1 Citas seminario Bourdieu (mayo 2007) Eribon : «Se penser soi-même en revenant par l’analyse à la société la plus proche de soi, et de son propre passé familial.» (Eribon 27) Robbins: 1) ‘Me parecía a mi que la aproximación de Bourdieu a la literatura se ha desarrollado principalmente en el contexto de la tradición literaria francesa, con la que él siente una cierta afinidad’1 2) ‘Debemos tener cuidado ante la posibilidad de que conceptos desarrollados por Bourdieu se conviertan en componentes de una cultura arbitraria que se impone de forma irreflexiva sobre otras’2 3) ‘Sus análisis de Flaubert son elementos de una toma de posición confusa en relación con Sartre: confundida porque, creo, Bourdieu mantuvo sus simpatías por la visión temprana de Sartre del estatus de los textos expresada en ¿Qué es la literatura? Pero hostil a las tentativas hechas por Sartre de reconciliar su existencialismo con el marxismo en la Crítica de la razón dialéctica y, subsiguientemente, operar esa reconciliación en biografías literarias como la de Flaubert’ (197)3 Bourdieu: 1) ‘Hay un espacio político, un espacio religioso, etc.: llamo a cada uno de esos campo, esto es, un universo autónomo, una especie de arena en la que la gente juega un juego que tiene ciertas reglas, reglas que son diferentes de aquellas del juego que es jugado en el espacio adyacente. Las personas que están implicadas en el juego tienen, como tales, intereses específicos, intereses que no están definidas por sus dominantes.’4 2) «Tiene [el habitus] sus grados de integración, que corresponden, en particular, a grados de “cristalización” del status ocupado. Se observa así que a posiciones contradictorias, aptas para ejercer sobre sus ocupantes “dobles coerciones” estructurales, corresponden a menudo habitus desgarrados, dados a la contradicción y la división contra sí mismos, generadora de sufrimiento. […] Hay una inercia (o una histéresis) de los habitus que tienen una tendencia espontánea (inscrita en la biología) a perpetuar unas estructuras que corresponden a sus condiciones de producción. En consecuencia, puede ocurrir que, según el paradigma de don Quijote, las disposiciones estén en desacuerdo con el campo y las “expectativas colectivas” que son constitutivas de su normalidad» (Bourdieu 1999: 210). 1 «It seemed to me that Bourdieu’s approach to literature has developed mainly in the context of the French literary tradition with which he feels affinity.» (2000a: 191). 2 «We must guard against the possibility that the concepts developed by Bourdieu become components of an arbitrary culture that is imposed unreflexively on others» (2000a: 197). 3 «His analyses of Flaubert are elements of a confused position-taking in relation to Sartre – confused because, I think, Bourdieu remained sympathetic to Sartre’s early view of the status of texts expressed in What is Literature? but hostile to the attempt made by Sartre to reconcile his existentialism with Marxism in the Critique of Dialectical Reason and, subsequently, to operationalize that reconciliation in literary biographies, such as that of Flaubert.» (197) 4 There is a political space, there is a religious space, etc.: I call each of these a field, that is, an autonomous universe, a kind of arena in which people play a game which has certain rules, rules which are different from those of the game that is played in the adjacent space. The people who are involved in the game have, as such, specific interests, interests which are not defined by their mandators. (1992: 215). 2 3) ‘El campo literario es el mundo económico a la inversa; esto es, la ley fundamental de este universo específico, la del desinterés, que establece una correlación negativa entre el éxito temporal (notablemente financiero) y el valor propiamente artístico, es el inverso de la ley de intercambio económico. El campo artístico es un universo de creencia. La producción cultural se distingue a sí misma de la producción de los objetos más comunes en que debe producir no solo los objetos en su materialidad, sino también el valor de este objeto, esto es, el reconocimiento de su legitimidad artística. Esto es inseparable de la producción del artista o del escritor como artista o escritor, en otras palabras, como creador de valor. Una reflexión sobre la significación de la firma del artista estaría así en orden’.5 4) ‘Este campo no es ni un origen social [social background] ni tampoco un medio artístico [milieu artistique] como un universo de relaciones personales entre artistas o escritores (perspectivas adoptadas por aquellos que estudian las “influencias”). Es un verdadero universo social donde, de acuerdo con sus leyes particulares, se acumula una forma particular de capital y donde se ejercen relaciones de fuerza de un tipo particular. Este universo es el lugar de luchas completamente específicas, notablemente las que conciernen a la cuestión de saber quién es parte de ese universo, quién es un escritor real y quién no lo es. El hecho importante, para la interpretación de las obras, es que este universo social autónomo funciona en cierto sentido como un prisma que refracta todas las determinaciones externas: los acontecimientos demográficos, económicos o políticos son siempre retraducidos de acuerdo con la lógica específica del campo, y es por este intermediario que actúan sobre la lógica del desarrollo de las obras’.6 Bibliografía: Bourdieu, Pierre (2000), La dominación masculina, Barcelona: Anagrama. ––– (1999), Meditaciones pascalianas, Barcelona: Anagrama. ––– (1997), Razones prácticas (sobre la teoría de la acción), Barcelona: Anagrama. ––– (1996), The Rules of Art: Genesis and Structure of the Literary Field, Cambridge: Polity Press. ––– (1993), The Field of Cultural Production, Cambridge: Polity Press. ––– (1992), Language & Symbolic Power, Cambridge: Polity Press. ––– (1991), The Political Ontology of Martin Heidegger, Cambridge: Polity Press. ––– (1990), The Logic of Practice, Cambridge: Polity. ––– (1984), Distinction (A Social Critique of the Judgement of Taste), London: Routledge. Eribon, Didier. (2002). ‘L’anti-héritier.’ Le Nouvel Observateur. 31 en.-6 febr. 2002: 26-28. Robbins, Derek (2000a). ‘The English intellectual field in the 1790s and the creative project of Samuel Taylor Coleridge: an application of Bourdieu’s cultural analysis’, in Fowler, Bridget (ed.) (2000). Reading Bourdieu on Society and Culture. Oxford: Blackwell Publishers, 186-198. —. (2000b). Bourdieu and Culture, London : Sage Publications. 5 The literary field is the economic world reversed; that is, the fundamental law of this specific universe, that of disinterestedness, which establishes a negative correlation between temporal (notably financial) success and properly artistic value, is the inverse of the law of economic exchange. The artistic field is a universe of belief. Cultural production distinguishes itself from the production of the most common objects that it must produce not only the object in its materiality, but also the value of this object, that is, the recognition of artistic legitimacy. This is inseparable from the production of the artist or the writer as artist or writer, in other words, as a creator of value. A reflection on the meaning of the artist’s signature would thus be in order. (1993: 164) 6 This field is neither a vague social background nor even a milieu artistique like a universe of personal relations between artists and writers (perspectives adopted by those who study ‘influences’). It is a veritable social universe where, in accordance with its particular laws, there accumulates a particular form of capital and where relations of force of a particular type are exerted. This universe is the place of entirely specific struggles, notably concerning the question of knowing who is part of the universe, who is a real writer and who is not. The important fact, for the interpretation of works, is that this autonomous social universe functions somewhat like a prism which refracts every external determination: demographic, economic or political events are always retranslated according to the specific logic of the field, and it is by this intermediary that they act on the logic of the development of works. (1993: 164)