no quiere desengañarla: „¡Hubiera sido tan doloroso y tan poco galante desmentirla! Era Isabel muy piadosa, y el saber que me había calumniado la hubiera hecho sufrir inmensamente.“ (p. 95) El lector tiene escalofríos al imaginar la pobre Concha, pálida y desnuda, muerta en la cama en la habitación de Marqués, y al Marqués, teniendo las relaciones sexuales son su prima Isabel unos pocos minutos después de la muerte de Concha. Después vuelve a su habitación, le coge a Concha y deambula con ella por todo el palacio porque no puede pasar ante el altar del Jesús en la antesala. Pero la cabellera de Concha queda enredada en una puerta y Marqués la tira por fuerza porque teme la llegada del amanecer. Por fin llega a su alcoba y deja el cuerpo de Concha tendido en su lecho. Después vuelve a su habitación como si no hubiese pasado nada. Por la mañana le despiertan las hijas de Concha que no sospechan nada. Él no hace nada para impedirles ir a la alcoba de su madre muerta y encontrarla así. Confiesa ante sí mismo que lo que más le preocupa es si alguien va a quererlo tanto como Concha y llora „como un Dios antiguo al extinguirse su culto“ (p. 100). Así termina la Sonta de otoño. Análisis El estilo de Valle-Inclán es muy poético y su lenguaje es muy culto. Usa maravillosas descripciones de la naturaleza, de la luz, de la belleza de la mujer y del panorama observado por las ventanas del palacio para crear una atmósfera delicada, tierna y melancólica. Es el ambiente de una triste belleza. Por ejemplo: „En el cielo lívido empezaban a palidecer las estrellas, y en el candelabro de plata el viento había ido apagando las luces, y quedaba una sola. Los viejos cipreses que se erguían al pie de la ventana, inclinaban lentamente sus cimas mustias, y la luna pasaba entre ellos fugitiva y blanca como alma en pena.“ (p. 96) Hay descripciones de la belleza del anochecer, de la luz y hojas de otoño, de la belleza de la pálida y moribunda Concha. Ejemplo: „La cabeza descansaba sobre la almohada, envuelta en una ola de cabellos negros que aumentaba la mate lividez del rostro, y su boca sin color, sus mejillas dolientes, sus sienes maceradas, sus párpados de cera velando los ojos en las cuencas descarnadas y violáceas, le daban la apariencia espiritual de una santa muy bella consumida por la penitencia y el ayuno. El cuello florecía de los hombros como un lirio enfermo, los senos eran dos rosas blancas aromando un altar, y los brazos, de una esbeltez delicada y frágil, parecían las asas del ánfora rodeando cu cabeza.“ (p. 31) A Marqués le encoge el corazón este tipo de belleza y tiene sentimientos por todo lo que está triste: „Un rizo de mi prima Isabel me rozaba los labios, suave y tentador. Creo que lo besé. Yo soy un santo que ama siempre que está triste.“ (p. 94) Por una parte Marqués es sensitivo y tiene el sentido para la belleza poética, por otra parte hay algo perverso en ello. Poco antes de morirse Concha ve Satanás en él. La muerte de Concha también podemos percibir de varios modos: 1. la belleza del contraste entre la piel pálida de su cara y de su cuerpo desnudo y el color negro de su pelo 2. el contraste entre el ardor de su amor y la frialdad de la muerte 3. Concha, muy piadosa, se muere inapropiadamente desnuda en los brazos de su amante y él la coge a su alcoba así de desnuda en un brazo y en otro brazo el candelabro Sonata de otoño es un libro muy modernista – hay muchas muestras del simbolismo y de la decadencia. Un ejemplo del símbolo: la araña negra como una predicción de la muerte. Hay muchos contrastes entre la inocencia y la crueldad, o hasta la perversidad. Por ejemplo: 1. las niñas desean cortar las alas de palomas para que éstas no vuelen del jardín 2. las niñas quieren que Marqués fusile al pájaro que amenaza a sus palomas y después cogen su cadáver y quieren mostrarle a su madre, muy felices y contentas 3. la pureza de Concha y la sinceridad de su amor contra la blasfemia de Marqués y su fascinación por la triste belleza 4. Marqués ensucia su amor por Concha con las relaciones sexuales con Isabel poco después de la muerte de Concha Poco a poco comprendemos que Marqués es un bagrero, tal vez hasta Don Juan. El mismo dice que no es ningún Marqués de Sade, sino Marqués de Bradomín. Esta referencia es muy importante, porque Sonata de otoño se puede leer como una respuesta filosófica a Marqués de Sade – la perversidad no tiene que ser solamente la perversidad sexual, vulgar y sin escrúpulos como en las obras de Marqués de Sade. Puede esconderse debajo de „las pasiones nobles“ y „sentimientos profundos“. Bajo la máscara hay una decadencia vacía. Sonata de otoño parece una historia de gran amor, pero en realidad no lo es. Al principio aparenta ser una historia de un caballero que visita a su dama que se está muriendo en el palacio – casi una historia de la época del romanticismo. Pero paulatinamente nos damos cuenta de que el mundo de Valle-Inclán no es el mundo de los románticos, sino el mundo decadente y amoral. Por fin dudamos haste de la profundidad de los sentimientos de Concha (¿su amor es verdadero o es más bien una obsesión por la idea del amor grande, puro y eterno?). En la historia de literatura hay una larga y fuerte tradición de los personajes masculinos que seducen a las mujeres inocentes o casadas – estas mujeres después sufren y mueren por su amor: Don Juan, Fausto y Margarita, Anna Karenina, seňora de Rênal de la novela Rojo y negro de Stendhal… Sonata de otoño es una alusión a estas obras, pero una alusión irónica – casi una parodia.